War of Hearts [Editando] [Tom Holland]

CAPÍTULO 21

No podía dejar de moverme sobre la cama, escuché el quejido de Domenico por el movimiento que hacía mientras que Daniel murmuraba algunas cosas y se daba la vuelta para seguir durmiendo. Ya debían pasar de las 8 de la mañana, hace horas que había despertado y aunque quise dormir de nuevo no pude. Mi cuerpo se sentía demasiado cansado pero tal parecía que mi cabeza no me daría la tranquilidad, ya había sido suficiente con las 6 horas que dormí antes de por fin despertarme por completo. Había llegado de mi escapada por la noche como eso de las 2 de la mañana, si hubiese sido por Tom tal vez habríamos estado más tiempo en el puente de Brooklyn pero en ese momento lo único que me interesaba era poner tierra de por medio entre él y yo, al menos hasta que estuviera preparada para enfrentarlo. Después de que colgó la llamada con Zendaya mi humor cambió y él se dio cuenta de eso pero no dijo nada, lo relacionó tal vez con que estaba cansada y era mejor regresar al hotel.

Al acompañarme a mi habitación para que nadie se diera cuenta de que nos habíamos escapado, intentó acercarse a mí pero yo hacia todo lo posible para mantenerlo alejado y tal vez comenzó a darse cuenta de que algo iba mal ya que al despedirnos, quiso darme un beso pero yo me apresuré a entrar a la habitación con rapidez, lo único que recuerdo es su rostro confundido. Agradecía que Daniel y Domenico se encontraran dormidos para no tener que dar explicaciones de porque estaba hasta tarde fuera de mi habitación, aunque tal vez lo relacionarían con lo sucedido con mi padre. Ese era otro asunto que tarde o temprano tendría que enfrentar, algo dentro de mí me decía que una vez más me terminaría disculpando por haber por fin hablado y no dejar que mi padre hiciera lo que quisiera conmigo. Al menos me daba tiempo para estar preparada y saber que decir o defenderme si llegaba a pedirme explicaciones de mi actitud, tal vez no se las debía considerando que él ni siquiera quería decirme lo que pasaba pero de nada servía mantenerme enojada con él, yo siempre salía perdiendo.

— Tus pensamientos son muy ruidosos, puedo escucharlos hasta aquí — Domenico hablaba en voz baja para que Daniel no pudiera escuchar — ¿Hablaremos sobre lo que sucedió o mantendrás todo para ti como siempre?

— Daniel puede escucharte sin importar si bajas la voz, lo sabes, así que mejor hablamos cuando podamos hacerlo.

— ¿Quieres ir a desayunar? Todavía estamos a tiempo de obtener un poco de comida, podemos dejar aquí a Daniel, se encontraba muy cansado cuando decidió dejar de esperarte.

— No tengo ganas de hablar, Domenico, lo que menos quiero hacer es eso.

— Entonces sólo estaremos sentados mientras desayunamos, no diré nada a menos de que tú quieras hablar sobre lo que te está afligiendo — al voltear a verlo él me sonrió, por su mirada podía saber que era sincero — Vamos, ve a bañarte, puedo escuchar hasta aquí como tu estómago pide por un poco de comida.

— Tengo que ir a mi habitación, no quiero salir, Dom.

— Eso es una excusa y lo sé pero a menos de que te hayas olvidado, existe una puerta dentro de nuestra habitación que te lleva a la tuya, así que ve.

Solté un quejido porque no había conseguido librarme de la situación aunque en realidad me agradaba la idea de salir de ahí para ir a comer, me deslicé por la cama hasta la parte baja y poder tocar el suelo. Domenico se deshizo de la sabana que lo cubría y se estiró sobre la cama para después levantarse, vi que Daniel se movió y murmuraba algunas cosas pero no se despertó. Al entrar a mi habitación me apresuré para poder bañarme, tuve que elegir mi ropa antes de hacerlo, no creía que tuviese que salir durante el día por lo que elegí ropa simple y con la cual sentirme cómoda. Cuando iba de camino al baño, tomé mi celular para ver la hora, fruncí el ceño cuando vi que tenía un mensaje de un número desconocido, sabía que no debía abrirlo ya que mi padre siempre me lo recalcaba por lo que decidí simplemente ignorarlo. Cuando el agua recorrió mi cuerpo me sentí un poco más relajada, como si todo lo que me afligía se hubiese evaporado por completo.