[12] De nadie más...

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YeonJun sintió un escalofrío cuando SooBin se levantó del suelo, lo tomó de la camisa y, prácticamente, lo arrastró hasta una de las salas de descanso, vacías por cierto ya que todos estaban en el lugar principal en donde habían ocurrido todos los encuentros, BeomGyu escapó lo más rápido que pudo causando exasperación en las dueñas del lugar.

Pero eso, era lo que menos importaba, o bueno, según YeonJun.

—La próxima vez, solo mira y punto. No necesito que alguien venga a defenderme, lo puedo hacer yo solo —le regañó moviéndose de lado a lado, el peliazul estaba muy molesto, de verdad que molesto.

Sus orejas estaban rojas y su ceño tan fruncido que aveces hasta su nariz se fruncía como la de un conejo.

¿Está mal pensar que seguía siendo tierno?

—No fue nada, yo solo...

—¡Tu solo te metiste en mi pelea! ¡Es mía y de nadie más! —le gritó exasperado, YeonJun rodó los ojos y se levantó de su lugar.

—Ya relajate, no lo volveré a hacer y ya —dijo moviendo su mano en el aire— Deberías agradecer por lo menos —murmuró por lo bajo sin contar con el buen sentido auditivo con el que contaba el peliazul.

—¿¡Agradecer!? ¿¡Qué te voy a agradecer!? ¿¡Qué me salvaste la vida!? Puedo hacerlo yo solo —dijo provocando que el oficial lo tomara de los hombros y lo sacudiera levemente. 

SooBin dio un salto en su lugar mirando con desconfianza y un atisbo de miedo al pelinegro que le sonrió.

—Ya, lo siento por meterme en tu pelea, no lo volveré hacer —le dijo antes de soltarlo y darse la vuelta para volver al cómodo sillón que lo estaba invitando a hechar una siesta rápida allí.

El peliazul pasó sus manos por sus hombros para quitar la sensación de las manos ajenas allí, no fue un tacto malo, pero aún así sentía la necesidad de quitarlo.

YeonJun se arrojó al sillón y soltó un gran bostezo que hizo al hada fruncir el ceño.

Desagradable.

El oficial no entendía porqué tanto drama por una pequeña pelea, no le veía algún sentido.

—Mis peleas son solo mías, de nadie más... Soy capaz de defenderme yo solo —le contestó limpiando su daga ensangrentada con un pañuelo que sacó de su bolsillo.

—Aveces no está mal algo de ayuda —opinó acomodándose para dormir aunque sea unos minutos, de verdad que ese sillón era cómodo.

—¿Qué harás cuando no tengas la ayuda? Debes acostumbrarte y aprender a hacer las cosas solo, sin ayuda de algún tipo —habló más calmado que antes.

—De todas formas no tendrás ayuda todo el tiempo, solo esporádicamente —insistió algo sulfurado por la terquedad de SooBin.

—Núnca tengo ayuda, ni la necesito —dijo sentándose en la mesa con el ceño fruncido. YeonJun volteó a verlo sabiendo que tras esas palabras se ocultaba algún suceso muy triste.
Sabía que SooBin tuvo que haber pasado por algo demasiado fuerte para ser como es hoy en día, pero quería saber qué le habían hecho con exactitud.

—¿Qué te hicieron? —preguntó sin algún tipo de miedo, su cerebro había enviado la orden a su boca y ya, seguía acostado y con somnolencia, tal vez fue eso lo que le llevó a lanzar una pregunta que, si el hada quería, conllevaba una respuesta muy trágica y triste.

—Tu también eres humano, ¿por qué te excluyes? —preguntó SooBin tratando de esquivar la pregunta del oficial que se levantó en sus codos para mirarlo fijamente.

Elements Attacks || YeonBinWhere stories live. Discover now