Abatimiento

180 18 8
                                    

Antes de salir de la ciudad, pasamos por una tienda 24 horas y compramos diversos productos para comer algo mientras llegábamos y para tener en la pequeña cabaña. A pesar de que Frank había comprado varias cosas en el super, teníamos que estar seguros que la comida nos alcanzaria. Seguimos nuestro camino a las afueras de Atlanta.  Mientras Frank conducía yo ponía palomitas de caramelo que acabamos de comprar en aquella tienda en su boca, el conducía con la mano derecha y con la izquierda de vez en cuando agarraba mi muslo, el cual apretaba haciendo que mis piernas flaquearan.

—Lo bueno, es que no hay tanto tráfico, llegaremos rápido. —Dijo Frank mientras manejaba por la interestatal.

—Teniendo una cabaña ¿Por qué fuiste hacia nuestra casa?

Frank volteo a verme por unos segundos.

—No pensaba vivir en una montaña. ¿Quien crees que soy? No puedo vivir en un lugar tan remoto si quiero trabajar y vivir normal.

Asentí a sus palabras.

—¿Tiene mucho que no vienes? Porque de ser así, nos pasaremos mas tiempo limpiando que en la cabaña.

Frank soltó una risa.

—Hace poco estuve aquí, así que no te haré limpiar nada. 

Metí una palomita a mi boca, luego tomé una más y las metí en la boca de Frank. 

—Serán unos días maravillosos. —Dije y Frank asintió pero pareció pesarle lo que vendría después.

Seguimos el camino al rededor de dos horas más, hasta que empezamos a ver cada vez menos casas y mas vegetación.

—Estamos muy cerca. —Avisó Frank.

Mi celular sonó era un mensaje de Timothy.

[Diviertanse, los quiero]

—¿Quién es?  —preguntó Frank volteándome a ver.

—Timothy.

—Es una suerte que no nos dijo nada.

—Es extraño, posiblemente espera a que esto pase para poder darte una paliza. 

Frank soltó una risa.

—Él hablo conmigo —Dijo Frank— cuando fuiste por el pago a la cafetería, no me han quedado ganas ni de siquiera darte un beso por miedo. —Soltó  una risa.

—¿Qué? ¿Por qué yo no lo sabía? —dije indignada. —¿Qué te ha dicho?

—Bueno pues después que te fuiste...

■■■■■FLASHBACK■■■■■

Tocaron la puerta del cuarto, era Timothy quien entró después de aquellos golpes en mi puerta.

—Iero tenemos que hablar. —Anunció tras su entrada, yo estaba en el escritorio de la habitación haciendo un diseño así que su voz hizo que volteara hacia Timothy quién tomó asiento en mi cama.

—¿Sobre quién? ¿Todo bien con Elisa?

—No te hagas el idiota. ¿Por qué Margot? Tienes muchas mujeres allá afuera que seguramente te dirían que si. ¿Por qué Margot?

Guardé silencio unos segundos tras sus palabras

—Es difícil, yo tampoco quería,  sólo sucedió. Y le dejé de hablar porque bueno creí que era lo mejor que podría hacer.

—Podría ser tu hermana.

—No lo es.—Dije con una risita y Timothy pareció enojarse más.

Hermosa Locura » Frank IeroWhere stories live. Discover now