Daniela Monroe había desafiado a la muerte el día que tras un grave accidente de coche en el que perdió a su hermana mayor, había vuelto al mundo de los vivos. A partir de ese día, su vida había dejado de tener sentido hasta que Reggie y el resto de...
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"Mamá llevate mi medalla No puedo usarla nunca más Se está volviendo muy oscuro, demasiado oscuro para ver siento que estoy tocando en las puertas del cielo"
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Alex y Daniela decidieron ir a un sitio donde pudieran charlar tranquilos. Tras unos minutos dando vueltas por el instituto, decidieron sentarse en las gradas que daban al campo de fútbol americano. Alex se sentó al lado de su amiga e impaciente rompió el cómodo silencio que se había establecido entre ambos.
-¿Quién te envió la carta, Dani?.- dijo mirando a la chica, la cual miraba a algún punto perdido del campo. El chico pensaba que su amiga le ignoraría hasta que rompió el silecio con un suspiro.
-Ben Walker, mi ex-novio.- Dijo la chica jugueteando con sus manos.
-¡Oh!.- respondió el rubio sorprendido.
-Sí, ¡Oh!.- respondió la chica con una ligera sonrisa lastimera.
-¿Puedo preguntarte qué ocurrió?.- continuó Alex.
-Realmente nada. Simplemente, después de lo de Scarlet decidí echar a todo el mundo de mi vida quizás porque me sentía demasiado mal como para hacer que alguién más tuviera que aguantar mi luto o simplemente porque no quería estar más con él. No lo sé.- Finalizó subiendo los hombros en señal de no entender.
-¿Pero... era buen tipo?.- Preguntó el chico fantasma.
-Sí, ¿sabes esos chicos que te llaman y te mandan mensajes sin ser un acosador, o que te traen chocolate y Mcdonalds cuando estás hecha un asco o que se ofrecen a viajar una hora hasta tu casa solo por verte cinco minutos?.- preguntó la chica algo más animada.
-Sí... me suena.- dijo Alex sonriendo tímido.
-¡Oh! ¿Algo que me quieras contar?- dijo la chica juguetona dando un codazo a su amigo haciendo que casi cayese de su asiento. El rió.
-A ver... yo... No sé como decirte esto. En primer lugar, quiero decirte que eres mi amiga ¿vale? Y que te aprecio mucho y espero que tu también me aprecies la verdad y...- el chico parecía nervioso y hablaba demasiado por lo que Daniela decidió interrumpirle.
