Epílogo

496 57 15
                                    

-Ese saco no tiene la culpa de nada -comento Jaesang entrando al gimnasio de la mansión.

El chico le observó de reojo y con más fuerza le pegó al saco, sentía sus nudillos zumbando y como el sudor corría por su espalda y frente. Respiro, tomo el saco para dejarlo quieto, procediendo a darle otra patada.

-A veces me da mala espina el hecho de que cuando entro los golpes son más salvajes -el mayor recorrió la habitación con tranquilidad mientras escuchaba al humano normalizar su respiración -, parece que me quieres matar.

-Las ganas no me faltan -respondió el pelinegro sombrío -, lo que me faltan son las balas.

-No es cierto -se burló el hombre lobo -, si en serio quisieras me matarías a golpes.

Doyoung se lanzó sobre él, su autocontrol nulo desde que supo que fue Jaesang quién había apresurado a la manada para que volvieran a casa... No, esa ya no era su casa.

Era de ellos, de esa fastidiosa castaña que siempre consigue un espejo aún en la situación más extraña; era de esos menores que habían sorprendido a todos con su relación, siendo la más formal que ambas habían aceptado; de ese compañero de trabajo suyo que había pedido expresamente no volver a trabajar con su persona pero más que ellos, era ese Sourwolf, Alfa de aquella manada e idiota más grande.

Jaesang le soltó de golpe haciendo que sus pulmones se llenarán de aire -¡¿Qué te sucede?! -chillo con dolor -. Ibas a dejarte matar.

La llave que le estaba haciendo era sencilla de deshacer pero el humano solo se había quedado ahí dejándose hacer, había dejado de luchar pero eso lo sabía, sin embargo, no pensó que fuera para tanto.

-Solo estás exagerando -le restó importancia mientras se arrastraba a una pared cercana para recargarse y cerrar los ojos.

-¡NO! -rugió el mayor a medio transformar -, ibas a dejar de luchar con todo -recrimino con dolor.

Las cosas habían cambiado desde el momento en que la manada había salido de la casa Lee. La recuperación normal para sus heridas era de dos semanas debido a los menjurges que se habían utilizado en él pero éste período se alargo a un mes y medio, las explicaciones fueron simples: no quería mejorar.

Eso le llevo a una fuerte regañina por parte de Kulap que le dejo llorando cual Magdalena pero sirvió de algo porque al día siguiente ya estaba de pie paseando por toda la casa, buscando algo que hacer.

Luego paso lo de Yuhno, un Suh siendo Alfa del territorio Lee pero contrario a la creencia popular, Yuhno estaba sabiendo llevar a sus nuevos betas y estos le estaban dando la oportunidad para mejorar algunas cosas o proponer nuevas. La relación entre ellos parecía ir bien, sin embargo, el Suh mayor se negaba a aceptarlo en su manada y no, ni siquiera Kulap quiso intervenir con él.

-Solo exageras Jae -insistió y rodó los ojos, su cuello dolía debido a la presión antes ejercida -, debe ser la Lu...

-¡NO! ¡NO LO ES Y LO SABES! -el pobre chico apenas y podía contenerse, sus ojos brillando por las lágrimas hicieron que Kim se sintiera mal.

-¿Cariño? -Yuhno apareció, aparentemente preocupado por lo gritos. Cuando miro a Doyoung en el piso una mueca de desaprobación surco sus facciones -. Vamos -abrazo a su pareja y le empezó a sacar del gimnasio -. Deberías pensar lo que haces y lo que has hecho -siseo al joven mientras con una mano sacaba un celular del bolsillo de su pantalón.

Cuando el humano estuvo solo se soltó a llorar por todo lo que había perdido y lo que estaba perdiendo.

[...]

¡Ese Novio es Mío! [JOHNDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora