Capítulo 22.

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Judith.

No sabía cómo salir de esta pena amorosa, cada vez que imaginaba a Dominic con Emma mi estómago se revolvía por completo. Había pedido unos días en la empresa para evitar verlo, ya bastante me rompió el corazón para tener que poner mi mejor sonrisa cuando sabía que no podía.
No soy tan fuerte, soy una tonta que se enamoró del hombre incorrecto.
He pensado en dejar todo en la ciudad para volver con mi familia, darme cuenta que fui vencida por el amor me pone mal pero no le encuentro más vueltas porque debía alejarme de él para evitar mi tan anunciado final.

No podía más vivir en la misma ciudad.

- Hola Meg - digo desganada atendiendo su llamada.

- Jud, necesito tu ayuda - me pide y puedo notar su desesperación en su voz.

- Dime Meg, me estoy asustando - comento mordiendo mi labio inferior.

- Necesito que pases por mí y Maddie. ¿Podemos quedarnos unos días contigo? - pregunta.

- Eso no deberías ni preguntar, claro que pueden - afirmo.
No me vendría mal compañía y ellas son las mejores para hacerme olvidar de todo mis males.

Dos horas después estoy en la puerta de la casa de Megan, me sorprende verla salir con uno bolsos y la pequeña durmiendo en sus brazos. Sube al auto, la miro a los ojos y se que algo sucede pero respetaría su tiempo.

- Gracias por esto - dice cuando pongo en marcha el auto.

- No es nada Meg, las llevaré a mi departamento - contesto dándole una suave sonrisa.

La dejo que guarde lo que sucede, en sumo silencio la llevo hasta mi departamento, va tan medita en su mundo mirando por la ventanilla mientras abraza a su hija temiendo perderla.

Nunca la había visto de esta forma.

Cuando llegamos a mi departamento, bajamos sus cosas y me pide permiso para hacer un biberón que luego se lo da a la pequeña Maddie que no tarda nada en dormirse de nuevo.

- ¿Me dirás qué pasó? - le pido preocupada.

Toma un poco de aire mientras acariciaba la cabellera rubia de su hija. - Mi padre quiere que lo ayude a meter preso a Christopher  - abro mis ojos sorprendida por sus palabras. - Se que es difícil de entender la historia pero prometo que en otro momento te la contare - agrega suspirando con tristeza.

¿Por qué su padre quiere meter preso a mi jefe?

No hace nada fuera de la ley.

- No se que decirte Meg - murmuro tomando su mano. - Tienes que hablar con el señor Meitzner y creo que también deberías contarle la verdad a tu padre - la aconsejo. Ella no se había animado a decirle a su padre que tiene una relación con mi jefe.

- Ahora no puedo hablar con ninguno de los dos, papá quiere que traicione al hombre que amo, que justamente es el padre de su nieta, no va a escuchar ninguna de mis palabras - comenta melancólica.

- Sigo sosteniendo que debes hablar con los dos , soy muy mala dando consejos - digo con un intento de sonrisa. - Nunca tuve amigas - le cuento un poco avergonzada. Nunca los tuve porque todas querían ser mis amigas para tener un poco de atención de mis hermanos, en definitiva me usaban para llegar a ellos.

- Ahora la tienes Jud - ella da un suave apretón en mi mano - Voy a estar siempre y gracias por dejarnos quedarnos acá - agrega sonriendo.

- Te dije que no debes agradecerme nada, las quiero mucho a ambas - digo mirando como la pequeña Maddie dormía en el sillón. - ¿Qué tienes pensado hacer? - le pregunto al ver que está en un debate interno en que hará.

Detestable Amor (2°PA)Where stories live. Discover now