❤Capítulo 22❤

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Me decidí a ir con Beverly, la acompañaría hasta su casa y haríamos una tarde de chicas, sería divertido.
- Ben, quedamos otro día si no te importa - dije, mientras caminaba hacia Beverly.
- Claro, sin problema - respondió, y agitó la mano para despedirse.
Imité el gesto, y seguí a Beverly. La verdad, nunca había tenido una amiga mujer, no sabía lo que era y estaba emocionada, una nueva experiencia. Seguramente me lo pasaría genial, Beverly parecía una buena chica.
- Oye, de nuevo gracias por lo de antes, de verdad que si no hubieras aparecido no sé qué hubiera pasado - repetí.
- De nada. Oh, y, ¿quién es Georgie? - preguntó. Palidecí completamente, mordí mi labio inferior con nerviosismo -. Si no quieres decírmelo no pasa nada, es solo que como oi que Gretta lo mencionaba pensé que sería alguien importante para ti.
Suspiré y le conté todo, desde el momento en el que Georgie pasó corriendo hacia la habitación de Bill, hasta el momento en el que mi corazón comprendió que él había desaparecido sin que yo hubiera hecho nada para remediarlo.
- Lo siento muchísimo, ____ - respondió, abrazándome, mientras yo lloraba presa de la tristeza, la culpa y la ira.
Tras calmarme, fuimos a su casa, su padre no estaba y Beverly parecía tranquila por ello.
- Oye, ¿y tus padres nunca están en casa a esta hora? - pregunté, inocente.
- Mi padre suele no estar en casa, él va a beber a un bar de cerca y mi madre... bueno, ella se fue hace mucho - respondió, con algo de melancolía.
- Vaya, lo siento mucho - dije, sin saber muy bien que comentar con respecto a eso.
- Sí, bueno, es mejor que mi padre no esté - comentó -. No le gusta mucho la compañía.
Aquello me pareció extraño, a mis padres les encantaba recibir a mis amigos en casa. Supuse que no todos los padres eran iguales, y a lo mejor yo era la primera amiga de Beverly. Sería triste que fuera así, pero ahora ella me tenía a mi para lo que fuera. Quizá estuviera siendo precipitada, pero sentía que quería a Bev como a una hermana.
- ¿Mamá? Sí, soy yo... Estoy en casa de una amiga, volveré por la tarde... ¿A dónde?... Oh, vale, dile que no me esperen... No, no, no importa... Sí, claro... Te quiero, adiós - llamé a mi madre para contarle que me había quedado con Bev para que no se preocupara cuando no me viera llegar a casa.
Gracias a esto me había enterado de que los chicos tenían planeado ir a los Barrens. Bueno, en realidad mamá me había dicho que no sabía a dónde iban exactamente, pero los conozco lo suficiente como para saber que irían a los Barrens. ¿Para qué? Pues ni idea.
Tras un rato hablando y comiendo en casa, salimos a comprar a la farmacia. Sentía que conocía a mi nueva amiga algo mejor, pero me seguía dando la sensación de que guardaba un secreto. Quería saber qué era, pero no quería meterle presión, el tiempo lo haría por mi y me terminaría enterando.
Entramos a la farmacia y Bev me condujo por los pasillos hasta la sección de mujeres. Allí, cogió unos tampones.
- ¿Estás...? - pregunté.
- Sí... - respondió.
Asentí con la cabeza, y ella se empezó a reír. Yo la imité, la verdad es que aquello había quedado un poco bastante ridículo.
Mientras nos reíamos, unos chicos vinieron corriendo a donde estábamos. Beverly se sonrrojó y escondió los tampones a su espalda.
- ¿Chicos? ¿No íbais a los Barrens? - pregunté, extrañada de encontrarme allí a mis amigos -. ¿Y Richie? ¿Y todo eso?
- Fuera hay un niño herido, Richie está con él, todo esto es para curarlo pero... no tenemos dinero - me explicó Stan de carrerilla.
- Pues... yo tampoco tengo - dije, tocándome los bolsillos.
- Tranquilos, yo os puedo ayudar - intervino Bev, y nos susurró el plan.
Mientras Beverly distraía al señor Kent, el dueño de la tienda, nosotros sacamos todo aquello sin ser vistos. 
- ¿Ben? ¿Estás bien... qué ha pasado? - pregunté, al ver que el niño tenía la barriga rajada y llena de sangre.
- Henry Bowers - dijo Richie, con una mueca de desagrado.
- Ay no, lo siento, debería haber ido contigo - me lamenté. 
- Tranquila, no pasa nada, además de que lo más probable es que te hubiera hecho algo algo a ti también - aseguró Ben.
Eddie consiguió curar a Ben a pesar de que Richie no paraba de molestar. Al final, Bill preguntó si iríamos a la cantera al día siguiente.
Parecía un buen plan, y no tenía nada mejor que hacer. Pero estaba muy cansada y, tal vez, lo mejor sería quedarse a descansar en casa.
A: voy a la cantera, será genial (cap.44)
B: me quedo en casa, a la cantera podemos ir otro día (cap.45)
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Gracias por leer, se agradece el apoyo

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