X

2.2K 210 60
                                    

Capitulo X.

Quería sentirse culpable, de verdad quería.

Pero estaba tan contento que no cabía en si mismo, su corazon latía frenético de solo recordar el sabor de los labios del egipcio, sus manos acariciando sus mejillas con dulce anhelo y entre suspiros escuchar varios "te quiero" tímidos pero sinceros. Yugi de verdad deseaba sentirse remotamente culpable, pero en su mente (y corazón) había un único deseo.

Ver a Atem de nuevo y besarlo una vez más.

"Purr…" Un ronroneo se escapa de su garganta, tenía sus ojos cerrados envuelto en sus sabanas en un tipo de capullo improvisado, abrazando contra su pecho aquella chaqueta que Atem había olvidado antes de irse, en ese pequeño nido de sabanas y tela estaba colmado del aroma tan adictivo a cacao ahumado.

"Papi." Sora, el inocente niño estaba a un costado de la cama observando preocupado a su padre. "¿Papi ta bien?"

"Ah bebe…" Yugi saca su cabeza entre las sabanas, su rostro estaba rojo y una leve capa de sudor recubría su cuerpo. "Lo siento, papi no se siente tan bien…" Suspira una bocanada de aire caliente. "¿Puedes pasarle a papi su celular?, debo hablar con Kaiba-kun."

El pequeño asiente obediente, le entrega su celular y con las manos un poco temblorosas llama a Seto. Espera un rato, escuchando la linea repicar una y otra vez, pero nadie respondía. Suspiro rendido, deja de insistir a la décimo sexta vez que repicó.

Suspiro, otra vez, soltando una bocanada caliente de aire.

"Mal momento para no tener supresores…"

. . .

"Cachorro." Murmura el castaño a la mitad de un beso apasionado, aparta la boca hambrienta del rubio jalando un poco su cabello, para toma una buena bocanada de aire. "Me estaban llamando, debía responder."

"Nada es más que importante ahora, nada ni nadie." Susurra contra los labios del CEO, empuja a su pareja contra la pared y le acorrala así, pegando pecho con pecho y pelvis con pelvis. "Estoy duro, te quiero, te necesito." Besa poco a poco los costados de sus labios, bajando por su barbilla y llegando a su cuello.

"Ahm." Ahoga un gemido/gruñido de placer. "Cada que te pones así me haces recordar por que te amo…"

"Por que te vuelvo loco de todas las formas posibles."

"Y porque tienes un buen culo."

"Gracias, mi vida."

. . .

Seto paso un lindo fin de semana en los laureles con su amado rubio, al regresar a Domino City no se molesto en ir a su hogar, fue directo a la empresa para retomar donde le había dejado antes de irse. Al llegar a su oficina hizo su rutina, tomo sus carpetas, apago su celular personal y empezo a trabajar.

Era tan extraño verlo de buen humor, pero ningún empleado se atrevía a decirle nada. Por el bien de sus trabajos y la seguridad de sus pensiones, pero aquello no duraría demasiado.

Atem entro a su oficina, sin tocar, campante y tranquilo como si aquel lugar fuese suyo.

"Primo."

"Sabía que algo arruinaría mi día." Alza una ceja firmando unos papeles sin dignarse a ver a Atem. "¿Que necesitas Atem?"

"Hablar." El egipcio se sienta del otro del escritorio encarando a su primo, sin miramientos toma la carpeta de Seto y la aparta bruscamente, este alza la cabeza con una mueca de fastidio. "Primo, ¿Por que te casaste con Yugi?"

"¿En serio interrumpes mi trabajo para esa tontería?" Suspira y masajea su entrecejo tratando de tragarse su ira. "No lo se, por amor y esas niñerias."

Casualmente comprometidos (OMEGAVERSE)Where stories live. Discover now