07. Castigo

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0.7

                 "Castigo"

Cassandra estaba comenzando a ponerse muy nerviosa, en todo el camino de la escuela a lo que recordaba era la casa de aquel maniático no hubo ni una palabra de por medio. Estaba acercándose porque pudo ver a como la mansión se asomaba al horizonte.

­— ¿A dónde vamos? — Se animó a decir la castaña sin pensarlo mucho.

No hubo respuesta.

—Te estoy hablando...

—Y te estoy escuchando, simplemente me reservo el acto de responderte, ahora mismo estoy molesto, no quiero lastimarte — Respondió el chico sin mirarla. Los oscuros ojos de Jaxson estaban fijos en la ventanilla de aquel lujoso auto.

— ¿Lastimarme? ¿En qué sentido?

—Pronto lo sabrás — El misterioso chico a su derecha giro por un segundo su mirada hacia y ella mostrando una pequeña sonrisa y después volver a mostrar un semblante serio. — Querida.

Y solo en ese momento descubrió que una palabra jamás sonó tan jodidamente aterradora. Decidió quedarse callada, al parecer era lo más sensato que podía hacer. Un minuto... dos minutos, y por una extraña razón podía sentir como la respiración entrecortada de su compañero de asiento era cada vez menos regular.

— ¿Está todo bien?

—Preocúpate por ti Cassandra.

La castaña estaba por abrir la boca y decirle algo pero sabía que no debía, no en ese momento.  La velocidad del coche fue disminuyendo hasta que se pudo visualizar la entrada a la mansión. Por una razón los nervios inundaron su cuerpo, entendía que algo no andaba bien, no podía explicarlo, pero solo sabía que lo sabía, algo no andaba bien o algo pasaría. El auto paro y apenas lo hizo Jaxson bajo del auto.

—Baja — Cassandra cerró los ojos con fuerza, odiaba que le hablaran de esa manera, en verdad lo detestaba.

Odiaba muchas cosas, pero entre ellas detestaba que le hablaran con autoridad, nada le costaba ser un poco amable al engreído príncipe. Bajo de forma lenta y camino hacia la puerta. Sentia los pasos de aquel chico en sus talones.

—Hay mucho espacio, dame el mío — No hubo respuesta, hubo acción.

—No estoy de humor, será mejor que cierres la boca — Jaxson tomo el brazo de Cassandra con fuerza y la llevo casi arrastrando por la entrada.

—Me estas lastimando — La castaña se quiso separarla y solo logro que él la tomara con más fuerza. — Suéltame.

Jaxson no respondía solo la jalo de nuevo llevándola por el salón hasta una puerta grande de caoba, la abrió de un empujón ligero y vaya que se veía pesada. Era algo parecido a un despacho jurídico, una enorme estantería llena de libros llenaba el lugar, a la mitad del lugar estaba un escritorio grande de madera tallada, sobre esta había un centenar de papeles y algunos libros. Al final de la habitación había sillones en media luna y justamente allí se dirigían. El pelinegro se sentó en medio del inmueble y jalo a Cassandra a sus piernas dejando descansar su estómago en sus muslos.

— ¿Qué mierda...? — La chica se quiso levantar de aquella incómoda posición.

Sus pies y manos tocaban el suelo, pero su trasero estaba al aire y alcance de aquel maniático. El uniforme escolar no ayudaba mucho, la falda se levantó dejando al aire casi toda su ropa interior, eso era en verdad vergonzoso. Estaba por levantarse pero Jaxson la volvió a acomodar en la misma posición.

—Intente corregirte por las buenas, recurrí al encierro pero no aprendiste la lección, veamos si con la humillación te — Hubo una pausa. — Sometes.

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