Casta

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Shaka sintió su alma salirse de su cuerpo, nunca se había sentido de esa manera sin embargo cuando el asunto involucraba a Mu, todo cambiaba.

Sí — asintió a la pregunta y espero a lo que fuera a decir el lemuriano —

Porque no nos lo dijiste? — su voz sonó tan normal como siempre, pero para Shaka había un tono de decepción en ella –

Nunca preguntaron, solo asumieron que era un beta — se encogió de hombros – y te me acercaste y nos hicimos amigos, así que asumí que era por ser beta — agrego con desinterés — me gustó tanto tu compañía que preferí que siguieras pensando que era un beta — palabras que nunca diría — supongo que siendo un alfa no te agradaría como amigo — concluyo mirando directamente los ojos bonitos del lemuriano — lo siento — hizo una leve reverencia — y aunque años atrás una disculpa sería algo que jamás daría, el pasar tiempo con Mu le habían hecho entender y cambiar ciertas cosas —

No, está bien. Supongo que no debí asumir tú casta solo por la falta de aroma — expreso con timidez —

Cuídate, entonces — Shaka se puso de pie en un intento de dejar atrás la casa de Aries y recluirse el virgo para torturarse por su estúpido arranque de ira que lo llevo a delatarse frente a la persona dueña de su afecto. Era mejor terminar su amistad con dignidad —

Que? No, Shaka espera — Mu se apuró a alcanzar al rubio — no quiero dejar de ser tu amigo — después de años de conocerse era natural que pudiera entender bien a Shaka, así que este no debía sorprenderse de que Mu supiera de sus pensamientos —

Pero, soy un alfa, creí que... te agradaba solo porque era un beta — ok, eso había sonado patético, pero no podían culpar a Shaka por actuar tan fuera de papel por Mu, quien era su bendita debilidad —

Shaka eres mi amigo, y nada, NADA cambiara eso — expreso con la mayor sinceridad que podía transmitir —

...— Mu lo había dicho con la mejor intención, pero eso no evito que algo dentro de él se rompiera. Para Mu nunca dejaría de ser SOLO un amigo y eso no cambiaría aunque Shaka lo quisiera —

***M***

Cuando ocurrió la primera vez, ninguno de los dos lo había planeado, por Atenea quien planeaba esas cosas?!

Shura regresaba de una misión, que tuvo fuera del santuario por una larga semana. Estaba cansado, molesto y adolorido, solo quería llegar a su templo y morir, pero como una costumbre que adquirió desde que Aioros muriera, lo asesinara (su maldito omega interno no le dejaba olvidar ese detalle), pasó a revisar la casa de leo, en busca de su portador.

Lamentablemente el pequeño cachorro de león, hace mucho dejo de ser un cachorro para pasar a ser un joven león, y con esa madurez su primer celo había llegado.

Llámenlo como quieran, pero Shura solo había ido a ver sí el pequeño castaño estaba bien, y no para abrirle las piernas como lo hizo. El celo del alfa había hecho que su celo omega se adelantara, lo demás es historia. Se levantó tres días después, anudado a Aioria y con una tremenda mordida en su glándula de vinculación.

Agradecía a Atenea que de alguna manera no se había vinculado, no pregunten el porqué, porque ni siquiera él sabía la razón.

La segunda vez que ocurrió, ambos había sido enviado en una misión en oriente, el tema a solucionar llevo tanto que su celo le llego en medio de esta. Sí, volvió a aparearse con el hermano menor de Aioros. A veces pensaba que el destino lo odiaba. Ese fue el inicio de una relación que mantuvo con león dorado, una relación alfa-omega que era estable, hasta que Aioria fue enviado a pelear con los de bronce. Pelearon se insultaron y todo quedo allí. Luego empezaron las guerras, el murió y todo debió quedar allí, pero nuevamente los olímpicos no querían dejarlos en paz, así que regresaron a la vida, TODOS.

Aioria — llamó no había hecho el uso de su cosmos para que el menor no se percatara de su presencia y huyera —Aioria... — insistió y rodo los ojos, de alguna manera había aprendido a lidiar con el carácter un tanto infantil del alfa — podemos hablar? — Pregunto al ver la silueta del león, que se mantenía dándole la espalda fingiendo interés en la naturaleza que se alcanzaba a ver a lo lejos — Aioria... — y podían volverlo a llamar como quieran, pero el león había sido su alfa por bastante tiempo, no por una mordida que los unía, porque como dijo, de alguna manera a pesar de las mordidas que Aioria le dio jamás se vincularon, sino por la compañía y experiencias que atravesaron juntos. Abrazo al menor por la espalda y recargo su mejilla contra su espalda y paso sus brazos por la cintura. Le gustaba el aroma de Aioria era una fragancia a menta y aunque su omega interno lo odiara —

Deberías estar con Aioros — su voz salió en un murmullo que si el español no estuviera tan cerca jamás lo habría podido oír — es tu destinado —

No quiero — y sintió un leve dolor en su interior por sus palabras — si te lastimo con ello no quiero un alfa destinado — apretó su abrazo al menor —

No hagas esto — negó el menor con un suspiro — ambos sabemos que siempre tuviste una fijación con mi hermano, y eso pasó hace mucho a ser una simple fijación. Está bien, yo lo sabía. No tienes por qué quedarte a mi lado — se giró aun en el abrazo para mirar directamente al capricornio — yo te perdone hace mucho...— sintió la suave mano del español limpiar la lagrima que caía por su mejilla —

Aioria — su omega le estaba gritando que se alejara de ese alfa que no era Aioros, pero su yo racional no quería dejar a león herido — perdóname... — pidió en un susurro antes de sentir como el menor lo atraía a un abrazo. El último que tendrían de esa manera tan íntima. Ambos estaban dando por cerrada esa etapa de su vida, aunque ninguno estuviera muy conforme con ello —

***M***

Afrodita miro con nostalgia la nubes pasar lentamente por el cielo azul. Estaba aburrido y cansado, había llorado bastante la noche seguida a la partida de DM. Se sentía solo sin el peli azul, no tenían muchos amigos en las doce casas, no después de que todos se enteraran de que ellos dos eran muy conscientes de que Saga era el patriarca después de asesinar a Shion, y lo amigos que tenía estaban muy metidos en sus problemas como para hacerle caso alguno. Shura estaba en leo, Mu en Aries acompañado de virgo, Aldebarán paseaba con Kiki en el pueblo y Deathmask en alguna parte de los países nórdicos.

Otra vez lo echaron? — Murmuro al ver a lo lejos a Milo abandonar la casa de acuario, y por los alterados que estaban los cosmos de acuario y escorpio obviamente habían tenido una discusión — no entiendo como Camus no se da cuenta. Debería agradecer que tiene un amor incondicional como el de Milo. Un amor que no tiene que compartir. Un amor que seguramente no le rechazaría aunque se entere de lo machado y roto que estas...— se cubrió el rostro y trato de controlar las emociones que lo estaban abordando — ya basta... —un leve gemido lastimero abandono sus labios. No debía recordar —

Mi Corazón y Mi instintoWhere stories live. Discover now