7. Dama de honor

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Doyoung sabía que a Johnny no le había gustado absolutamente nada pero se decía a si mismo que no podía hacer nada, así que el lobo se aclimata o se aclichinga.

Y sí, probablemente se rió de la idiotez que estaba pensando, prueba fehaciente de que estaba nervioso e incómodo.

Los tres regresaron a la barra pero el humano decidió que era mejor pedir una mesa así que ahí estaban, en un silencio incómodo mientras Suh intentaba no matar al desgraciado que hacía caricias sin cuidado en la mano del pelinegro.

Y ese desgraciado, solo intentaba contener la sonrisa de satisfacción ante las emociones que destilaba el otro alfa, fallando un poco. Bueno, bien, estaba fallando mucho pero por Doyoung podía intentar cualquier cosa así que se disculpó con su prometido partiendo a los aseos.

Su salida fue todo lo que Johnny necesito para hablar, viéndose muy tenso y de la sonrisa con la que había llegado no había rastro alguno. Doyoung se sintió un poquito mal, amaba ver a Johnny sonreír.

—¿Es una broma?— dijo el alfa, sin ver a los ojos al humano, sabiendo que con el latido de su corazón sería suficiente para darse cuenta de que mentía.

—No— y Johnny deseo que estuviera mintiendo pero su corazón siguió estable y desvió la vista de dónde se suponía que estaban los aseos, Doyoung suspiro y sostuvo su mirada —, no te estoy mintiendo ¿qué ganaría con hacerlo?

Johnny se planteó varias respuestas a esa pregunta, por qué en serio le estaba haciendo mucho, ganaba el título de ser la persona que había reducido su corazón a nada.

Pero el lobo le había hecho lo mismo.

—Bien— soltó a regañadientes —, ¿por qué se casan tan rápido?

—Por que lo amo— Johnny apretó su puño debajo de la mesa —, y Ten me necesita ¿sabes?

»Él en serio lo hace y durante este tiempo me ha estado haciendo muy feliz, ayudándome mucho y su familia, su manada me ha recibido con los brazos abiertos. Además, me ha demostrado todo lo que siente por mí, y eso, no lo ha hecho nadie más.

Puede que Doyoung se haya descontrolado un poco pero fueron meses sin poder decir nada respecto a esa noche, la única noche en que Johnny había hecho algo parecido por él. Meses sin poder decirle lo cobarde e idiota que era, meses sin tener noticias directas de él.

Aunque lo último... No, no era su culpa. Él no era un cobarde, idiota si, un poco.

Pero el miedo nunca lo detenía, no otra vez.

—Pero tú tienes una familia, una manada— eso fue lo único que Johnny le pudo discutir pues el pelinegro tenía razón, cosa que no admitiría en voz alta.

—Nadie ha dicho que ya no los quiero o que no me importan— Doyoung intento demostrar una postura tranquila y paso desapercibido ante el lobo que estaba muy concentrado en mantener su autocontrol —, me voy a casar sí pero no voy a dejarlos atrás. Nunca.

El alfa supo que ese "dejarlos" no lo incluía a él y entre la bruma de los celos, el enojo y la impotencia apareció la tristeza y de nueva cuenta, el miedo.

—Entonces para eso querías verme ¿Para tener mi permiso?¿Para preparar a mis cachorros sobre esto?

—¿Permiso?— repitió incrédulo —Disculpa John pero si, te reconozco como mi Alfa sin embargo no tienes el poder de decir sí o no por mí. —suspiro y puso las manos sobre la mesa, Ten estaba tardando y si eso duraba más estaba seguro de que diría algo que no debería —. Y también son mis cachorros, te he pedido que vinieras por que he hablado con Taeyong y me ha dicho que no puede.

¡Ese Novio es Mío! [JOHNDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora