Daniela Monroe había desafiado a la muerte el día que tras un grave accidente de coche en el que perdió a su hermana mayor, había vuelto al mundo de los vivos. A partir de ese día, su vida había dejado de tener sentido hasta que Reggie y el resto de...
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Cariño, atravesaría las llamas por ti, solo déjame adorarte, como si fuera la única cosa que haré el resto de mi vida.
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Daniela podía notar los fuertes nervios que le producía el evento de esta tarde en el instituto, hacía tiempo que no actuaba y no estaba segura de que fuera capaz de cumplir las expectativas que el resto de estudiantes y profesores tenían sobre ella. Además, la chica no podía evitar pensar que todo el mundo iba a compararla con su hermana mayor y eso la ponía aún más nerviosa.
La mente de Dani iba como un relámpago pensando todo muy rápido, mientras daba vueltas a su café con una cucharilla. Reggie dijo que estaría ahí con ella cuando subiese al escenario, y eso en cierta forma la tranquilizaba. El poder casi magnético que ejercía el chico sobre ella le animaba a salir de su cascarón y a pelear por todo aquello que había perdido en esos dos años. Reggie y los chicos había aparecido como un huracán en su vida cambiándolo todo, pero no podía evitar sentir que su relación con Reggie era aún más especial, porque se complementaban y ella dejaba de ser la Daniela vacía cuando estaba junto a él, porque él la llenaba.
-¿Estás nerviosa?- La chica dió un respingo en su asiento mientras que el susodicho fantasma tomaba asiento frente a ella.
-Solo un poco... No puedo evitar pensar en qué pasará si de repente me quedo muda delante de todo el instituto o si desafino.- dijo encogiéndose de hombros sin despegar la vista de su taza.
-Yo estaré contigo, te lo prometo. Saldrá bien.- Comentó Reggie alcanzando la mano de la chica y tomándola entre las de él. Ella por fin el miró.
-¿Tú crees?.- preguntó ella algo esperanzada.
-Estoy seguro.- sonrió este.- Dame tu teléfono.- Dijo extendiendo la mano hacia ella.
-¿Mi teléfono?¿Para qué?.- preguntó sacando el aparato de su bolsillo trasero del pantalón.
-Ahora verás.- respondió el chico tomándolo.
El chico comenzó a teclear la contraseña, Dani se la había dado hace un par de días para que mientras ella dormía o hacía otra cosa el pudiese escuchar música o ver videos en youtube y tiktok. El chico comenzó a deslizar sobre la pantalla con una sonrisa en los labios hasta que sus ojos se iluminaron al encontrar algo que parecía que le gustaba. La música comenzó a sonar en el altavoz del teléfono de Daniela y este se puso en pie, la chcia identificó la canción como "Don't start now" de Dua Lipa.
