Conociéndote

Capítulo #1: "Conociendo tus gustos"

Capítulo #1: "Conociendo tus gustos"

MELANIE GUZMÁN

Voy de camino a mi bar favorito "Star Rock" en esta ciudad, New York, el sonido que escuchan mis oídos es el de mis audífonos a todo volumen con una canción de Alan Walker. El viento pasa al rededor de mi cabello y mi abrigo blanco, gracias a dios mi vestido negro es ajustado. Mi casa no queda muy lejos del bar, apenas a algunas escasas cuadras.

Camino por una calle oscura, sacó un cigarrillo de mi bolso y comienzo a fumarlo, el sabor mentolado refresca mi aliento, veo cómo se dispersa el humo por el cielo, y al pasar por una esquina me encuentro con las luces de neón del bar, con un gran letrero, mostrando así la entrada. Hay una gran cantidad de personas haciendo fila afuera.

El humo calaba en mis pulmones y luego de unos segundos lo expulso fuera haciéndome ver un color gris frente a mi rostro y a mis ojos.

Me saco mis audífonos y pongo la mirada en el suelo para caminar por esta calle de piedras porque con los altos tacones podría caerme, vuelvo a inhalar el humo, mis pulmones continúan llenos y mi boca siente el sabor a menta. La caminata es corta pero termino mi cigarrillo antes de llegar al entrada. Saco un billete de 100 dólares y me adelanté pasando por el lado de todos, George me saluda, le doy el billete, y me adentro sin hacer ninguna espera, escuché a varias personas protestar.

George es un trabajador del bar, todos me conocen por pasar mucho tiempo por aquí, saben que suelo darle un extra por ayudarme.

Voy camino hacia la puerta, la música invade mis oídos al entrar, no escucho ni mis propios pensamientos. Hay personas que se besan, otros que saborean el sabor de una bebida cerca de la barra, pero sobre todo muchas personas bailan al compás de una canción electrónica, como es de suponer ya que es uno de los mejores bares de la ciudad. Los fines de semana suelen ser así.

Voy camino hacia la barra, comienzo a sudar, hay muchas personas, y la gente está bailando y saltando, hay una gran nube de humo, el olor a mariguana se siente en el ambiente, por fin llego a la barra después de mucho esfuerzo, pido un martini, y me lo bebo con calma, es parte de mi ritual de iniciación en la noche "Bebe con pausa, y la noche va más lento, más tiempo".

— ¡MEL! — escuchó mi nombre desde el fondo del antro, pero nunca podría confundir esa voz, Lucas, mi compañero de bebidas, solíamos salir más, ahora estudia mucho en la universidad y dejaron de ser habituales. Aunque también es comprensible al ser su último año.

Me levanto y me encuentro con un par de ojos color cielo que me observan como si fuese lo más hermoso del universo, solía siempre hacerlo y me hacía sentir segura de todo lo que me decía. Su cabello rubio intenso cae sobre su semblante alegre, forman sus hoyuelos en su cara cuando sonríe de esa forma, esa sonrisa con la que me mira ahora mismo. Su voz es tan varonil, y a la vez tan dulce, que no podía olvidarme, jamás, de lo bueno que siempre había sido conmigo.

— Te quiero presentar a un amigo, Alex, te presento a Mel, mi compañera y mejor amiga de bebidas — camina hacia mi un chico de cabello rojizo como los rayos del sol, y es válida la comparación porque iluminaba y brillaba como nadie más allí, no podemos negar su indescriptible belleza.

Sus ojos verdes eran magníficos, te transmitían calma, pero ese chico no era de este ambiente, se le notaba, estaba nervioso y perdido en el tiempo. El rostro era perfilado, con gruesas cejas y pestañas muy largas. Traía un traje oscuro, pero aún así podías notar su figura bien formada, quizás ejercitaba, y se veía muy tenso, algunas gotas de sudor caían por su cuello.

— ¿De dónde has sacado a tu amigo?, ¿no es un chico algo nerd? — Le pregunté a Lucas, mientras continúe analizando a su amigo. Un reloj de oro en su muñeca izquierda, sus labios ligeramente húmedos.