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« 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 𝐈𝐈 »
—¡Vamos!
Un amplio número de agentes entró en el hospital abandonado de Magnolia, lugar que solían concurrir los vagabundos y las personas sin un sitio al que ir.
El techo goteaba, las ratas reaccionaban histéricamente ante la entrada de los agentes y un repugnante hedor invadía las fosas nasales del equipo. Lucy no reaccionaba ante ninguno de estos factores, pues estaba demasiado concentrada en observar las pintadas que los miembros de Sabertooth habían dejado por las paredes: "Por aquí, inspectora","¡Sigue las indicaciones!", todo ello acompañado de flechas y monigotes mal dibujados.
Heartfilia realizó un firme movimiento de diestra, más que suficiente para que el resto de policías la siguieran de cerca. La confianza en su superior era un elemento fundamental en esta clase de operaciones y Lucy se la había ganado. Nadie dudaba. Alternaban la mirada por las diferentes y sospechosas salas en las que se adentraban, las habitaciones no acababan y las flechas que les conducían hacia los delincuentes tampoco. Llegaron súbitamente a un callejón sin salida; dos caminos se abrían paso hacia los lados.
Cada uno de ellos tenía una flecha dibujada sobre sí con una frase adornándola: "Te estoy esperando, inspectora :)", podía leerse en el camino que conducía hacia la que una vez fue la sala de operaciones del hospital. Lucy apretó los labios antes de dar una orden.
—Chicos, voy.
—¿Estás loca, Luce? —Dragneel se hizo paso entre los agentes y agarró los hombros de la nombrada, angustiado—. ¡Te están esperando! Podrían matarte y...
—Estoy de acuerdo —Gray calló a Natsu con una de sus manos, manteniendo la mirada fija en el rostro de su superior.
La mente de Lucy le ofreció una infinidad de soluciones posibles a la situación con sus respectivos finales. En muchos de ellos, tal como habían deducido sus compañeros, acabaría muerta. No le temía a la muerte. Pero la desesperación en los luceros ajenos lograron convencerla para cambiar su primera estrategia radicalmente.
—Bien —un pesado suspiro escapó de sus labios—. Natsu, Gray y el equipo 3... conmigo.
Con arma en mano y su equipo tras ella, Lucy se posicionó junto a la puerta de la habitación. La tensión podía palparse. ¿Qué otra oportunidad tendrían de poner entre rejas a esos miserables de Sabertooth? Sus antiguos compañeros habían desperdiciado demasiados años lidiando con esos canallas; otros, fueron aniquilados por el grupo criminal.
Lucy inspiró y elevó el índice y el corazón, transmitiéndoles la formación escogida al resto. Una vez parpadeó, la puerta fue derribada por una potente patada de la blonda.
