White Lies [Joe Mazzello Y Tú] COMPLETA ✔️

Capítulo 50

Hola hola linduritas!!
Estoy muy feliz de estar de vuelta por acá, esta vez con el capítulo 50! Wow, jeje.
Así que quería traerles algo muy especial y que mejor que uno de los momentos de los que más se habla en los comentarios, así que solo lean y les advierto que viene con algo de lenguaje explícito si saben a lo que me refiero ;)

¡Disfruten y espero leerlas en los comentarios! La tqm ❤️

50. El recuerdo.

 

Joe

Mi momento de sueño se desvanece con el sonido de la alarma que me indica que debo comenzar mi día. Aún acostado extiendo la mano hacia la el mueble junto a la cama y tomo el dispositivo para desactivar la alarma.

Ya un poco más despierto me acomodo sobre la cama quedado boca arriba u durante unos largos segundos mantengo mi mirada fija en el techo de la habitación. Un suave suspiro me hace girar el rostro hacia mi derecha y sobre la cama junto a mi la veo a ella, aún dormida con una mano descansado junto a su cabeza y con la otra sobre mi vientre ya abultado.

No sé por cuánto tiempo me quedo embelesado con esa imagen pero no siquiera me importa, cuando estoy cerca de ella el tiempo deja de importarme. Verla dormir tan tranquilamente solo trae a mi mente esas tardes y noches que pasaba justo en este mismo lugar, cuando Sam no estaba y ella se escabullía hasta aquí y comíamos dulces mientras mirábamos películas, cuando no parábamos de besarnos hasta que nuestros pulmones ardían ante la falta de oxígeno, las veces que fue mía en este misma cama que ahora estamos compartiendo.

Aún puedo recordar una de las últimas veces que estuvimos juntos.

 

El fin de semana había llegado, y eso conllevaba que fuera el momento de pasar más tiempo con _________, con mi hermosa novia.

Tras dos horas de no levantarnos del sofá la película que mirábamos había terminado, durante todo el trayecto luche por no quedarme dormido con la cabeza sobre el regazo de ella, con su mano acariciando repetidas veces mi cabello. Soltando un suspiro me incorporo sobre el sillón rompiendo todo contacto con ella.

— Creo que está es de mis películas favoritas que hemos visto hasta ahora.— la escucho murmurar mientras me tallo el rostro y después me vuelvo hacia ella.

— Creí que tú película favorita sería una en que yo apareciera.

Finjo indignación provocando que en su rostro se forme una bella sonrisa, una de esas sonrisas que tanto me gustan.

Aun en el sofá _______ se inclina para depositar un casto beso en mis labios, cuando está por apartase la tomo por las mejillas y uno nuestros labios en un beso más largo. Nuestras narices se tocan en el proceso y puedo sentir a la chica sonreír en medio de este. Nos separamos unos segundos buscando retomar el aliento y después volvemos a besarnos, esta vez tornándose un beso demandante, sujetándose de mi cuello siento como se mueve sobre el sillón hasta caer sobre mi regazo poniendo sus piernas a cada lado mío.

Me permito bajar mis manos trazando su figura hasta llegar a sus muslos, dónde comienzo a acariciar subiendo cada vez más su vestido por estos. Siento como sus manos se aferran al cuello de mi camiseta y sus besos comienzan a bajar a mi cuello mientras yo sigo tocando su cuerpo.

La fricción de nuestros cuerpos solo aumenta el calor que crece el ambos y sin esperar más la sujeto por los muslos y me pongo de pie con ella aún atacando mi cuello. Nos guio hasta la cama y ahí la recuesto suavemente, me incorporo y la veo mirándome con una sonrisa en su sonrojado rostro mientras me deshago de mi ropa quedando únicamente en bóxers. _______ se incorpora quedando aún sentada sobre la cama y la veo desatar la cinta de su vestido y comenzar a desabotonar sin apartar su mirada de la mía.

Desde que dimos aquel paso en nuestra relación este momento lo tomábamos como algo especial siempre, así que aunque nos besos y los roces fueran desenfrenados y cargados de deseo, al momento de deshacernos de la ropa todo se volvía más lento.

Porque parecía que no solo desnudábamos nuestros cuerpos, sino nuestras almas también.

Cuando llega al último botón se abre el vestido y deja que este caiga sobre la cama para después tomarlo y arrojarlo a alguna parte del cuarto. Me inclino frente a ella y uno mis labios con los suyos para recostarla nuevamente sobre la cama conmigo encima suyo, llevo mis manos hacia su espalda y encuentro el broche de su sostén el cual deshago para dejar sus pechos descubiertos, la escucho jadear en medio de nuestro beso cuando llevo mis manos hacia estos y comienzo a masajearlos con suavidad.

Lo siguiente que hago es bajar su ropa interior por sus piernas hasta dejarlas caer al suelo, rompo nuestro contacto para incorporarme una vez más y deshacerme de mi ropa interior quedando ambos finalmente sin una sola prenda. Vuelvo a colocarme encima de ella está vez en medio de sus piernas y me posicionó para entrar en ella a lo que la escucho gemir suavemente, mis movimientos son suaves y lentos al inicio y poco a poco voy aumentando el ritmo mientras atacó su cuello con mis labios ahogando los gruñidos provenientes de mi garganta.

El único sonido que se escucha en la habitación es el de nuestros cuerpos chocando y los gemidos y jadeos salen de nuestros labios. Finalmente mis movimientos van volviéndose más bruscos y rápidos y puedo sentir como ella lleva sus manos hacia mi espalda y se aferra a esta cuando su climax llega, unas embestidas después puedo sentir el mío venir y soltando un gruñido termino dentro de ella y me quedo quieto unos largos segundos. Nuestras respiraciones están echas un desastre y me dejó caer a su lado sobre la cama tratando de retomar el aliento.

La veo moverse sobre la cama tirando de las sábanas para que ambos nos cubramos, como una niña pequeña se mueve sobre la cama hasta llegar junto a mi y recostarse sobre mi pecho a lo que la recibo pasando mi brazo sobre su cintura para atraerla más a mi.

— Te amo Joey, siempre lo he hecho.

Su voz sale en un suave susurro que hace que mi corazón de un vuelco.

Nunca me había gustado admitir que cada vez que me enamoraba me sentía asustado, pero con ella sentía que nada podía asustarme más que solo pensar que un día podría ya no estar a mi lado.

Doy un cálido beso en su coronilla y la siento removerse bajo mi agarre.

— Yo igual cariño, no sabes cuanto.

 

El recuerdo de aquella noche se desvanece frente a mi y mis ojos finalmente enfocan a l mujer frente a mi con sus ojos abiertos puestos sobre mi. Es misma sonrisa de mi recuerdo aparece en sus labios acompañado de un logro sonrojo en sus mejillas.

— Buen día.— su voz tan cálida y suave como siempre.

Me permito sonreírle de vuelta llevando mi mano hacia su dirección para apartar los mechones de cabello que le caen sobre el rostro.

— Buenos días cariño.

— ¿Desde hace cuanto tiempo has estado despierto mirándome? — pregunta con curiosidad mientras llevo mi mano a sujetar la suya sobre la cama.

— No tengo ni idea.

Una suave risita sale de sus labios y acerco nuestros manos unidad para depositar un casto beso sobre el dorso de la suya.

Cómo dije antes, cuando estoy ella el tiempo deja de volverse relativo y solo parece que somos ella y yo.

Y ahora sería ella, nuestros hijos y yo.