Conociéndote

Capítulo #17: "Te extraño"

Capítulo #17: "Te extraño"

*Punto de vista: Alexander Cortés (Alex)*

Estoy de camino a casa de Mel, las clases hoy acabaron pronto y me puse a estudiar con Lucas hasta hace unos minutos, decidí pasarme por su casa a ver cómo estaba.

Estoy frente a su puesta, quiero tocar, pero no sé si debo hacerlo. Me detengo unos segundos a pensar si esto es lo mejor.

Primero pasa por mi cabeza: ¿La quieres? Me respondo con alegría, la amo.

Luego me pregunto ¿La extrañas? más que a nada en el mundo.

Por tercero y último: ¿La mereces?

No la merezco, y me doy vuelta hacia la calle, porque es la verdad no la merezco, no he hecho nada por ella, ni siquiera estoy aquí para ayudarla porque no sé ¿qué hacer?

De pronto la puerta a mis espalda se abre. Es Mel, vestida de color negro con pantalón y camisa, y una chaqueta oscura. Esa pequeña cintura marca su cuerpo, sus bellos ojos cafés se plantan en los míos.

— Hola — la saludó acercándome.

— ¿Que haces aquí afuera? — me pregunta, mientras yo busco el brillo de su ojos.

— Quería entrar a tu casa — miento.

— Se que te pasa algo, así que explícame qué pasa por esa cabecita. — insiste ladeando la cabeza.

— Es que no creo que te merezca. Desde lo qué pasó con Mike, me lo pregunto cada día, y cada día creo que te merezco menos. — pronunció atropellando las palabras.

— Me mereces — dice segura.

— No te defendí — sus manos estaban en mis hombros.

— No me tienes que defender, yo soy tu novia, no tu hija — vuelve a decir segura.

— Pero él si lo hizo — baje la mirada al suelo.

— Solo cumplía su promesa, de protegerme hasta el fin de sus días — susurró — una promesa que teníamos de niño.

— Pues, yo te prometo que jamás te dejare sola, y te defenderé hasta el fin de mis días — hablé seguro esta vez.

— Yo se que será así — sonrió — pasemos a la casa amor.

— Si, cariño — susurré a su oído.

*Punto de vista: Melanie Guzmán (Mel)*

Iba de salida para ir a la casa de Alex y me lo encontré en la puerta de mi casa.

Volver a verlo, desbocó mis sentimientos, mi corazón a mil, y el brillo en su mirada al prométeme amor eterno, fue hermoso, haciéndome sentir la mujer más afortunada del mundo. Y lo era, porque él es lo más imprescindible que he conocido nunca.

Vamos estamos subiendo las escaleras, un beso tras otro, ese cosquilleo en mi abdomen y la temperatura subiendo me hace sentir feliz.

Sus labios rozando mi piel, erizando cada parte mi cuerpo, besando mi cuello y mi pecho. Lo detengo en seco para dominar los movimientos y esta vez me deja proseguir a mi.

Quite su camisa mangas larga, y comencé a besar su boca con sabor a miel, bese su cuello dándole deseos de retirarme de encima, pero no lo hizo.

— Te quiero Alex — le susurré.

— Yo también — dijo entre sonrisa.