Historia 28- Quedarme o irme

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Tengo 40 años de edad y mi esposa 33, llevamos casados 11 años y tenemos dos hermosos hijos: un niño de 11 años y una linda niña de 10. 

La vida como pareja ha transcurrido en todo este tiempo de un modo normal, diría yo que muy positivamente, claro no faltan los problemas eventuales y esporádicos de cualquier pareja normal y que por lo general se generan por pequeños detalles o por simple bobadas, pero que al final no se demoran más de un rato, uno o dos días para solucionarse y volver a estar contentos nuevamente y, en fin, diría que somos una pareja normal con un aceptable grado de felicidad.

En los últimos 20 días he notado a mi esposa muy rara, como triste y aburrida, para lo cual yo recurrí a estrategias especiales de buen trato para con ella e intensifiqué un poco más mi cariño, afecto y atención para con ella, para hacerla sentir bien y que viviéramos como la pareja que siempre hemos sido. No tuvo mayor efecto, continuó distraída y hasta diferente conmigo que incluso era distante y desentendida en nuestra cama. 

Comencé a sospechar cosas que nunca había imaginado y que me hacían muy triste e intensifiqué el seguimiento y estaba pendiente de cualquier detalle para hacerle su análisis.

Hace dos días atrás, cuando ella salió para el gimnasio a las 5:30 de la mañana como era costumbre ya, luego que se fue, me levanté y tomé un café, vi en la mesa del comedor su celular, lo que ella nunca lo dejaba, pero este día se le quedó y desbloqueado además. 

Como me encontraba en proceso de investigación y buscar cualquier cosa que me diera información, agarré su celular y estuve tres horas hasta que ella llegó, analizando sus contactos, sus mensajes, pero sobre todo los mensajes que tenía en el Whatsapp, en el Facebook y en el Messenger y nunca imaginé lo que allí encontré.

Al parecer ella no sabía que todos estos textos se podían borrar y para sorpresa mía e infortunio de nuestra relación, encontré un historial de ella con sus contactos desde la fecha hasta tres años atrás.

La primera conversación o diálogo que abrí fue una conversación por Whatsapp con una de sus amigas del gimnasio en la que le preguntaba que qué era lo que pasaba con Gabriel su novio, mi esposa le respondía que al parecer sucedía que la iglesia en la que él se congrega le prohíben esta clase de relaciones y que por eso era que su amante le había terminado.

Continúa la conversación explicando mi esposa a su amiga que ella había ya hablado con él por el Whatsapp hacía ya tres días, explicándole mi esposa a él que ella no era feliz en su matrimonio y que estaba cansada de su esposo y que no le importaba nada de lo que con él pasara de ahí en adelante, continúa la conversación con su amiga y le cuenta que este joven la entendió y por lo tanto volvieron con su relación habitual, es decir, hubo una reconciliación entre ellos. 

Cabe decir que a esta fecha ya llevaban dos años saliendo juntos y la relación entre mi esposa y yo era tan similar como cuando estábamos en nuestros primeros meses de casados, razón por la cual nunca de mi parte llegué yo a sospechar tal situación.

Continuando con la búsqueda de datos, luego encontré una comunicación corta, fechada del día anterior, en la cual ella le escribe al Whatsapp y le saluda en estos términos:

Ella: Hola BB

Èl contesta: como amaneciste Princesa

Ella le responde: bien amor 

Termina ahí la conversación. 

Vaya sorpresa la mía al conocer esta información. Cuando fue allí donde concluí que su cambio conmigo en los últimos 20 días se generaba por los inconvenientes afectivos con su amante de dos años, es decir, que el éxito de mi vida matrimonial dependía de la buena relación entre mi esposa y su amante.

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