Conociéndote

Capítulo #11: "Significados"

Capítulo #11: "Significados"

El almuerzo estuvo maravilloso, en un restaurante apartado de la ciudad donde veníamos a comer mi mamá desde pequeños, tiene una preciosa vista hacia un lago, los camareros vestían de negro y los pequeños detalles del restaurante son de igual color, mientras todo lo demás es blanco. Pablo Alborán suena de fondo, y se ve como una de las mejores de cenas que he compartido con mi padre.

— Hija, aquí tienes — extiende su mano con una figurilla de la Torre de Pisa, me fascinó verlo.

— ¿Estabas en Italia papá? — tome la figurilla y la admiré, parecía tan real a pesar de ser tan pequeña.

— Si hija, ya se que antes ya te había traído de Italia, ¿pero no está versad? — ladeó la cabeza esperando mi respuesta.

— Pues no papá, y me encanta — la guarde en mi bolso y saco mi celular para tomar un par de fotos con mi padre.

— Te quiero — tocaba mi pelo mientras me decía esas palabras.

— Yo también te quiero a ti papá — sonreí y mi padre estaba muy feliz de escuchar eso.

Pasó su mano por encima de mi hombro y me llevo hasta el auto, y después de un viaje tranquilo hasta el edificio de mi padre tomé mi auto y regrese a mi casa.

Al abrir la puerta con mi llave, me encontré con Alex, se encontraba sentado en una baqueta del comedor.

— Hola — me acerque a él y tome una banqueta para sentarme a su lado — ¿Como te fue en la universidad? — me beso suave.

— Mi día fue bien — aparto un poco la mirada, estoy segura que algo pasó.

— Vamos, cuéntame qué pasó — tome una de es manos y obligándolo a mirarme a los ojos.

— Salí mal en el examen — casi pude ver sus ojos cristalizarse, apartó otra vez la mirada — Saque 3 de 5.

— No saliste mal, todo estará bien Alex — Aún si mirada parecía estar triste — Se que saldrás mejor la próxima vez.

— Pero es que no me esforcé — su voz sonó débil, dejándome una gran herida en el pecho.

— Siempre lo haces, tú siempre te esfuerzas porque la fortaleza está en ti. — tome su mentón llevando su mirada hacia mis ojos — Todo lo haces con el mayor esfuerzo, y confías en ti, deja de no hacerlo. Porque tú, querido mío, eres el mejor.

— No lo sé — dice en un susurro.

— Confía en ti, como yo lo hago — le hablé alto, dejándole saber que nadie podría ser mejor que él.

Tome su mano y la agarre fuerte para darle un fuerte abrazo. El cual él no rechazó y también pegó mi rostro contra su pecho.

El fuerte olor de su perfume hizo efecto en mi, obligándome a estornudar frente a él. Mi nariz se tornó un poco roja o eso me dice él.

— Te ves preciosa con esa nariz tan rojiza — se ríe a carcajadas, y voy directo al baño de mi cuarto para lavar mi cara.

— Deja de reírte de mi y alcánzame esa toalla — le grite un poco, no deja de reírse de mi.

— Te ves incluso más hermosa cuando me dar órdenes — me alcanza la toalla y se pone detrás de mi, poniendo sus manos en mi cintura, logrando hacerme cosquillas — Oh, tienes cosquillas, esto es nuevo, no lo sabia. — Yo intente aguantar la risa, pero cada vez era más fuerte.