Capítulo 24.

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Judith.

Mi vida es un caos, me siento sin rumbo y preocupada por el futuro de este bebé que tendría. Enterarme que estaba embarazada fue una sorpresa, soy una tonta porque ahora que pensaba en frío, cada uno de mis síntomas tenía más que sentido, los mareos, las náuseas, los vomitos extremos y el cansancio solo eran el claro signo que dentro mío crecía una pequeña persona, que cambiará mi vida para siempre.
En mis planes no existía la posibilidad de esto, pero siempre sale al revés de todo lo que planeo, sería madre y debía empezar a pensar en este bebé, seré la mejor mamá para él.

- ¿Cómo estás, Jud? - lo escucho decirme. Estábamos en un parque cercano a mi departamento esperando que Meg y Christopher puedan solucionar sus problemas, ellos merecían ser feliz.

- Cuidado Maddie - digo sosteniendo a la pequeña que se quería subir a un tobogán.

- Espera que el tío sube contigo - interviene Dominic.

- ¡Titi! - se queja la niña.

Una sonrisa en mi rostro se forma al verlo subir con Maddie por ese tobogán y los dos deslizarse tan dulcemente que mi corazón vibra en en mi interior. Así como es un buen tío, también será un gran padre. Me aterra contarle lo del embarazo, temo por su reacción, lo he escuchado una y mil veces decir que prefiere ser tío antes que padre, ahora con el pequeño creciendo en mi interior todo eso cambiaría.

¿Cómo reaccionara?

¿Me odiara por esto?

No estaba lista para confesar este secreto, solo unas horas pasaron desde el momento en que me enteré del embarazo que dentro mío lo seguía procesando. Estaba abrumada.

- ¿Por qué lloras, Jud? - me pregunta alarmado al acercarse con Maddie en brazos.

- ¿Titi? - dice la pequeña al verme y estira sus brazos para que la cargue.

- No es nada, solo una alergia - miento secando mis lágrimas.

- Bebé - niega la cabeza la pequeña mirándome y señala mi vientre. - Malo, malo - agrega haciendo que sienta que empieza a faltarme el aire.

- ¿Qué dices, Mad? - pregunta su tío divertido.

- Podríamos volver, supongo que ya hayan solucionado sus problemas - intervengo nerviosa.

- Pagarás mi terapia psicológica, ya bastante traumado estoy con esos dos - comenta con diversión. Después de tantos minutos solos, me animaba a mirarlo a los ojos, esos faroles grises que cautivan no tenían su brillo habitual, las grandes ojeras que adornaba su rostro, la palidez de su piel y podía asegurar que estaba más flaco de lo normal.

- ¿Estás bien? - le pregunto preocupada.

- Podría estar mejor, pero no lo es - contesta encogiendo sus brazos

- ¿Qué tienes? - consulto asustada.

- Creo que una enfermedad terminal, me haré estudios médicos - me cuenta tomando entre sus brazos a Maddie que nos observa.

Un jadeo sale de mi boca, mis manos la tapan y mis ojos de cristalizan al escucharlo.
¿Una enfermedad terminal?
Iba a perder al hombre que más amo en este mundo.

- Dominic - me abrazo a él llorando como una Magdalena.

- Tranquila Jud, todavía no se si es verdad - murmura acariciando mi cabello.

- No quiero verte morir - musito sin poder parar de llorar.

- Tuve una buena vida, sobre todo en el momento en que apareciste - declara pasando sus pulgar por mis lágrimas.

Detestable Amor (2°PA)Where stories live. Discover now