Inevitable

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Año 2045

Estaba en el trabajo a punto de salir, mi hermano Timothy tendría que venir por mí, en lo que llegaba cerré la pequeña cafetería donde trabajaba, mire hacía la desolada calle; desde que Linus nos empezó a invadir la gente no sale mucho de sus casas por miedo, creo que todos sabemos que esto terminara mal pero aún así tenemos una pequeña esperanza de que todo se arregle, el sonido de mi celular me saco de mis pensamientos por lo que lo saque de mi bolsillo y mire la pantalla era un mensaje de Timothy.

[Lo siento, no puedo ir a recogerte. Pero mandé a alguien para que lo haga, nos vemos aquí]

Leí el mensaje y resople al parecer no pudo dejar sus cosas de lado para venir por mi, en ese momento un auto se estacionó frente a la cafetería y se bajo un varón con una chaqueta de cuero una camisa gris y unos pantalones de mezclilla azul oscuro, se dirigía para acá.  El chico me miró y me hizo un gesto superraro, abrí una de las puertas de vidrio y me asomé.

—Lo siento, no hay servicio.— Mencioné mirándolo.

—No quiero tu tonto café, son horribles saben a cartón, me mando Timothy. ¿Eres Margot?

—¿Qué? No saben a carton. Y si soy yo.

— Por supuesto que si. Como sea mueve tu trasero no tengo tiempo para charlar de lo horrible que es este lugar. — Me echó un vistazo y luego se fue hacia el auto. No se quien se creía pero era un imbécil Timothy tiene que elegir mejor con quien se junta, tome mi mochila, apague todas las luces del lugar, al salir cerré con llave y un candado y me dirigí hacia el auto, lo rodee y me subí en el lugar del copiloto.

—¿Te molesta?— dijo él chico haciendo un gesto con el cigarro.

—Me da igual.

Este sonrió como si se estuviera burlando de mi.

—¿Tanto te molestó lo del café? Pero si es la verdad.

Yo voltee los ojos.

—¿Tan imbécil eres? — pregunte mientras veía por la ventana. El soltó una pequeña carcajada y puso el carro en marcha hacia la casa. 
—¿Sabes porque no vino Timothy? —pregunté mirándolo

—Tuvo que arreglar el cuarto de invitados. 

—¿Ah si? ¿Para quién?

— Para mi. —Me volteo a ver una vez que detuvo el auto en un alto. — Me quedare un tiempo por aquí, las cosas están difíciles para vivir en el norte.

—¿Qué? ¿Te quedas? Timothy no me dijo nada de ello. 

—¿Tiene qué decirte algo? ¿No se supone que somos amigos?

— Eres su amigo, no mío. Yo también vivo ahí necesito  saberlo.   —Lo mire por unos segundos y una vez llegamos a casa, él se estaciono en la cochera me baje del auto y entre a la casa por la puerta que daba a la cochera.

—TIMOTHY— Grité

— ¿Qué? — dijo saliendo de la cocina y dirigiéndose hacia donde yo estaba.

— ¿Por qué no me lo dijiste? Tuviste que haberme avisado que venia alguien a nuestra casa. Ni siquiera lo conozco, puede ser un loco o un violador.

Timothy volteo los ojos

— La ultima persona a la que le pondría atención seria a ti. —Dijo una voz a mis espaldas.

—Quiero que se vaya— comente ignorando el comentario y mirando a Timothy.

—No no lo hará, yo pago esta casa tanto como tú, y él se queda. Ni siquiera pasas en casa, tu habitación esta arriba y la de él aquí abajo, ni siquiera lo notaras. Aparte de estamos en una situación difícil.

—¿Enserio tanto alboroto? Sólo le dije que eran terribles sus cafés. — Dijo la voz detrás de mi.

—Lo son. —Secundo Timothy y luego ambos rieron. Voltee a ver al amigo de Timothy. Él guardo silencio y luego estiro su mano hacia mi.

—Soy Frank Iero. — Sonrió burlón

—No me importa. —ignore su mano y luego voltee hacia Timothy ignore a ambos, camine hacia las escaleras.

—Lo siento aveces es una tonta —Dijo Timothy hacia Frank.

—Esta bien, tuve la culpa por molestarla.

Entre a mi cuarto y me dispuse a ir al baño, el coraje me había soltado la vejiga, una vez termine me metí a la ducha, había sido un dia muy largo, y el sentir el agua caliente por mi piel fue la cosa mas exquisita. Una vez termine de bañarme, me puse mi pijama y me tire en la cama, voltee al reloj eran las 7:00pm.
Unos golpes en la puerta me hicieron reincorporarme en la cama.

—Adelante. — Dije.

—Mar... quiero hablar contigo.—Dijo Timothy mientras entraba al cuarto y una vez adentro se sentó en una orilla de la cama. —Lamento no haberte avisado, yo tampoco lo sabía, me marco hoy al medio día, ¿Sabes que las cosas en el Norte están peor? No es como aquí, aquí aun no somos totalmente invadidos. Él y yo somos muy amigos desde el servicio militar. Así que entiéndelo, y entiéndeme.

Suspiró poniendo su mano en mi pierna y me miró. Me quede en silencio unos minutos.

— Acabamos de perder a papá en la guerra, es cuestión de tiempo que yo o el nos vayamos a la guerra si esto no mejora, así que porfavor. Si alguien le hubiese ayudado a papá... —Guardó silencio y sentí como las lagrimas se agolpaban en mis ojos. Lo entendía.

—Esta bien, lo se. No hace falta que digas más. Creo que fue el como se dieron las cosas. Que se quede pero que no se meta conmigo y todos estaremos bien.

Timothy me miro y sonrió.

—Yo me asegurare que así sea

se levanto alegre de la cama, se acerco a mi y me dio un beso en la frente.

—Te quiero

—También te quiero.

Sonrió y salió del cuarto antes de cerrar la puerta me miro.

—Ven a cenar con nosotros, Frank y yo compramos pizzas.

Yo asentí, tome la mochila la que traía del trabajo y baje con ella tras Timothy. Frank estaba en el comedor poniendo los platos y las cajas de pizza en medio. Timothy de inmediato corrió a ayudarlo. Yo me fui a la cocina y saque la panera, abrí mi mochila, saque una bolsa de papel que contenía pan y empecé a acomodar la repostería, una vez termine la lleve hacia la mesa.

—No sabe a cartón ¿Cierto? — Pregunto Frank mirando con curiosidad.

—No, puedes probarlo y si no te gusta puedes irte a la mierda.

Frank soltó una risa y asintió.

—Si no me gusta me preparas la cena mañana. Y si me gusta yo te preparo la cena a ti.

—Y cuando Timothy no pueda tú irás por mi. —añadí. Aveces cuando Timothy no iba por mi tenia que venir a casa caminando y lo odiaba.

—Trato hecho. —dijo Frank estirando una de sus manos completamente tatuadas hacia mi, le tome la mano y la estreche en forma de pacto.

—Trato hecho.

Hermosa Locura » Frank IeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora