𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ━━ ; sabertooth

Rufus x Lucy | Un baile

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La maga celestial se retiró de la fiesta y tomó asiento en la entrada del gremio, contemplando con una nostálgica sonrisa el cielo estrellado.

El maestro de Sabertooth quiso hacer una fiesta y, obviamente, invitó a los miembros de Fairy Tail para que se unieran a la celebración. ¿Cuánto tiempo estuvo bailando? Se deshizo de sus tacones y estiró las piernas con suavidad; llevaba tanto tiempo en pie y Natsu la había pisado tantas veces que apenas era capaz de sentir algo que no fuera dolor.

El sonido de unos pasos acercándose la hicieron elevar la mirada, encontrándose con Rufus Lohr, uno de los magos más codiciados y poderosos de Sabertooth. Lo analizó durante un par de segundos antes de hablar.

—Buenas noches, Rufus —murmuró cordialmente, desplazándose hacia un lado para permitirle pasar.

Por su parte, Lohr se posicionó junto a la maga, aunque no se sentó, se limitó a dejar reposar su espalda sobre una columna cercana.

—Buenas noches, Lucy Heartfilia —respondió al cabo de un breve lapso de tiempo, desprendiéndose de su extravagante sombrero.

Los jóvenes se mantuvieron varios minutos sin proferir vocablo alguno. A pesar de esto, el ambiente era bastante agradable y cómodo. La maga observaba el cielo de manera risueña, deleitándose con el especial brillo que transmitía la constelación de Virgo.

El blondo entrecerró los párpados y disfrutó de la suave brisa de la noche. De pronto, un sonido agudo hizo que abriera uno de sus ojos; Heartfilia daba pequeños y repetidos golpes al suelo con sus pies desnudos, abrazándose a sí misma para intentar entrar en calor. Con extrema lentitud y delicadeza, Rufus se despojó de su elegante chaqueta y la colocó sobre los hombros de la contraria, tomando asiento junto a ella.

Lucy giró su rostro con brusquedad y miró con evidente asombro al joven. Entreabrió los labios, dispuesta a disculparse por una razón sinsentido, no obstante, Rufus llevó su índice a los labios ajenos, obligándola a guardar silencio.

—Tranquila —su gentil tono de voz provocó que un escalofrío recorriera a la fémina—. ¿Qué te parece si volvemos a la fiesta? —le tendió su diestra con sutileza y fijó sus luceros en el semblante de la maga; su nariz y mejillas poseían un brillante tono rojizo provocado por el frío, brindándole un aspecto adorable.

La blonda dudó en aceptar aquello, sin embargo, acabó posando su mano sobre la de su acompañante, el cual le dedicó una afable sonrisa una vez entrelazaron sus manos y comenzaron a caminar hacia el interior del edificio.

Los miembros de ambos gremios vociferaban y celebraban sin parar. A pesar del feroz comportamiento de los presentes, aquello se trataba de una fiesta formal, o eso era lo que ponía en la invitación. De pronto, algunos magos contemplaron con estupefacción a los recién llegados; sus manos se encontraban entrelazadas con delicadeza, además, si a ello le sumaban que la chaqueta del joven envolvía la figura de la fémina... podrían confundirse con una pareja.

El rostro de Lucy adquirió un suave tono carmesí. Por su parte, Rufus intensificó su sonrisa y condujo a la maga celestial a la pista de baile, lugar en el que unas cuantas personas danzaban con gracia.

—¿Un baile, 'querida'? —Heartfilia emitió una risa y, tras dejar sus tacones en un lugar alejado, comenzó a bailar con el blondo.

Al principio, un nerviosismo recorrió a la fémina de pies a cabeza, pero la delicadeza con la que el chico la guiaba y su encantadora personalidad consiguieron que se relajara y se fundieran en una exquisita danza.

—Muchas gracias —susurró la joven mientras dejaba reposar su cabeza sobre el pecho ajeno, aferrándose con fuerza a aquella figura.

Rufus bajó su mirada y contempló a la rubia durante un buen rato; llevaba interesado en ella bastante tiempo, sin embargo, no habían tenido la oportunidad de interactuar demasiado. Guardaría aquel momento en su memoria.

En aquel instante, la música se detuvo, siendo sustituida por una escandalosa y maniática risa. Gajeel Redfox se encontraba en el pequeño escenario de la sala principal. Estaba sentado en un taburete y, junto a él, la parte superior su característica guitarra descansaba sobre su regazo.

—Queridos espectadores, siento haberles hecho esperar —agarró el instrumento y tocó algunas cuerdas aleatorias, acercándose el micrófono a los labios—. ¡Esto es música de verdad!

—¡No me jodas, Gajeel! —Dragneel chocó sus puños entre sí y esbozó una amplia sonrisa—. ¡Pelea conmigo, cabeza de metal! —sin esperar a que el contrario respondiera, se abalanzó sobre él, dispuesto a comenzar una disputa.

Tal como era de esperar, los miembros de ambos gremios se unieron a la pelea sin rechistar y provocaron un inmenso desastre.

—¿Por qué no me sorprende? —la maga celestial exhaló con pesadez y observó la catástrofe desde una distancia prudente.

A su lado, Lohr se llevó la diestra a la boca, procurando reprimir una carcajada. Volteó su cara al sentir la tierna mirada de Heartfilia sobre él.

—¿Ocurre algo? —formuló con evidente diversión, sonriendo levemente.

—Me ha encantado nuestro baile —reconoció en un susurro, acurrucándose en la amplia chaqueta del mago.

Antes de que Rufus fuera consciente de sus acciones, estrechó a la fémina entre sus brazos, acariciando con una de sus manos la cabeza ajena mientras la acercaba a su propia figura con la mano contraria. Lucy no pudo evitar ruborizarse, aunque no apartó al mago, es más, pasó sus brazos por la cintura del joven y disfrutó de la calidez del abrazo.

La maga celestial observó por el rabillo del ojo el cielo nocturno; la constelación de Leo parpadeaba con molestia, cosa que provocó su risa. Algo le decía que Loke le haría una visita nocturna.