玉:OCHO(八)

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Cho Seungyoun fue consciente desde una edad temprana, de que no pertenecía a ningún lugar. Y de que, mientras otras personas guardaban personas especiales en su corazón, Seungyoun jamás sería especial para nadie.

No es que estuviera siendo exagerado o un chico promedio con problemas de autoestima, de hecho, su autoestima estaba muy bien; sin embargo, esta era la realidad que estuvo viviendo durante veinte años.

Como había sido consciente de éste hecho desde muy joven, pudo resignarse y adaptarse a ello.

No pertenecía a ningún lugar, pero tampoco deseaba hacerlo.

No tenía una personalidad en específico, tenía muchas dependiendo de su entorno, de forma que era más fácil llevarse con otras personas y encajar, esto era con el único propósito de manipular y conseguir lo que queria rápidamente.

Por lo tanto, mientras caminaba silenciosamente viendo la espalda de esas dos figuras, se sintió muy confundido.

—Seungwoo-ssi, compórtate. —Wooseok reprendió en voz monótona—

—¡Sí, Capitán!

Seungwoo rió tontamente, de esa forma en la que sus cejas se arqueaban hacia abajo y abría la boca como idiota. Había estado siendo muy ruidoso mientras hablaba sin parar sobre ese par de mellizos de Panda y un tal Junseo.

Durante la semana que Han Seungwoo se estuvo recuperando, Seungyoun estuvo esforzándose por hacer tanto como pudiera por Kim Wooseok.

Ya fuera encargarse de pequeños recados o simplemente quedarse al lado del castaño y ser obediente mientras él trabajaba, fueron acciones que no involucraron ningún tipo de segunda intención. Él estaba siendo así porque quería complacer al Capitán Kim, aún si no hubiera un mérito de por medio.

Incluso cuando fue regañado varias veces a lo largo de la semana, Seungyoun pensó que Wooseok lo trataba bien, pero viendo con sus propios ojos el trato que le daba a Seungwoo, supo que Cho Seungyoun ni siquiera era arena en los ojos del mayor.

Kim Wooseok no permitió que Seungyoun caminara hombro a hombro a su lado, alegando que era inadecuado y que siempre debería mantenerse un paso detrás de él. Sin embargo, Han Seungwoo caminó al lado de Wooseok con naturalidad y jamás fue reprendido por ello.

Cuando Seungyoun se esforzó por comunicarse con Wooseok, Wooseok jamás le respondió a menos que fuese necesario, pero él respondía sin falta a las tonterías de Seungwoo aunque fuese con gestos leves.

Seungyoun se sentía muy enojado, ya no era un niño, ¿de qué había que decepcionarse?

No pertenecía a ningún lugar.

Despierta.

—Seungyoun-ssi.

Cho se sorprendió por el repentino llamado y se dio cuenta que los otros dos lo estaban mirando.

—¿Qué?

Seungwoo frunció las cejas con irritación por su respuesta maleducada.

Seungyoun vio que estaban en campo abierto, lejos de las instalaciones principales, por lo que sonrió ladino.

—¿Vas a pedirme que cambie, señor?

Wooseok habló en tono neutral.

—Seungyoun-ssi, espero que no hayas pensado que ibas a salirte con la tuya sin ningún castigo.

Esto irritó profundamente a Cho, pero sonrió encantador.

—¿De qué hablas, señor? Ah, ¿podría ser por los supresores otra vez? Me temo que si ese es el caso, no aceptaré tú castigo.

JADE (SeungSeok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora