Capítulos 26.

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Antoine Ripoll se acercó a la camilla y con mucho cuidado abrió la boca del omega para dejar caer las gotas aceitosas de aquella ampolleta, debía beber cada gota para que la formula funcionara o sino su trabajo no haría efecto, solo faltaba acabar con él, Así que procedió a hacer su trabajo.

-Dulces sueños, querido Danny...

Gota por gota fue cayendo, el líquido se tardaba en salir, tenía suficiente tiempo así que no le preocupaba tardar unos minutos mas, el final de la familia feliz estaba llegando, luego de que todo terminara solo regresaría a Italia a disfrutar de todo el dinero que había ganado. No había sido nada fácil trabajar para quien lo contrató, tuvo que pasar un par de años fuera de su pais gracias a ello.

Observó la ampolleta y ya solo faltaba menos de la mitad, solo quedaba muy poco, ya casi estaba vacía, nada mas faltaba salir sin ser visto y escap...

—¿Tu que haces aquí?.– Escuchar aquella voz le hizo dar un respingón haciendo que casi dejara caer el líquido.

Se giró rápidamente sin antes poder ocultar su nerviosismo al cien porciento, su rostro pareció haber perdido el color y su repentina tartamudez casi lo delató.

—¡Kono!, no sabía que estabas por acá.

—Te hice una pregunta, Antoine.– Su voz sonó muy autoritaria.

—Ah, y-yo pasé a ver como seguía Danny, me he enterado de lo sucedido con el maestro de turno y...– Fue acallado nuevamente por la beta.

—¿Maestro?, ¿qué maestro?.– Cuestionó Kono, aquello era algo que nadie mas sabía.

—El que d-drogó a Danny.

—No sabía que había sido un maestro, ¿cómo los has sabido tu?.– Se acercó a él y este retrocedió solo un poco.

Y Antoine supo que lo había estropeado todo.

—Todos en el campus lo dicen.

—Oh, ya veo... ¿qué es eso?.– La vista de la pelinegra se posó en la pequeña ampolleta en la mano derecha de Antoine.

Entonces no le quedó mas remedio que atacar, al fin y al cabo esa beta solo era un estorbo para finalizar con su labor.

—No deberías haber estado aquí.– Susurró Antoine.

—¿Qué?...

Lo próximo que vio Kono fue como este se lanzaba sobre ella buscando como asfixiarla, todo fue tan rápido que no le dio tiempo siquiera de reaccionar o defenderse. El intaliano con una mano tapaba boca y nariz y con la otra sostenía sus manos para que no siguiera tratando de zafarse, era una difícil posición y mantenerla quieta le estaba llevando mas trabajo del que le gustaría hacer.

Kono estaba de espaldas a la puerta del baño, sus ojos lagrimeaban y con la única mano que logró zafar del fuerte agarré de Anto, lo aruño, trataba de quitárselo de encima pero no lo logró, había usando toda su fuerza para alejarlo, cuánto desearía ser una fuerte Alfa en esos momentos para haber salvado su vida, incluso la de su mejor amigo, pero no, ahora se sentía aturdida, comenzaba a marearse por falta de aire y la inconsciencia se avecinó unos minutos después

Y él seguía presionado, a pesar que ella había dejado de luchar, él siguió presionando hasta estar seguro de que su trabajo con esa ultima víctima bastaría...

Pero no fue así.

El crujir de la cristalería impactando con su cráneo fue lo próximo que se escuchó, el cuerpo de Antoine cayó inerte sobre el cuerpo de Kono, y la sangre comenzó a fluir, un certero corte en la parte trasera de su cabeza se hacia notar gracias al liquido escarlata que de ahí emergía.

El monitor que media los signos vitales de Danny comenzó a pitar de manera exagerada, todo en esa habitación se había vuelto un caos, prontamente las enfermeras se acercaron a la habitación pero esta se encontraba cerrada, por supuesto, Antoine la había dejado asegurada antes de cometer sus fechorías.

Para cuando la puerta fue abierta, el monitor había dejado de marcar los signos vitales y los cuerpos de tres personas yacían en esa habitación.

—¿Qué está pasando?.– Llegó Harry al instante.

Su vista se dirigió hacia donde los médicos ahora estaban.

—No lo sabemos con exactitud, solo hagame el favor de salir.– Pidió una enfermera.

—Ellos son mis amigos, ¿que está pasando? ¿porqué Kono está en el piso? Antoine está sangrando... ¡Oh Dios mio, Danny!.– Fue lo último que musito antes de ser sacado a empujones del lugar.

No sabía que decir, mucho menos que hacer, se sentía confundido, ni él sabía por lo que estaba pasando.



~*~

—Clara, respóndeme por favor.– dio pequeños golpes en el rostro de su suegra. Estaba inconsciente en el piso de aquella habitación.– Vamos, tienes que despertar.– Mojó con mucho cuidado el rostro de la omega para hacerla reaccionar.

Steve había llegado a duras penas a aquella habitación, sin embargo, su suegra estaba inconsciente tirada en el piso y sus pequeños cachorros lloraban a mas no poder. Tenía que sacarlos de ahí cuanto antes, el edificio estaba por colapsar, pero no podía salvarlos a todos, si Clara no despertaba no iba a poder sacarla de ahí, era imposible cargar a sus dos hijos en medio de la oscuridad de ese lugar y no sabía como hacer para sacarla a ella.

Tenía que tomar una decisión, y dejar a sus hijos no estaba en sus planes.

—Volveré por ti, aguanta por favor.– Mencionó mientras tapaba con un paño húmedo el conducto por donde estaba entrando el humo.– Volveré por ti.

Steve sacó de una estantería un par de toallas, la última botella de agua que quedaba, y una botella que contenía jabón líquido, probablemente aquel solo haya sido un experimento en sus tiempos de travesura pero ahora podía salvarle la vida a sus pequeños. Empapó ambas toallas con jabón líquido y agua, siempre alternado ambas, una vez estuvieron bastante humedecidas, envolvió a Grace y luego a Charlie. Posiblemente pescarían un resfriando pero necesitaba sacarlos de ahí sanos y salvo.

—Vamos cachorros, tenemos que salir de aquí.– Con mucho cuidado y dificultad cargó a ambos y los acomodó de tal manera que no fueran a ingerir nada del líquido en las toallas.

Y regresó por donde había llegado, bajaba rápidamente por las escaleras que estaban al otro extremo de las llamaradas, eran varios pisos los que tenía que bajar, los niños seguían llorando y eso le hacia doler hasta sus entrañas, y pudo ponerlos a salvo, quizás si solo hubise bajado un poco mas rápido las escaleras...




~*~

—¡NO!, ¡DIOS, NO POR FAVOR!.– El grito de desesperación por parte de Nahele se hizo escuchar.– ¡Ellos no por favor!.– Sollozó en los brazos de Liam, quien junto a Chin se encontraban sollozando silenciosamente.

El aroma de las feromomas de los dos Alfas y el Omega bañaban el lugar, todo era tristeza, dolía en el alma todo lo que había sucedido en tan poco tiempo, las cosas iban bien y... y ahora simplemente todo se había destruido, muchas vida, sus amigos, su familia.

Le arrebataron todo lo que le había costado tanto conseguir.

Fin.






















All The Love, H×.

  

Mein mürrischer Omega >><< McDanno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora