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Narrador omnisciente:
Mientras, Oliver solo pensaba en la discusión que había tenido con Lydia una y otra vez, se arrepentía haberla dejado pero su rabia le podía más, como era posible que no la escuchara? Por que no le hacía caso?

-Eres idiota!- se dijo mientras se colocaba su chaqueta para ir directamente a la madriguera donde solía pasar la mayoría de tiempo...

Cuando el chico llamó a la puerta, la señora Weasley le abrió, parecía preocupada y angustiada. Cansada y llena de ojeras le sonrió amablemente haciendo que a Oliver se le partiera el corazón.
-Hola Oliver! Que te trae por aquí hijo?- le preguntó lo más amable posible.

-Por casualidad no estará Lydia aquí?- preguntó algo nervioso a lo que Molly negó.

-No cariño, a lo mejor está con los gemelos en la tienda. Esos tres siempre están juntos.- le dijo a lo que el chico le agradeció para marcharse en dirección a Sortilegios Weasley.

Cuando llegó, vio como la tienda estaba llena, sin duda tenían muchos clientes y estaban arrasando con el negocio. Oliver se sintió orgulloso de los gemelos, sin duda se lo merecían.

-Oliver Wood?- dijo George con una sonrisa en cuanto entró a la tienda.
-Que haces aquí?- dijo Fred un poco molesto cruzándose de brazos mirándolo fijamente.

Oliver miró a ambos lados buscando a la chica por si solo sin embargo suspiró.
-Está Lydia con vosotros? He ido a la Madriguera pero no está.- preguntó a lo que los gemelos se miraron entre si, con caras serias, más preocupados y angustiados.

-Oliver, tenemos que ir a su casa.- dijo George yendo a buscar las cosas necesarias.
-A su casa? Le ha pasado algo?- preguntó Oliver más preocupado aún a lo que Fred rodó los ojos.

-Oh, con que ahora te preocupas?- soltó el pelirrojo molesto.- Es muy bonito de tu parte teniendo en cuenta que ya la has dejado sola.

Cuando George apareció, los tres chicos se dirigieron a la mansión Anderson. En cuanto llegaron Oliver no dudó en correr hacia la puerta, que se encontraba abierta.

-Oh, no, no Steven... señor Anderson? Señora Anderson!?- empezó a decir Oliver mientras se acercaba a los cuerpos de los padres, llorando.

-George, que hacemos? Ella dijo que volvería...-dijo Fred con las manos en la cabeza demasiado preocupado.
-Sabíais que ella iba a venir y nadie la ha acompañado!?- preguntó Oliver molesto y enfadado, como era posible que nadie tuviera la decencia de acompañarla?

-Ella dijo que quería venir sola, insistió en venir sola.- dijo George mirando a todos lados, el sitio no se sentía seguro.

-Todo esto es mi culpa...- dijo Oliver cayendo al suelo pues no le quedaban fuerzas, donde estaba Lydia?
-Claro que es tu culpa.- dijo Fred mirando a otro sitio.

Oliver lo miró y algo de él, molesto intentó enfrentarlo, por que se comportaba así?
-A ti que te pasa!? Por qué estás tan molesto!?- preguntó llorando el chico a lo que el pelirrojo lo miró.

-Me pasa que la has dejado sola cuando más apoyo necesitaba de su novio. Lo ha pasado muy mal des de que te fuiste por esa puerta y yo te lo advertí. Ahora no nos vengas con que tenemos la culpa, si la quieres de verdad la buscarás y te disculparas con ella por ser tan inútil.- soltó mientras se dirigí hacia la puerta dejando a George y Oliver un tanto confusos.

Pero siendo sinceros, tenía razón.

-Lo siento.- fue lo único que Oliver pronunció.

-Será mejor que se lo comuniquemos a la orden, ellos nos ayudarán.- dijo George mirando a su gemelo.
-Si, vamos.- respondió Fred.- Este lugar me da escalofríos.

Mientras, Lydia se encontraba entre los brazos de Ron, el pelirrojo la quería ayudar pues estaba demasiado mal, no por que tuviera heridas, que las tenía sino por que el trauma que acababa de pasar la había dejado en shock.

-Vosotros! Quedaos quietos! El duende! Que venga conmigo!- dijo una voz conocida como la de Peter Pettigrew apareciendo.

Cuando el duende se fue juntó el hombre, apareció otra figura, una figura demasiado cambiada para la chica.

Draco miraba a la chica y después pasó a Harry quién lo miraba con rabia y confusión, pues antes... no lo había delatado.

-Lydia.- dijo sin embargo la chica no contestaba, no hablaba y no lo miraba.- Lo siento.- dijo a lo que la chica lo miró con lagrimas en los ojos.

El platinado, dejó de hacer contacto visual con ella pues le dolía demasiado verla así, no podía ser que esa fuese la chica con la que había soñado tanto de pequeño.

Cuando Draco se fue, Dobby apareció y llevándose a Luna y a Lydia ahora las chicas se encontraban en la casa donde Bill y Fleur las acogieron.

-Lydia, estamos a salvo.- le dijo Luna intentando animarla sin embargo la chica seguía mirando un punto fijo sin dar señales de que estuviera bien.

Cuando Oliver entró a la madriguera seguido de Fred y George, se escuchó la conversación de Remus y Molly.

-Gracias a Merlín están todos bien!- decía la señora.

-Si, Harry, Ron y Hermione han salvado a Luna y a Lydia de la mansión Malfoy, Bill y Fleur se están ocupando de ellas.- dijo Remus haciendo que tanto Oliver como los gemelos pusieran atención a lo que decía este.

-Lydia, se encuentra bien? Donde está? Necesito verla.- pidió Oliver desesperado a lo que todos lo miraron.

-No podemos ir donde se encuentran ellos, están bien, lo prometo pero no podemos arriesgarnos más.- dijo este muy seguro de sus palabras.- Oliver, ayudamos, necesitamos la máxima ayuda posible.

El chico pensó unos segundos, miró a Fred quién miraba al suelo preocupado y se dio cuanta de que tenía razón, no podía fallarles otra vez.

-Iré con vosotros, os ayudaré.- dijo finalmente.

damm pride (Oliver Wood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora