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Narrador omnisciente:
Lydia tenía mucho tiempo pues ella podía descansar los miércoles de entrenamientos así que decidió hacer una visita algo inesperada.

Cuando la chica miró la casa donde se suponía que vivían los Weasley se sorprendió pues Fred y George se la habían descrito al igual como la estaba viendo.

Se acercó a la puerta y tocó unas tres veces antes de que la señora Weasley abriera la puerta.
-Oh, tu debes de ser...Lydia?- preguntó a lo que ella asintió algo confusa, como es que sabía de ella?- Si, Fred, George y Ron no mintieron cuando dijeron que eras muy bonita.- dijo con una sonrisa.

-Vaya, me alegra que digan cosas tan buenas de mi.- admitió la chica bromeando.- Por casualidad sabe donde se encuentran los gemelos?-preguntó a lo que Molly cambió su cara drásticamente.

Parecía ser que Molly aún no había perdonado a los gemelos por abandonar Hogwarts...

-Deben estar en su habitación. Oh, me imagino que sabes lo que han hecho...toda una vergüenza para el apellido Weasley.- dijo muy decepcionada a lo que Lydia frunció el ceño.

Fred y George no le habían mencionado nada de ella...

-Señora Weasley, puede que piense mal de mi ahora pero yo también me fui con ellos de Hogwarts...- admitió a lo que Molly abrió los ojos sorprendida.

-Te obligaron?- preguntó a lo que ella negó.

-Y créame que no me arrepiento de nada en absoluto...se que mi opinión no importa para nada pero Fred y George son las personas más maravillosas que he conocido además de que tienen un grande talento para las bromas.- dijo la chica a lo que la señora Weasley miró al suelo.

Ella parecía que se lo estaba discutiendo con ella misma, sin embargo Lydia siguió hablando.
-Mi madre al principio se lo tomó igual que usted, pero después comprendió que ella no puede decidir mi futuro por mi. Pienso que debe de darles una oportunidad para que te demuestren de lo que son capaces.- dijo arriesgándose a que la señora Weasley la odiara por siempre.

Molly sin embargo, miró a la chica que se encontraba nerviosa.

-Sabes cariño, Fred y George tienen mucha suerte de tenerte como amiga.- me dijo con una sonrisa.

-Claro que la tenemos madre.- dijeron dos voces por detrás de su madre haciendo que Lydia sonriera.

Molly no dijo nada y se acercó a ellos abrazándolos.

-Siento mucho todo lo ocurrido... claro que tenéis mi apoyo.- dijo a lo que ellos dos sonrieron.

-Bueno, basta de ser sentimentales.- dijo Fred mirando a la chica que se encontraba de brazos cruzados el momento familiar.
-Lydia, vienes a ver Sortilegios Weasley?- siguió George a lo que ella asintió emocionada.

Cuando los tres chicos llegaron, Lydia se sorprendió al ver el lugar.
-Es hermoso.- dijo viendo el escaparate y todo.

-Aún quedan algunas cajas y detalles que arreglar... nos ayudas?- preguntó Fred a lo que la chica sintió emocionada.

-Y bueno...podemos saber que has hecho estos días?- preguntó George mientras subía cajas.

A Lydia se le ocurrió una gran idea en ese momento así que solo se encogió de hombros.
-Mmm trabajo de casa ya sabéis, mi madre es la mayor perfeccionista y quiere remodelar la casa.- dijo tranquilamente.

Fred respondió con un "aha" que no le convencía mucho.

-Por cierto, mi padre me ha regalado entradas para el primer partido de los Ballycastle Bats, y me preguntaba si queríais venir...- dijo ahora Lydia esperando que aceptasen.

-Qué dices Georgie?- preguntó Fred ahora emocionado.
-Por mi está bien Freddie...- respondió este con una sonrisa.

-Genial, ya os las enviaré.- dijo ella muy contenta.- Espero con ansias el partido...

Cuando ya se hacía tarde, la chica se despidió de los gemelos para ir a su casa, estaba agotada y solo quería dormir.

Al llegar, no había nadie así que se estiró en su cama y se quedó dormida profundamente.

Casualidad que Steven trajera a Oliver para cenar y hablar de los próximos partidos pendientes.

Se podía decir que el chico era como un hijo para el señor Anderson y después de que le dijera que habían vuelto como pareja no podía estar más contento con el.

Al llegar, Steven abrió los ojos completamente.
-Oh, lo siento tanto hijo, me he olvidado de mi mujer! Habíamos quedado para cenar por nuestro aniversario!- empezó a decir mientras se arreglaba.

-No importa señor, puedo irme a casa...- empezó a decir pero Steven negó.

-Si quieres puedes ir con mi hija, aunque cuidado, no quiero ninguna sorpresa aún.- le dijo a lo que Oliver negó sonrojado.

Una vez el señor Anderson abandono la casa, Oliver pensó en lo muy bien padre que era Steven como para dejar a llorar novio de su hija solo con él y lo mucho que debía confiar.

-Lydia?- preguntó subiendo las escaleras.

Cuando la vio estirada en su cama durmiendo con la ropa puesta aún sonrió tiernamente.

Se acercó a ella y cuidadosamente se estiró a su lado abrazándola.
-Oliver?- preguntó ella aún con los ojos. cerrados acurrucándose más al chico.- Que haces aquí?

-Tus padres han salido...- dijo mientras la abrazaba.

Lydia sonrió y finalmente se quedó dormida en sus brazos, deseándole buena s noches antes de pensar que tenía mucha suerte de tener a alguien como él.

damm pride (Oliver Wood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora