Historia 20- Mi musa

46 1 0
                                    

Actualmente creo que es muy fácil saber si tu pareja te es infiel o no. En mi caso, con sólo revisar su iPad me di cuenta que se mandaba nudes con otra mujer. Él es pintor y su relación con ella comenzó por trabajo. Ella se convirtió en su musa y él la pintaba en su departamento por horas y horas. No es muy difícil pensar qué puede pasar cuando una chica está en pelotas siendo pintada y llamada "musa".

Quizás nunca fue su musa, quizás sólo se lo decía para hacerla sentir especial y así poder tener sexo con ella. Él es así. Debido a la mucha interacción entre ellos que vi en redes sociales, decidí tomar su iPad un día que pasé la noche en su departamento y el muy idiota no había borrado absolutamente nada. Estaba toda la conversación, pero como tenía poco tiempo, la copié rápidamente y la envié a mi mail.

Cuando llegué a mi casa la leí. Lo que más me dolió en el alma fue que le decía las mismas cosas que a mí. 

La misma manera de hacerla reír, la misma jerga, las mismas pláticas sin sentido, ¡hasta le enseñaba la misma música que a mí! No me dolió leer que aún tenían sexo, lo que más me dolió era ver cómo le prometía irse a Chile con ella, leer como armaban una vida imaginaria juntos y hasta hablaban de nombres de sus hijos. 

Sí. 

Mi novio hablaba del futuro nombre de sus hijos con la chica con la que me estaba poniendo el cuerno.

Al día siguiente le conté todo y lo primero que hizo fue pelearme por haber traicionado su confianza leyendo sus conversaciones privadas. Después de una fuerte discusión me confesó todo y me dijo que no sabía qué hacer, que estaba enamorado de ella y que de verdad lo inspiraba.

Decidí no terminar con él, pensé que después de cinco años como pareja podíamos resolver este problema. Al fin y al cabo pensé que en algún momento uno tiene que vivir este tipo de problemas con su pareja.

 Él me prometió dejar de pintarla y de tener contacto con ella, pero que por favor no lo dejara. Lo intentamos. Los primeros días fueron sumamente raros: el sexo fue pésimo y con cada movimiento en la cama imaginaba que lo hacía pensando en ella o que ya se lo había hecho a ella. La calidad del sexo fue bajando y yo tampoco tenía muchas ganas que digamos. Decidimos no tener sexo hasta que nos sintiéramos muy cachondos.

Esto ayudó un poco, ya que cuando por fin tuvimos sexo, las ganas podían más que cualquier otra cosa y hacían que el resultado fuese mucho mejor. Su iPad se volvió tóxico, cada vez que le llegaba una notificación sentíamos un frío en el ambiente que nos recordaba de esa época, así que decidimos regalárselo a su hermana. 

Aún sigo en la relación, hemos mejorado y sentimos que pudimos solucionar esa etapa. No sé qué te diría él, pero desde ese día no la hemos vuelto a nombrar y creo que eso le quitó poder a ese suceso. Los cuadros que pintó con ella de modelo se vendieron muy rápido y eso fue una especie de catarsis.

Historias de DesamoresWhere stories live. Discover now