una escritora sin amor || chanyeol y tú

Capitulo 35 - El tonto enamorado de la Tonta pelirroja.

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El olor a pan recién horneado, y las especies que adornaban el plato. Se veía tan... apetitoso. 
Suspiré y tomé de mi plato el penúltimo bocado de Espagueti, para después dejar a Ronny con su Fetuchinni en la boca. Ella amaba esa pasta con lo que parecía ser, todo su ser. 
La comida se pasó entre risas y anécdotas de ambas. Ella me contaba cosas que sucedieron entre Yannin y ella antes de que ella volara a Nove a partir de que yo me fui, y yo le hablé de todos los amigos de Omar y Pauly, los cuales ahora también tenían relación conmigo y con Chanyeol, y si esa noche mi celular sonaba, lo más posible es que con Ronny también. 
Le conté sobre Lo loca que Helena Era, y lo bueno que era Guilly contando chistes. También mencioné a Ursulla y Diego, los cuales parecían estar en una luna de miel constante; le hablé de Frank, y le conté sobre su flechazo con Lucille, la cual parecía estar totalmente inconsciente del hecho de que el chico suspiraba mariposas cada vez que ella se le cruzaba en frente. Ja... y pensar que les tocó besarse ese día en la playa. Dios. 
Le hablé de Sarah, comentándole lo linda persona que era, sin embargo quise evitar detalles, tales como "Chanyeol está flechado con ella y eso me rompe el corazón". Y por obvias razones, tuve que hablarle de Kai.
Su rostro me lo decía todo: Ella estaba igual de sorprendida por el modo en que "mágicamente" nos lo topamos en la playa esa tarde en Cova. Y es que, era una duda inminente. ¿Por qué razón nos lo encontramos? ¿Justo ahí? Parecía el inicio de otra gran encrucijada. 

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Ronny tenía dolor de cabeza. Esa fue la excusa que me dio cuando, saliendo del local de Esthella, me pidió ir a casa. Francamente, su dolor de cabeza era música celestial para mí: Más tiempo para escribir. Y con más tiempo para escribir, me refería exactamente a Mas tiempo para pensar que mierda podría escribir mientras miro al papel en blanco durante lo que podría extenderse a Horas indefinidas. Si... Que divertido. Ja, nótese mi sarcasmo.
Sin embargo, decidí realmente ponerme a escribir un poco: Mi OneBook, mi diario personal. Cada vez que estaba bloqueada, prefería escribir allí todo lo que pensaba, que siendo sincera parecían más serpentinas que palabras, ya que yo misma me contradecía. Bueno... así era el amor, ¿No? Se contradice infinidad de veces. Se mata y se regenera a sí mismo. Está bien, ______... suspiré. Te estas sobre limitando en tus oportunidades.
Introducía la contraseña, y mis dedos comenzaron a volar. 

¿Cuánto tiempo ah pasado? ¿Tres semanas? Tal vez. Bueno, digamos que el mes y una semana, para ser más claros. Más de 40 Días, y aun no eh podido escribir algo digno de sí... Quizás termine trabajando en un bar. Si, ese bonito bar clandestino al final de la calle, donde el Camarero era un Agradable hombre que, tenía entendido era Homosexual. Ese trabajo me gustaría, porque realmente no requiere mucho trabajo mental. Quizás tenga que reponer entonces todo lo que mi mente se gastó en estos meses en busca del amor en Italia, los cuales no han surgido frutos. Al menos, no en mí, pero parecía ser que en todos los demás, posiblemente. De hecho, hasta podría catalogarlos...
Como primer sujeto, pondremos al loco enamorado de su mejor amiga. Siendo más claros en los sujetos, Frank, enamorado de esa chica de mediana estatura, Lucille. ¿Que había con él? Tal vez el hecho de que su amor era un amor silencioso. No lo decía, lo callaba, y miraba a la chica de sus sueños sonreír sin desdén, sin poder imaginarse si quiera lo que le pasaba a la mente a su mejor amigo. Frank me lo había confesado: Estoy perdidamente enamorado de ella desde que mi memoria funciona. Sus palabras fueron tan claras y sinceras que hasta me dieron ganas de abrazarlo y decirle que todo estaría bien, aunque de eso no estuviera segura. En cierto modo, me identifiqué: Ambos callando el amor; callando un sentimiento que gritaba exaltado, esperando a ser revelado. Con Frank tenía bastantes similitudes. 
Llamemos la sujeto Uno (Frank) El sujeto de los labios sellados, el corazón desboronado y con la Fe latente. Un tanto largo, pero funciona.
El sujeto número dos... Posiblemente, Diego y Ursulla. Eran tan dulces uno con el otro, que casi bombeaban Miel a su corazón en lugar de glóbulos rojos. En algunas ocasiones me podían llegar a marear, sin embargo tenía que admitir que llegaba a envidiar un poco eso. Ellos se sentían tan seguros del amor del otro, tan imponentes. Tanto así que lo compartían todo, hacían todo juntos, y no se separaban en todo el día. Conseguir algo así debe de ser complicado: alguien que esté contigo todo el tiempo, que no te vaya a juzgar por todo lo que haces, que no vaya a hablar mal de ti a tus espaldas, o peor, que no te vaya a traicionar. Y por la mirada de Ursulla y la sonrisa de Diego, intuía que ambos se sentían así. A estos segundos sujetos, los llamaremos "Los Glóbulos de Miel". Eso sonaría gracioso si esto no fuera un texto serio... Bueno, ¿Quién dice que tiene que ser serio? Esto de hablar sola me está matando. 
En tercero, pondremos a Pauly y Kai. ¿Existía algo? No, ya no. Ya eran dos desconocidos que llegaron a conocerse bastante bien; pero, aunque ya no fuera igual, en Pauly seguía existiendo el factor del Recuerdo, y repitiendo mis antiguos apuntes en este tonto diario electrónico, el Recuerdo mata. Así que Pauly se debía de estar muriendo. Y más aparte, si le sumamos que su prima mayor se besó con el primer chico que le robó suspiros... Ya. No quiero pensar en eso ahora. A Pauly, el sujeto número tres, lo llamaremos "El Masoquista", porque recuerda, se enfoca en los recuerdos, y todos esos pensamientos le duelen hasta el alma. Un nombre bastante apropiado. 
Y ahora, el último sujeto: Chanyeol. Su historia se basa principalmente en una traición, perdida, y querer expandir horizontes otra vez, intentando darse a sí mismo una segunda oportunidad en el Amor. Solamente que, ahora buscaba a la chica equivocada.... al menos eso me gustaría pensar, ya que la chica que quiere ahora es Sarah, y no yo. Un suave y dulce salvavidas para no sentirme más tonta de lo que de por sí estoy. A Chanyeollo llamaremos, El tonto enamorado de la Tonta pelirroja. 
Dios... pensé. Si alguien llegase a leer todo lo que escribía, definitivamente causaría más de una controversia.