─ʟᴀ ʟᴇʏᴇɴᴅᴀ

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El fuego chasqueó y la leña se hundió aún más sobre la arena. Las chispas saltaron en una repentina explosión de brillante color naranja contra el cielo oscuro. No me había dado cuenta que se había puesto el sol. Había perdido la noción del tiempo por completo.

Jacob, en un inútil intento de que le prestara atención, creía que acercándose más a mi iba a dirigirle la palabra, por lo que me tenía atrapada entre sus brazos, completamente calentita.

Mientras todos masticaban los perritos calientes con total desesperación y apostaban quién iba a comer más yo divagaba en mis pensamientos. Bella se había ganado un lugar al lado de Jacob y de vez en cuando se acurrucaba junto a él para sentir su calor. Jake le pasaba un brazo por los hombros y cuando esto pasaba yo intentaba alejarme. Las miradas de los demás sobre nosotros eran insoportables y lo último que quería era que pensaran era que yo estaba de acuerdo con esa especie de triangulo amoroso.

—Se me está haciendo tarde —le cuchicheó Bella a Jacob.

—No empieces ya con eso —le replicó en un hilo de voz—. Ahora viene lo mejor.

Y esperaba que así fuera, porque a pesar de disfrutar el estar en compañía de mis amigos aquella noche no estaba siendo la mejor para mí.

—¿Qué va a suceder ahora? —le preguntó Bella—. ¿Te vas a tragar una vaca entera tú solo?

Jacob se rió entre dientes con su risa baja y ronca. Se separó de ella e intentó abrazarme nuevamente, pero lo esquivé y me junté más a Seth. 

Eso no había pasado desapercibido para ninguno de los dos, pero no dijeron nada.

Jacob se quedó con las manos entre las piernas y dijo:

—Ese es el número final. Ahora viene la parte de las historias que siempre consideramos leyendas. La crónica de cómo llegamos a ser lo que somos. La primera es la historia de los espíritus guerreros.

El susurro de Jacob fue casi como una introducción. La atmósfera cambio de forma abrupta. Paul y Embry se enderezaron. Jared sacudió a Kim con suavidad y la ayudó a erguirse. Por primera vez en toda la noche intenté prestar atención a alguien en la ronda sin preocuparme por Jacob.

—Los quileutes han sido pocos desde el principio —comenzó Billy con su voz ronca y profunda.

Las palabras fluyeron con precisión, como si se las supiera de memoria, aunque sin perder por eso ni el sentimiento ni un cierto ritmo sutil, como el de una poesía recitada por su propio autor.

—Pero en nuestra sangre siempre ha habido magia —dijo mirando al fuego—. Eramos grandiosos espíritus guerreros. Se transformaban en poderosos lobos. Eso nos permitía defendernos de nuestros enemigos y proteger a nuestra tribu.

Nunca antes había sido consciente del tono de majestad que había en la voz de Billy, aunque en ese momento comprendí que esa autoridad siempre había estado allí.

—Un día los guerreros se encontraron con una criatura.

Me encogí en mi lugar. Sospechaba lo que se avecinaba. Miré de reojo a Bella y sus ojos no se desviaban de Billy. Vi como una de las comisuras de los labios de Jacob se torcía en un gesto de sonrisa y su brazo se tensó a mi alrededor sin permitir que me alejara.

—Parecía un humano, pero era duro como una piedra y frío como el hielo —continuó Billy—. Los filosos dientes de los guerreros finalmente lo desgarraron, pero sólo el fuego lo destruyó completamente. Vivían con el temor de que el hombre frío no estuviera solo y tenían razón.

𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐇𝐈𝐌² | jacob blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora