White Lies [Joe Mazzello Y Tú] COMPLETA ✔️

Capítulo 16

16. ¡Miren quien vino hoy!

— Te llevaré a las grabaciones conmigo.

Anuncia Joe con una amplia sonrisa y yo me quedo quieta sobre mi lugar.

— ¿Sé puede? — digo después de un rato en silencio y parece desconcertar al chico frente a mí.

— ¿Solo dirás eso? — cuestiona el castaño rojizo mientras veo la sonrisa desaparecer de su rostro.

Algo similar a la culpa me invade y me muerdo los labios en un gesto de nerviosismo.

Por un lado está Joe, que es mi novio, y por otro lado está Sam, que es mi hermano. Joe me está haciendo una invitación que no se le hace a cualquiera, Sam no sabe lo aburrida que me siento en este encierro, Sam me pidió que viera este viaje como unas vacaciones, y yo quería tiempo para pasar con Joe.

Así que dándole una pequeña sonrisa a Joe digo.

— Ire por mis cosas.

La sonrisa vuelve al rostro de Joe y de acerca para unir nuestros labios en un cálido beso. Casi un minuto después nos separamos y junto a él me adentro a la habitación para buscar mis llaves, dinero, mi celular y una chaqueta.

Una vez listos salimos de la habitación y comenzamos nuestro camino por el pasillo tomados de la mano.

...

Después de un viaje en auto de unos treinta minutos llegamos a las instalaciones, Joe baja del auto primero y corre hasta el otro extremo del auto para ayudarme a bajar como un caballero, le agradezco con un casto beso en los labios y una sonrisa se dibuja en su rostro.

Doy un paso adelante mientras Joe cierra la puerta del auto y se pone a mi lado.

—¿Vamos? — asiento ligeramente y suelto un pequeño suspiro — tranquila, será un buen día — dice mientras pasa su brazo por mis hombros y me pega a él.

— De acuerdo — le devuelvo la sonrisa y así comenzamos nuestro camino hacia la entrada.

Nos adentramos al lugar y en el camino Joe saluda a unas cuantas personas.

Continuamos nuestro camino y llegamos al área de los camerinos. Joe me indica cuál es el suyo y seguimos dirigiendonos hasta llegar a este, abre la puerta para mí y al adentrarme miro con curiosidad el lugar y mis ojos dan con un par de personas.

— Buenos días señoritas — saluda animadamente Joe mientras me pasa por un lado y se acerca a las mujeres quienes le dan una amable sonrisa.

— Hoy trajiste compañía — habla una mujer de cabello castaño dirigiendo su mirada hacia mi.

Los ojos de Joe van hacia mí y siento cierta incomodidad con tantos ojos puestos en mi. Trato de darled una sonrisa relajada pero siento que es demasiado.

— Buenos días — doy unos pasos adelante y me detengo en medio del lugar.

— Karen, Lila, ella es __________, linda, ellas son Karen y Lila, encargadas de maquillarme y hacerme ver cómo el mismísimo John Deacon — nos presenta Joe con entusiasmo y ver aquello en el me hace sentir más relajada.

— Un placer conocerlas — las mujeres me devuelven la sonrisa y me responden lo mismo.

— Toma asiento linda, que esto lleva su tiempo — me dice la mujer de cabello oscuro, Lila.

— Gracias — camino hasta un pequeño sofá y dejo mi bolso a un lado de mi sobre este.

Miro en silencio el proceso para preparar a Joe y este pared buscar algo con la mirada por todo el lugar.

— __________, me harías un favor — me limito a asentir y entonces continúa — podrías salir y buscarme una botella de agua.

Mis se abren con ligereza pero aún así me pongo de pie y dejo mis cosas en donde anteriormente estaba sentada. Después de que Joe me da las indicaciones para llegar al lugar de almuerzo y dónde posiblemente haya agua, salgo del camerino y cierro la puerta detrás de mí.

Bajo los pequeños escalones y miro mi alrededor, trato de trner presentes las indicaciones de Joe en mi mente pero los nervios me traicionan, así que comienzo a caminar hacia donde mis pasos me guían. Me encuentro con un par de personas en el camino pero ninguna de ellas me mira siquiera para poder detenerlas a pedirles ayuda.

Me detengo en un punto y giró sobre mi lugar sintiendo mi estómago revolverce, hay muchos pasillos y ninguno me da algún indicio de dónde me encuentro. Siento las palmas de mis manos sudar y las seco en la falda que llevo puesta, y cuando estoy a punto de perder la cabeza.

— Hola