Capítulo 1

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1. El amigo de mi hermano.

— ¿Segura de que ya bajaste todo?

— Sí.

— Porqué no pienso volver a...

— Sí, Sam, ya bajé todas mis cosas — me vuelvo hacia el chico detrás de mí con una sonrisa burlona.

Mi hermano me da una pequeña sonrisa y se acerca a abrazarme con fuerza.

— Me da mucho gusto que estés acá.

— A mí también — respondo con un nudo en la garganta.

Acabo de regresar al que hace mucho tiempo llamé hogar. Cuando tenía 14 años nuestros padres de divorciaron y yo me fui con papá, era feliz con el, pero una parte de necesitaba mucho a mamá y a mi hermano Sam.

Y ahora estoy de vuelta, papá se ha ido y mamá está muy enferma , por ello decidí regresar para apoyar a mi hermano en el cuidado de mamá y también recuperar el tiempo que estuvimos separados.

Me llevo todo el día desempacando y acomodando mis cosas en mi antigua habitación, y cuando termino ya se ha hecho tarde.

— ¡La cena está lista!

Escuchó la voz de mi hermano y dejado sobre la cama mi teléfono salgo de mi habitación y me dirijo a la planta baja. En el camino escuchó risas por parte de mi madre y una voz que no es la de mi hermano, me adentro al comedor y me encuentro a mi madre sentada con un chico que me da la espalda.

— Y entonces corrí y terminé tropezando con una roca.

Mi madre estalla en carcajadas junto a aquel desconocido. Entrelazó mis dedos y doy unos cuantos pasos más para llamar la atención, pero antes de que pueda hablar veo a mi hermano salir de la cocina con platos en la mano.

— Oh, ahí estás.

Los ojos de los presentes se van hacia mí y la sorpresa invade mi rostro al igual que la del castaño con el que conversaba mi madre.

— ¿Joe?

— ______

El corazón me da un vuelco al escuchar mi nombre salir de sus labios y antes de que pueda terminar de procesar todo lo veo ponerse de pie y acercase para envolverme en un cálido abrazo.

Se aparta casi enseguida de mí y me da una amplia sonrisa.

— Que gusto me da verte de nuevo.

— G-gracias, a-a mi t-también — me golpeó mentalmente ante mi tartamudeo.

Tomamos asiento en la mesa y agradecemos antes comenzar a comer. La cena es agradable con algunos chistes por parte de Joe y los retos gestos que hace mi hermano. Durante toda la cena trato de no mirar mucho al castaño pero se me hace imposible, no ha cambiado mucho desde la última vez que nos vimos.

Él siempre ha sido simpático, pero ahora se ha puesto aún más guapo, aunque aún sigue siendo el mismo chico amigable que te hace reír. Me muerdo los labios cuando hace un chiste para evitar la estúpida sonrisa que quiere salir.

Una vez que tomos hemos terminado la cena mi hermano recoger los platos con mi ayuda mientras dejamos al castaño quién sigue contándole sus anécdotas a mi madre.

Dejo el plato sobre el fregadero y me acerco a la barra de la cocina para tomar una fresa que se encuentra en un tazón de vidrio.

— ¿Aún recuerdas nuestro trato?

Antes de que pueda morder mi fruta me vuelvo hacia mi hermano y cierro la boca.

— Sí.

Lo veo aún de espaldas mientras lava los platos y segundos después vuelve a hablar.

— Pues espero que mantengas tu palabra.

Frunzo los labios y cuando estoy a punto de decir algo el chico alegre entra a la cocina.

— ¡Me voy amigo! — se acerca dándome una pequeña sonrisa y se dirige hacia mi hermano quién se gira para despedirse de el.

Veo como se dan una cuantas palmadas en el espalda y después se apartan.

— Te acompaño — anuncio llamando la atención de ambos chicos.

Joe asiente y salimos de la cocina y pasamos por el vacío comedor. Seguro mamá ya subió a su habitación.

Llegamos hasta la puerta y ahí nos detenemos uno frente al otro, veo a Joe quieta una chaqueta del perchero y comenzar a colocarsela.

— Fue una cena muy agradable, hace tiempo que no los veía tan felices.

Sus palabras hacen que lo mire a los ojos y lo encuentro mirándome con una pequeña sonrisa.

— Me alegra estar de vuelta — admito en un tono bajo mientras acomodo un mechón rebelde detrás de mi oreja.

— Y a mí también ______, cuanto hace que nos nos veíamos, ¿Cinco, seis años?

— Diez, para ser exactos — los ojos color aceituna del chico se abren con sorpresa.

— ¡Vaya! ¿Como pasa el tiempo verdad? — el castaño suelta una risita a lo cual yo sonrío con torpeza — bueno, que descanses linda — su apodo me toma por sorpresa y aún más cuando acerca su rostro y me besa la mejilla.

Lo veo abrir la puerta y camino hacia esta para intentar disimular. Joe sale de la casa y me da una última sonrisa.

— Buenas noches — hablo en un susurro mientras lo veo alejarse.

Cierro la puerta con lentitud y me recargo sobre esta soltando el aire que no sabía que había contenido. Pero la felicidad del momento se va cuando recuerdo las palabras de mi hermano.

La alegría cambia a tristeza e incorporandome subo a mi habitación para distraerme un poco.

O eso es lo que pensaba hacer, ya que por más que intento la escena de la puerta no deja de reproducirse en mi mente.

White Lies [Joe Mazzello Y Tú] COMPLETA ✔️Where stories live. Discover now