20. Los juegos

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El bosque colindante a la mansión Leechaiyapornkul ha sido acondicionado y dividido para los diversos juegos que se realizarán en él.

La decisión conjunta de la señora Leechaiyapornkul y Doyoung fue hacer partidos de diferentes y casi todos los deportes, un buen desafío entre hombres lobo para verificar sus habilidades y destrezas.

Una parte del terreno había sido marcado con cal dándole la forma de una cancha de fútbol que a la vez fungiría para el partido de Fútbol Americano a petición de Doyoung, también como ventaja, la manada tailandesa ya contaba con una cancha de baloncesto y habían conseguido unas redes para realizar retas de voleibol.

El Pelinegro además de eso, había conseguido el material para el Americano y para Lacross, el último especialmente pensando para su manada.

El viernes tenían planeado realizar una carrera de obstáculos y relevos entre manadas para conocer a la mejor, esperaba que eso no terminara mal.

El sábado les dejarían descansar, ya que ese día Doyoung tenía que cumplir con otra tradición apenas una semana antes de la boda. El tiempo se le estaba yendo encima y no parecía tener algún indicio de lo que tanto buscaba, en su lugar sus nervios aumentaban.

Doyoung no quería casarse, mucho menos sin amor pero había vidas en peligro, le habían amenazado y muy independiente de que atentaran contra la madre del Alfa y su hermana, también habían insinuado que su propia manada correría el mismo destino. No podía permitir eso.

El domingo sería el último día, jugarían un mini-torneo de Béisbol, según Kulap ese era el juego más importante de toda la semana.

Su cronograma empezaba esa mañana con el partido de fútbol y Doyoung mentiría si dijera que no quería estar ahí.

Ver a Jo... Ver a su prometido en el campo dedicándole sus anotaciones era jodidamente romántico, claro que sí.

—Deberías dejar de gruñir —sugirió su futura suegra mientras se acercaban al lugar del juego —, tanto te quejas de que ellos lo hacen.

—Por eso mismo —se defendió —, ellos me han pegado la maña.

—¿Ahora de cuál de tus desgracias nos echas la culpa? —pregunto Yuhno con una sonrisa burlona cuando Doyoung dio un respingo.

—Maldita sea Peter —se quejó, bajando la mano del lugar donde tenía su arma —. No hagas eso, pudo salir mal.

—¿Por qué llevas un arma en un evento familiar? —dijo el mayor interrogándolo, el olor de la pólvora y el acónito mezclados le sorprendieron, y a eso hay que sumar el brazo que el humano había alzado instintivamente hacia las Leechaiyapornkul.

—Cállate Yuhno—fue la única respuesta que consiguió y luego el agente del FBI se alejó de ellos en dirección a dónde escuchaba las risas de sus amigos.

Boun era uno de los muchos omegas a los que el señor Leechaiyapornkul había aceptado en la manada y era un gran amigo de Ten, así que al humano le extraño no verlo con su prometido ya que el juego estaba a nada de comenzar.

—¿Están listos? —hablo a modo de saludo a la manada Suh reunida.

—¡Si capitán estamos listos! —se burlo Donghyuck y los demás rieron, el pelinegro sintió la tensión abandonando su cuerpo y sonrió realmente por primera vez en una semana.

—Tae—llamo —, el jueves es especialmente para ti —informo risueño ante la confusión en el rostro de su mejor amigo.

—¿Por qué coqueteas con él a solo días de nuestra boda? —el falso tono enojado de Ten llego detrás de él y sin dejar de sonreír se volteó. La manada Suh estaba incómoda, el sentimiento era más por instinto ya que luchaban con sus lobos para no hacer alguna estupidez, ya que ellos creían que Doyoung estaba engañando a Johnny.

¡Ese Novio es Mío! [JOHNDO]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon