Capítulo 3 ♢

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Por fin amaneció, me encontraba quedada en mis pensamientos, y el resto estaba de maravilla, aun así, lo planeado debía continuar y eso era más importante.

—Buenos días—saludó la Srta. Catherine—¿Cómo durmieron?

—Buenas días, muy bien, gracias —saludó Addison con una sonrisa discreta.

—Qué bueno... ¿Alice, todo bien?

—¿Ah?... ah sisi estoy bien, perdón estaba pensando y no la escuché—respondí.

—¿Los chicos? —preguntó la maestra.

—Ya los llamé—contestó Emma bajando las escaleras—los encontré dormidos todavía—agregó.

—De acuerdo... ¿tienen planes para hoy?

—¡Si!... quiero decir... se me ocurrió hacer una caminata, hay un río cerca, así que podemos ir —contesté.

—Buena idea, por mi parte, el colegio dio indicaciones y quiere que se relajen mientras aprenden un poco, si observan algún animal o algo interesante, lo anotan, será como una pequeña excursión... y también haremos unos estiramientos antes de que salgan—dijo la Srta. Catherine—Umm después hacen lo que más les guste—finalizó.

Terminé mi café acompañado de una tostada de mermelada y fui arriba mientras los demás se alistaban.

—¿Puedo? —pregunté tocando la puerta de los chicos.

—Sip, pasa— respondió Andrew.

—Les quiero contar algo.

—¿Ya tienes otro novio? —preguntó Andrew sarcásticamente.

—No, es otra cosa... Sucede que anoche escuché unos ruidos y quiero ver si hay algo o alguien.

—No hay problema, vamos todos juntos—contestó Peter.

—Al contrario, pensé en dividirnos, ustedes podrían ir al lado contrario —continué.

—De acuerdo—respondió Peter sosteniendo una pulsera plateada con estrellitas.

—La extrañas, ¿verdad? —dije al darme cuenta que pertenecía a su mamá.

Peter asintió.

Su madre se despegó de su lado hace unos años atrás y prometió que nunca superaría eso. Se aguaron sus ojos mostrando dolor, me ablandé y me acerqué a abrazarlo.

—Ella te está cuidando, donde quiera que esté—Jugué con su cabello, suspiró y lo solté.

No me agrada verlo así, pero no puedo hacer más, solo espero que este pequeño viaje lo relaje un poco. Una vez fuera de su habitación, bajé y la Srta. Catherine ya terminaba de preparar unos sándwiches.

—Alice, toma, lleven agua, ¿tienen sus linternas? —preguntó la Srta. Catherine

—Sip.

—Muy bien, emm otra cosa más, ¿podrías hablar con Addison?, cuando su mamá la dejó se veía muy molesta y ni se despidieron...

—No se preocupe, buscaré el momento adecuado para preguntarle—contesté— Ha movido los muebles—dije al darme cuenta de eso.

—Así es, momento de hacer los estiramientos—contestó.

La Srta. Catherine nos dio nuestros tapetes, nos teníamos que tomar enserio ya que caminaríamos por un largo tiempo, y además que ella no era tan relajada como para desobedecer a la institución.

—Ahora sí están listos, una última cosa, tienen unas cuantas horas, regresen con tiempo ¿ok? En la noche es peligroso—indicó la Srta. Catherine.

A veces me cansan las indicaciones, tomamos nuestras mochilas y nos despedimos, nuestra profesora se quedaría en la cabaña, y en la próxima salida nos acompañaría.

Comenzamos a caminar, se escuchaba el río a lo lejos, y nos separamos como lo acordado, hubiera traído mi celular, aunque sea por si las dudas. Mientras tanto conversamos un poco.

—Addi, ¿tienes tu celular?

—Creo que sí, pero lo dejé en el cuarto—respondió

—Oye y ¿Está todo bien con tu mamá?

—Ouh...—miró cabizbaja—¿Cómo te enteraste?

—Fue la Srta. Catherine...

—Claro... es que mi mamá me reclama todo el tiempo a cada cosa que hago: hace unos días me quedé en casa de Liam y creyó que hicimos algo más, llamó a mi papá para que cuando vaya su casa a quedarme, no me de permiso para salir con mi "noviecito"; y que quiere que estudie medicina, pero yo quiero ser actriz, tú lo sabes...—

—¿Piensas ir a las audiciones? —preguntó Emma.

—Si, eso quiero, pero ellos nunca van a apoyarme, y tampoco quieren que vaya a fiestas, la anterior sería la última —dijo la pelirroja apenada.

—No te preocupes, la convenceremos, o al menos eso espero —consolé.

—Últimamente estas muy pensativa Ali—me dijo Emma, y Addison asintió—Te conocemos, ya dinos que pasa.

—¿Es por Chris? —insistió Addi creyendo que mi ex era el culpable.

—No, nada que ver... solo que mis padres están extraños—confesé—algo me esconden—tomé un sorbo de mi botella de agua.

—¿Has pensando en preguntarles? —continuó la pelinegra.

—De hecho, pensaba hacerlo cuando regresemos.

—Nos avisas de qué trata—Emma se agachó—Miren—tomó unas rocas y todas coincidentemente tenían un infinito dibujado—Se lo daré a mi hermanito, le gustará, los últimos días ha estado algo desganado y tiene algunos mareos.

—Espero que se recupere, es muy tierno, a él le encanta correr, me hizo un dibujito que lo tengo de fondo de pantalla—saqué una sonrisa al recordar al pequeño.

Tomamos un descanso y nos sentamos en unas rocas cerca del río, mientras disfrutábamos del paisaje, era bastante relajante, pero no por mucho.

La Verdad del Bosque | ©Where stories live. Discover now