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CRISTOPHER CROSS

Me encontraba apoyado sobre la barra, intentaba tomarme algún Vodka y buscar algo sin Alcohol para mi chica.

Espero que no se entere que me pedí un Vodka, suele ponerse un poco histérica con este tipo de cosas. Aun sigo intentando descubrir todos estos nuevos sentimientos en mí. Es raro, nunca me había descubierto a mí mismo pensando en una chica. Claro que pienso en culos todo el día, pero no entiendo porque desarrolle esa especie de adicción hacia Ellie Méndez, tengo una especie de desesperación por protegerla. Me da miedo que le llegue a pasar algo malo durante las veinticuatro horas del día, sin mencionar que es con la única chica que he estado por más de dos días.

Amo despertarme y enviarle un texto, pasar mis tardes con ella, verla reír. Ella me hace feliz, es raro, pero mi parte blanda sale cuando estoy con ella, no pienso en alcohol, ni en sexo o cosas sin sentido, estando con Ellie soy feliz.

¿Estoy enamorado? Absolutamente no, yo no me enamoro.

La quiero, la quiero mucho, pero no estoy enamorado.

Detesto tener mi parte marica cuando pienso en esa chica. Es todo distinto con ella, como que nunca he pensado en tirármela o algo así, todo lo contrario, la veo demasiado frágil. A veces como que me asfixio, se me acelera el corazón cuando le digo que somos únicos sin etiquetas y me sale con su "No somos nada", simplemente su tono de voz chillón me pone los pelos de punta.

No sé si ya estoy listo para ser su novio, para empezar, no sé ni lo que quiero.

Se que la quiero, pero no sé si quiero tener una novia. Tampoco la quiero ver con otro, la sangre me hierve cuando alguien se le acerca, literalmente.

Estoy malditamente jodido. Lo peor de todo, es que sé que voy a tener problemas con esta chica.

—¿Tequila y un agua? —Pregunto la sexy chica de la barra.

—Eso es mío—Levanté mi mano. Le hice una que otra cara sexy, como para no perder la costumbre.

—Aquí tienes—Apoyo las bebidas sobre la mesa. Por la mirada, esta chica está completamente loca por mí—Y también—Estiró un papel—Mi número, guapo.

—Gracias—Levante las bebidas y me quede viendo el papel.

¿Lo levantó?

¿No lo levanto?

—Tomaré esto—Agarre el papel de entre sus manos y le guiñe un ojo.

Por si la dudas, uno nunca sabe y aparte tengo necesidades que satisfacer.

Tome mi tequila de un solo trago. Ellie debe de estar cansada de esperarme.

—Hola, sexy.

Dos nenas me acorralaron.

Valeria Hamilton y Mónica Dallas

—Señoritas—Les hice una miradita e intenté seguir mi paso, se interpusieron.

Par de pesadas, si hubiera sabido que iban a ser así nunca las hubiera ni besado.

Me mandan textos todos los putos días.

—¿En qué andas Cris? —Me molesta tanto los tonos de voces de algunas mujeres.

—A qué te refieres, Vale—Me crucé de brazos.

Si Ellie se enfada conmigo por demorarme voy a matar a este par de perras.

—Traes una botella de agua, y te hemos visto con...

Ambas se miraron.

—El bicho Méndez—Dijeron al unísono.

Se me hierve la sangre escuchando a alguien hablar mal de mi chica.

Él no me conoce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora