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Mis bellos seres de la creación...¿Cómo han estado?.

Yo muy bien. Acostumbrándome por fin al trabajo. Solo eso. Hasta aquí mi reporte, Joaquín.

Y bueno, pues después de este capítulo hay un anuncio que me gustaría que leyeran. Es importante. Lo publicaré también en mi tablero y en "La Voz de un Ángel", porque siendo honesta, aunque ya cerré el libro aún sigue siendo el libro escrito por mi que más leen jeje.

Y sin más que decir, más que spoiler alert.... Digo, digo. Y sin más que decir, más que disfruten el capítulo. (Ok, he visto mucho mundochavez).

Comencemos. Disfruten.

"Todo va a estar bien

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"Todo va a estar bien."

Se repetía una y otra vez Izuku con cada día que pasaba. Siendo honesto consigo mismo, le estaba costando mucho mantenerse tranquilo y sereno sobre la salud de su pequeño.

Estaba teniendo una lucha emocional fuerte consigo para poder aceptar la realidad. Más aún cuando Kirishima le dió la muy desalentadora noticia de que su compatibilidad de medula ósea con Ame era baja.

"Todo va a estar bien."

También solía decirle a Ame cuando comenzaba a sentirse cansado y se ponía pálido, o cuando le sangraba la nariz. Todo eso lo asustaba, pero se negaba a mostrarse débil ante Ame. Él debía ser fuerte al igual que su pequeño.

Porque, para su sorpresa y tranquilidad, Ame parecía ser quien había aceptado la situación más rápido, lo cual hizo sentir al peliverde un poco más esperanzado en poderlo sobrellevar pronto. Por el bien de su niño.

Por su parte, el pequeño albino no dejó de ser constante en sus tareas. A pesar de no estar asistiendo a la escuela por petición suya, seguía con sus estudios. Principalmente gracias a la ayuda de su abuela. Además de que leía para distraerse.

Izuku agradecía de corazón el apoyo de sus padres quienes cuidaban bien de Ame mientras iba a trabajar y sobretodo de ayudarlo a él a buscar las fuerzas para seguir adelante. Definitivamente tenía a los mejores padres del mundo.

Aprovechando su día de descanso, Izuku se ofreció está vez en llevar la tarea de Ame a su primaria. Por lo que le había contado su madre, su maestra solía preguntarle sobre su salud en representación de todos sus compañeros de clase.

Al llegar a la escuela, tomó las cosas de Ame y salió de su auto. Los niños ya comenzaban a ser recogidos por sus familiares, dando por terminado el día escolar.

Cuando logró encontrar a la maestra suspiró un poco antes de acercarse a ella con una sonrisa.

- Buenas tardes, Ibara-sensei. - Saludó.

- Buenas tardes, Midoriya-san. Es un gusto verlo. ¿Cómo se encuentra?. - Respondió amablemente la joven maestra. - ¿Cómo está Ame-kun?.

- Ambos nos encontramos bien. A pesar de hacer sus deberes, Ame ha mantenido el reposo adecuado. - Respondió sintiendo que era lo mejor que podía decir.

Como Pasaron las Cosas - TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora