Epílogo.

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Epílogo

Todas las cosas cayeron en su lugar. Katsuya estaba preparando su boda con Seto. Yugi por fin había firmado los papeles de divorcio, justo después de que Mahad le haya informado que había una forma de burlar la cláusula. Su hijo tenía una familia numerosa ahora y él, disfrutaba de una buena vida junto a su niño y a su nueva manada.

Obviamente, en compañía de quien era su amante. Puede decirse, llevaba seis meses con Atem. No sabía como llamar exactamente a lo que tenían, pues el egipcio no había usado palabras como "novio" o "pareja" para referirse a su persona. Aunque siempre le decía "habibi" que en árabe significaba mi amor o mi querido.

Suspiro. Estaba sobre analizando las cosas, claro que era pareja de Atem, ¡que pregunta tan tonta!

"Ja." Se ríe de si mismo, por estar vagando en sus pensamientos y teniendo dudas que no iban al caso. Acaricia su nuca, aún sin marca. "…" Nunca pudo entender esa necesidad que tenían algunos Omegas de ser marcados, ese deseo aparentemente irracional de pertenecer a alguien. Nunca había entendido aquello, hasta ahora.

Cada que pasaba el rato con Atem, cuando lo besaba, cuando lo acariciaba, tomaba sus manos y disfrutaba en silencio el aroma que desprendía, su nuca ardía. Era un calor suave, que recorre su espalda completa y llena su pecho. Cada vello del cuerpo se eriza, sintiendo un leve escalofrío semi placentero. Una corriente eléctrica que le "avisaba" cada que Atem estaba cerca.

La necesidad de pertenecer a alguien… Era más fuerte de lo que el creyó. ¿Como decirlo sin morirse de vergüenza en el proceso? No sabía. Es obligado a salir de sus desvaríos cuando escucha la campanilla de su celular. Una notificación, lo toma y revisa sus mensajes.

"Tengo toda la tarde y la noche libres, ¿te parece bien tener una cita habibi?"

Sonríe, responde casi al segundo.

"¡Claro! Le diré a Hathor-san que cuide a Sora."

"Perfecto💕
Nos vemos en Kaibaland en 20 min."

Ya Yugi iba a responder, cuando le salta otro mensaje.

"Te amo."

Casi deja caer su celular. El ritmo de su corazón aumenta en cada pulsación, latiendo tan fuerte que aturde sus oídos. Era la primera vez que recibía un "te amo" de Atem y estaba que moría. Moría de puro amor allí mismo en ese sofá, sin remedio empezo a ronronear y abrazo su celular contra su pecho.

… Como el adulto que era, rueda por el sofá de un lado a otro emocionado. Para luego recomponerse, aclararse la garganta. Y como pudo, mantuvo a raya sus ronroneos para enviar una simple nota de voz.

"También te amo."

Y suelta el celular, para enterrar su cara en un cojín, gritar y ronronear felizmente. Agradecía que Atem no estuviera viendolo, seguro estuviera muerto de risa al verlo tan rojo y emocionado por una cosa tan simple.

Mientras, con Atem…

Nuestro gran faraón, líder de manada, Alfa de raza pura, estaba bajo su escritorio. Con su corazón bombeando en frenesí y sus mejillas tan rojas como sus propios iris escarlatas, escuchando en bucle ese precioso audio de Yugi diciendo "Te amo" una y otra vez. Mientras se abrazaba a sus piernas completamente embobado y enamorado.

"Mi señor-" Cuando Mahad entra y no ve a su jefe, tuvo un mini infarto. Pero luego de tranquilizarse, sigue su aroma y lo encuentra bajo el escritorio. "Mi señor." Llama mientras le observa desde arriba. "¿Esta usted bien?"

Casualmente comprometidos (OMEGAVERSE)Where stories live. Discover now