8: Makeover

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Narra Riley:

Y esta es la última entrevista que tuvo Under-age Pop, la nueva banda de los hijos de One Direction.

Apagué el televisor. No estaba dispuesta a ver esa entrevista de nuevo. Ser parte de una banda escandalosa no te lleva a nada.

-¿Riley?

-¡En la sala de proyección!- grité en respuesta. Mamá entró por la gran puerta y se sentó a mi lado.

-Voy a viajar a Italia de nuevo. Resulta que a Donna Karan le gustó la pasarela que organicé y quiere que haga otra. Quisiera llevarte, pero con todo esto se la banda y las clases... Es difícil.- asentí en respuesta.

-Sí, bueno, esa pasarela estuvo excelente. Hubiera sido extraño que no te llamara.

Sonrió y me abrazó.

-¿Es momento de cariño? ¡Yo me uno!- papá corrió hacia nosotros y nos abrazó. Reímos todos. Extrañaba estos momentos.

-Alístate, Ry. Tengo que llevarte a la prueba de porristas.

¡Si! Me uniré al grupo de porristas, como en mi anterior escuela. A decir verdad, no había hecho ningún amigo o amiga. ¡Cierto! Ninguno de nosotros había hecho amigos además de nosotros mismos, lo cual es muy raro; ya que en la otra escuela todos querían juntarse con nosotros.

Subí las escaleras corriendo. Me puse una camiseta corta y unos pantalones sueltos. Encima una sudadera. Cogí un bolso deportivo y metí una botella de agua, de mi pequeño refrigerador.

-¡Ya estoy lista, mamá!- bajé las escaleras y me encontré con una escena nada agradable.

-¿Y tú que haces aquí?- Jeydon sonreía con ese estúpido piercing en el labio.

-¿no puedo saludar a mi prima?- sonrió inocente.

Me encogí de hombros y avancé hacia la puerta.

-Riley, Jeydon quiere hablar contigo. Y no irás a la prueba hasta que termine.- mamá salió por la puerta y nos dejó solos.

-¿qué diablos quieres?- me crucé de brazos.

-¿Por qué dijiste eso de Dawn? ¡Se supone que era secreto!

-¿Por qué tratas así a Dawn? ¡Eres un imbécil!- lo imité.

-Ella no me agrada, ¿sí? Déjamelo a mi, no te metas. Este no es tu asunto.

-Oh claro que lo es. Te metiste con mi prima, ¡Claro que es mi asunto, estúpido!- grité.

-¡ella no es tu prima de sangre, tonta! ¡Déjamelo a mi! ¡No quieres salir lastimada!- y salió por la puerta.

¿Lastimada?

***

Narra Dawn:

-¿Qué pasa entre ustedes?

Papá me estaba haciendo una clase de interrogatorio por lo de Edward y Jeydon. La verdad, era más que un interrogatorio. ¡Me preguntaba cosas como si hubiera asesinado a alguien!

-¡Nada! ¡Sólo quería salvarlo!

-Hija, tienes que saber que a los chicos no les gusta que los salven.

Bufé.

-Ya me di cuenta. Pero creí que necesitaba ayuda.

-Lo sé, sé que lo hiciste con buenos términos. Tranquila, no voy a juzgarte. Edward suele ser un poco duro, pero eso no significa que tu no lo seas.

Bufé de nuevo.

-¡Papá! ¿Tú también? - me levanté de la mesa harta.

-Tranquila, cariño. Él sólo quiso decir que deberías... ¿Ser más femenina?

-¡claro! ¡¿Ahora todos están contra mi?! ¿Hasta mi mamá? ¿Saben qué? Déjenme en paz.

Subí corriendo a mi habitación. Me eché en la cama y cogí mi teléfono. Si ellos querían eso, eso tendrían.

***

-¿Estás segura, Dawn? Ellos te dijeron eso, pero no puedes cambiar tu estilo sólo por eso.- Sophie había venido a mi casa. Ella era una de las más tranquilas. Antes que Riley, claro.

-No lo haré por mucho tiempo, sólo quiero demostrarles que no soy así.

-Como quieras. Pero esto durará un poco.

***

-¡¿Pero qué mi...- tomé un espejo y vi mi rostro. Llevaba más maquillaje de lo usual, mi cabello estaba planchado y sedoso, como nunca. 

Es como si hubiera otra Dawn aparte de mi. Aunque odiaba esto, tenía que admitir que me veía bien.

-Tranquila, no te emociones. Falta tu atuendo.- rodeé los ojos- Tenemos que ir al centro comercial.

-Maldita sea.- Sophie me jaló hasta la puerta y subimos a su auto. Nos dirigimos al centro comercial y entramos a una tienda que yo consideraría "fresita"*.

-¡Mira ese vestido, Dawn!- gritó Sophie. Lo miré y pasé saliva. Era el peor vestido fresita que había podido ver en mis cortos diecisiete años.

-NO. VOY. A. PONERME. ESO. NUNCA.

-Dawn...Es parte del proceso para volverte femenina. Y sé lo que estás pensando, pero no todo lo femenino es "fresita", como dices. Si hubiera querido comprarte algo así, hubiera llamado a Riley al instante.-reí. 

-Está bien.-apreté los dientes y entré a un probador.

***

-¡No puedo creerlo! Dawn, estás...

-No tienes que decirlo, mamá.- rodeé los ojos y mamá me abrazó.

-Me alegro que hayas cambiado toda esa ropa rara tuya.- sonreí fingidamente y subí rápidamente las escaleras.

Tiré mi nuevo bolso a Dios sabe donde y me tiré en la cama. Me quedé viendo el techo mientras pensaba. ¿Por qué todos odian mi estilo? ¿Por qué todos aman este trozo de tela rosa? 

Me volteé quedando de lado. ¿Por qué? 

Todo eso lo averiguaría mañana. Hola, nueva Dawn. Adiós, vieja trucha de Dawn.

Los hijos de One Direction ➸ sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora