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Hola mis bellos y sensuales lectores.

¿Cómo han estado todos?

Lo sé lo sé. Hace mucho que no doy señales de vida. Lo explicaré un poco en las notas finales de este capítulo.

Sin más que agregar porque no se me ocurre nada más, disfruten.

Sin más que agregar porque no se me ocurre nada más, disfruten

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Izuku no recordaba que el dolor del celo fuera fuerte.

En realidad, comparándolo a cuando era más joven y aún no tenía a Ame, este celo no era tan doloroso. Pero Izuku se acostumbró rápidamente a pasar sus días de celo como si realmente no existiera.

Pero ahora había vuelto y no le quedó de otra que estar reposando en cama. Agradecía que por fin era su último día con ese malestar.

Se escucharon toques en la puerta de su habitación. Él dió el permiso para pasar y vió a su madre entrar con una taza de té y medicamento.

- Aquí tienes hijo. Esto te hará bien. - Dijo ella poniendo la pequeña charola sobre la mesita de noche y ayudando a su hijo sentarse.

- Muchas gracias mamá. Perdón por molestarte con esto. - Dijo el joven con una sonrisa cansada pero agradecida.

- No es ninguna molestia, Izuku. - Dijo Inko comenzando a acariciarle sus cabellos. - Hace tiempo que no cuido de ti y me hace feliz poder hacerlo. Me recuerda a cuando eras más pequeño. - Había un toque de nostalgia en su voz.

Así era su madre. Una mujer comprensiva a pesar de su frágil corazón. Ella siempre se preocupaba mucho por él y solía asustarse por muchas cosas en relación a Izuku pero nunca lo limitó en sus decisiones. Siempre lo había apoyado y dado su voto de confianza a pesar del miedo que tenía de si algo malo podía pasarle. Para él, Inko era la mejor madre del mundo y se sentía afortunado de tenerla.

- Bien. Debes descansar, cariño. Toma el medicamento y duerme un poco. No te preocupes por Ame, yo cuidaré de él hoy. Si necesitas algo llámame y subiré a ayudarte. - Indicó ella.

- Lo hare. Muchas gracias mamá. - Agradeció.

Ella se despidió dándole un beso en la frente y salió de la habitación. Izuku tomó el medicamento y bebió el cálido té de jazmín. Era su favorito.

Cuando estaba dispuesto a dormir escuchó el sonido de su teléfono, anunciando la llegada de un mensaje.

Era de Denki.

Denki-kun: Hola hermano. ¿Cómo estás?. Mira quién llegó acompañado está mañana.

Debajo del texto había una imagen adjunta mostrando a un Koda algo sonrojado al lado del joven Satou.

Izuku sonrió ante la imagen. Sabía que algo bueno estaba pasando o pasaría entre su compañero de trabajo y ese varón. Estaba feliz por su amigo.

Como Pasaron las Cosas - TodoDekuWhere stories live. Discover now