War of Hearts [Editando] [Tom Holland]

CAPÍTULO 17

Veo a Domenico sacar su lengua cuando él cree que estoy concentrada en la pintura que estoy llevando a cabo sobre él sentado en un banco con uno de los tantos jardines que hay en la Casa Blanca detrás de él. Lo había descubierto la tercera vez pero no le había dicho nada ya que lo quise dejar pensar que seguía siendo divertido. Daniel está en uno de los camastros que hay a unos cuantos metros de mí y lo veo rodar los ojos al ver las muecas que Domenico cree que nadie ha notado, sigue deslizando su dedo en su celular ignorando por completo a su amigo. Cerca de donde estamos, se encuentran Tom y Lydia, los dos están caminando de un lado para otro cuidando que no haya nada fuera de lo normal. Me detengo con el pincel en el aire para observar a Tom, escuchó un quejido de Domenico de que me apresure.

Tom parece darse cuenta de mi mirada porque se da la vuelta y sus ojos se encuentran con lo míos pero en esta ocasión en vez de huir de su mirada, lo miró de manera desafiante. Después de la visita de su querida... Amiga, Lydia y él intentaron disculparse de muchas formas por lo sucedido pero yo simplemente les impedía que siguieran hablando, la verdad es que ya no me importaba hablar sobre ese tema. Estaba realmente enojada y aunque Tom no supiera exactamente la razón, no me interesaba hacérsela saber. Desvíe mi mirada de él cuando escuché una nueva queja viniendo de Domenico y en esta ocasión sí me dediqué a terminar la pintura ya que el pobre llevaba horas sentado en la misma posición y comenzaba a cansarse. Una vez que terminé y se lo hice saber, Domenico se levantó emocionado para ver lo que había hecho.

— Guarda quest'opera d'arte, è la migliore! E tutto grazie a me perché sono un'opera d'arte [¡Mira esta obra de arte, es la mejor! Y todo gracias a mi porque soy una obra de arte] — negué divertida y Daniel bufo pero se levantó para ver la pintura que había hecho — Hablando en serio, bella mia, esto es una verdadera obra de arte. Si te dedicaras a esto ten por seguro que serías una famosísima pintora.

Aquellas palabras me hicieron sentir alegre porque al menos alguien podía disfrutar de lo que hacía, alguien que no sólo fuera Daniel o yo. Muy en el fondo me hubiese gustado poder oír las mismas palabras por parte de mi padre aunque sabía que si él estuviera ahí haría todo lo posible para hacerme ver los errores que tal vez había tenido y darme más razones por las cuales dedicarme a la pintura era una mala idea. De pronto, toda la felicidad que había sentido se esfumó en cuestión de segundos, mis hombros cayeron decaídos y sentí la mano de Daniel sobre mi espalda.

— Esta bien, Lena, puedes ver esto como un pasatiempo después de llegar de tus clases de la Universidad, tal vez en un futuro por fin puedas estudiar lo que tu quieres.

— Lamento haber recordado algo demasiado triste, mia bella — Domenico se acercó a mí para darme un abrazo y dejar un beso en mi mejilla — Como me gustaría poder ayudarte a obtener lo que tanto deseas, podría incluso hablar con tu padre si es que eso sirve de algo.

— No te metas en problemas, Dom, mi padre se enojara contigo y no quiero que él te desprecie porque entonces no podremos verte de nuevo — rodee su cintura con mi brazo y él me abrazó, dejo un beso sobre mi cabeza — Tengo que aceptar las cosas como son, tampoco puedo ponerme a discutir con él porque sé que terminaré perdiendo.

— Al menos te deja hablar por ti misma y no te da unos papelitos para lo que tengas que decir en el día.

— Eso sería totalmente ridículo, mi padre no se atrevería a eso — Daniel y Domenico alzaron una ceja, yo rodé los ojos — Bueno, tal vez pueda considerarlo un poco pero cállense porque puede hacerlo si escucha esto, así que no le den ideas.

— O puede mandarte a hacerte una cirugía donde te haga un robot, ya sabes, que él tenga un control remoto con el que pueda decidir que harás durante el día — Domenico llevó su mano a su barbilla como si estuviese pensando — Sería aterrador pero genial.