CAPÍTULO 12

2.7K 201 23
                                    

Después de lo ocurrido, las cosas habían cambiado un poco. Los Holland volvieron a la misma formalidad con la que empezaron a trabajar, traté de hablar con ellos y sobretodo con Lydia pero ninguno hizo caso de mis pedidos para que me explicaran su actitud así que me di por vencida. En cuanto a Daniel, él actuaba y me hablaba como si nada hubiera pasado, salía por las noches y regresaba hasta entrada la madrugada. Abigail había intentado hablar con él pero siempre terminaba en una discusión o cerrándole la puerta en la cara por lo que le había pedido que era mejor dejarlo en paz. Mi padre ni siquiera se molestaba en saber como estábamos o guardar algunos días de luto por la muerte de mi madre. Se había escondido en su trabajo como Presidente e iba de una ciudad a otra. La seguridad de Daniel y de mí era aún más, no se nos permitía estar en lugares públicos o hablar con la prensa. Algo bueno de todo es que las heridas en mis manos comenzaba a cicatrizar y ya no era necesario traer las vendas pero pronto llegaron los cuestionamientos por parte de Abigail aunque simplemente decidí no responder.

— ¿Está bien?

Le enseñé a Abigail el pequeño recipiente que tenía entre mis manos y ella sólo asintió. Nos encontrábamos preparando un pastel de chocolate, mi favorito, en los últimos días la había pasado encerrada. Sólo salía para ingerir algo de comer. Hasta que hace unas horas mi nana entró enojada a mi habitación diciéndome que era suficiente y que tenía que salir y continuar con mi vida. Al principio me negué pero cuando vi sus intenciones de seguir insistiendo y sacarme de cualquier manera de la habitación, desistí de pelear con ella, no tenía ánimos para eso.

— Ahora agrega la leche, la mantequilla y vainilla — Abigail saco los ingredientes de la alacena — Agarra la batidora y mezcla todo durante dos minutos.

Hice lo que me ordenó y después de dos minutos estaba listo. Me indicó que colocara los huevos y volviera a repetir la misma acción con la batidora, coloque el contenido en uno de los moldes. Abigail tomó el recipiente para meterlo al horno. Ahora sólo teníamos que esperar.

— Ves, no era tan difícil — mi nana sonrió y yo le correspondí.

— Lo dices porque sabes hacerlo.

— Sólo necesitas un poco de práctica.

La conversación se vio interrumpida por un pequeño estornudo, por poco olvidaba que Lydia y Tom se encontraban en la cocina. Giré a verlos y Lydia me miró con disculpa, quise darle una sonrisa de que no pasaba nada pero no sabía si la correspondería. Ya ni siquiera sabía que debía hacer para que volvieran a tratarme como se los había pedido, me resultaba incómodo que lo hicieran de una manera tan formal.

— Elena no necesita que la cuiden dentro de la cocina, estará bien — murmuró Abigail dándoles una sonrisa — Podrían ir a tomar un descanso al jardín o a su habitación, ella estará bien aquí.

— Lo siento, señora, pero su padre nos ha pedido que no nos separemos de ella — contestó Lydia de forma educada.

— Entiendo, en ese caso podrían tomar asiento.

— Así nos encontramos bien.

El hecho de que se portaran tan educados y formales me hacía recordar de estaban ahí sólo por trabajo y eso me irritaba, por más que buscaba la razón simplemente no la encontraba. Sabía que ellos no estaban en ese lugar para ser mis amigos, que sólo cumplían con su deber pero me gustaba pensar que tal vez por pasar tiempo juntos podrían llevarse bien conmigo, no creía estar pidiendo mucho. Agradecía que Abigail no fuera como ellos o no sabría cómo lidiar con mi estadía en aquella Casa.

— Por favor,  muchachos — insistió Abigail — Me siento mal al verlos parados, si quieren puedo ofrecerles un vaso de limonada. Por la mañana hice para Daniel y Elena, eso les haría sentirse frescos, ha hecho mucha calor durante estos días.

War of Hearts [Editando] [Tom Holland]Where stories live. Discover now