Capítulo #19: "Verdades Flotando"

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Capítulo #19: "Verdades Flotando"

Me desperté y miro el reloj para darme cuenta que ya pasan de las once de la mañana. Golpeo la cama repetidas veces, Mel no esta a mi lado, abro mis ojos para buscarla por la habitación pero ningún rastro de mi rostro favorito en el mundo.

— Mel — llame un poco alto.

— Hey cariño — escucho la voz de mi amada desde la cocina.

Bajo las escaleras de dos en dos y de prisa necesito ese beso que me despierta. Me acerco para plantarle un beso en sus labios carnosos.

— ¿A donde vas sin cepillarse esos dientes? — coloca la mano en mi cara, me obliga a retorcer y subir hasta el tercer piso, ejercicios matutinos no me vienen mal, ella trae puesto su chandal así que supongo que salió a correr.

— Ahora dame mi beso — exigí mientras bajaba la escalera.

Un beso tierno me da, mientras la sostengo por la cintura pegándola a mi cuerpo.

— ¿Saliste a hacer ejercicio? — le pregunto sin separarla demasiado.

— Si, sale un buen rato — me vuelve a besar — me voy a bañar, así desayunamos lo que he preparado.

La mesa está servida, hay una pizza grande en el centro, el cual probablemente sea mi desayuno, tengo mucha hambre, jugos de frutas y te, eso seguro es para ella.

Reviso el celular y tengo varias llamadas perdidas de Luc. Le regreso la llamada y espero a que suene el tono.

— Hey Lucas

— Amigo, ¿estudiamos hoy?

— Si, me quedaré en casa de Mel.

— Perfecto iré en un rato — dice y cuelga la llamada.

Voy a la cámara y tomo un par de fotos a mi desayuno. Se ve delicioso y siento ganas de comerlo.

— Mel, ¡apúrate! Quiero comer — le grito a la enana que demora demasiado en la ducha.

— Déjame vertiente cómoda — en unos pocos minutos baja la Mel más hermosa que han visto mis ojos. Traía coletas, un short corto que dejaba ver los cachetes de sus glúteos, y una blusa color entero, morada. Unas pantuflas de unicornios que se veían adorables, ese conjunto la hacía ver como una niña pequeña. Todo lo contrario a lo que siempre solía representar.

— Enana, ahora te ves más enana aún — me burlo.

Me acerco a su boca dándole el beso más tierno, suave y lleno de amor. Porque por ella, no sentía menos.

— Por ti moriría mil veces — susurré — y volvería mil y una vez para verte vestir así.

Sus mejillas se sonrojaron y jugaba con su cabello, se lo nerviosa que la pongo, y me gustaba ser su chico.

— Por ti mataría mil veces — dice feliz — Porque tu vales toda esa sangre.

Y como el ying y el yang coordinamos a la perfección. Nuestras mentes complejas, nuestro pasado difícil, el dulce sabor amargo de sus labios y la perfección de mujer que es. La combinación incontrolable para mi cerebro.

No podía encontrar un defecto en su forma de ser, porque ella valía la pena, ella valía cada centímetro, cada carrera, cada obstáculo, cada hora, ella valía cada minuto de mi vida. Y en este momento comprendía ese amor fugas, duradero y verdadero de los libro. Porque aunque ella y yo no pertenecíamos a ningún libro, ella siempre sería mi reina y yo su príncipe azul.

ConociéndoteWhere stories live. Discover now