Capítulo III

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Capitulo III

"Seto, debes ir a verlos."

"No te he presentado con ellos, ¿por que con Yugi sería diferente?" Gruñe molesto recordando la llamada de la matriarca de su manada, su tía Hathor alegando en árabe intercalando con japonés cada tanto diciéndole que era un desagradecido por ocultar que estaba casado.

"Por que no te has casado conmigo." Sonríe con aire melancólico, toma su rostro. "Se que valoras tu privacidad, pero ellos son tu manada, son tu familia, merecen saber."

"Pero si todo es una farsa Katsuya." Bufa molesto, apretando sus manos.

"Por favor amor." Besa sus labios en un pequeño roce. "Evita problemas, se que ellos estarán felices por ti."

"Se nota que no los conoces, especialmente no conoces al patán de mi primo." Gruñe ente dientes.

"¿El líder de la manada?"

"Atem es un ególatra, un desgraciado, siempre esta un paso adelante de mi." Riñe molesto. "Ese enano presuntuoso, no puedo creer que yo este por debajo de él."

"Calma mi vida, respira."

"¡Con Yugi es divertido jugar, pero con Atem es un dolor en mi…!"

"Hermano, tienes una llamada." Dice el pequeño Mokuba asomando su cabeza en la alcoba que compartían Katsuya y Seto.

"Déjame adivinar." El castaño cierra sus ojos apretando sus párpados con fuerza. "¿De Egipto?"

"Seh."

"¿De Atem?"

"El mismo."

"Me lleva el…" Suspira, separándose de su pareja tomando el celular que su hermano le extendía. "¿Hola?"

"¿¡COMO QUE TE CASASTE?!" Seto aparto el celular un par de cms de su oreja ante el grito de otro lado. Una voz grave de barítono que el reconocía mejor que nadie y que aborrecía enormemente. "Seth, sino fuera por mi madre no me entero. ¿¡Como ocultas a tu familia semejante cosa?!"

"No tengo familia, soy huérfano."

SETH!"  Se estremece percatándose de que su primo uso la voz de su lobo, instintivo baja un poco la cabeza en sumisión. "¡No me andes con juegos!"

"Ah." Toma un largo respiro, recurre a toda su paciencia para continuar la llamada. "Lo… Lo siento, ¿si?, todo fue muy repentino."

"Pues una disculpa no basta." Aquella voz sonaba realmente ofendida y molesta. Seto chasquea la lengua, no era nada bueno tener al líder de la manada molesto y aunque al castaño le revolviera las tripas admitirlo, debía reparar su error. "Debes traerlo a Egipto y presentarlo a nuestra manada."

"Hace años no piso Egipto."

"Pues volverás a pisar tu tierra, quieras o no." Se oye una pequeña risa ligera, lo que causa que Seto le hierva la sangre. "No me hagas pedirlo dos veces, por que a la segunda no me importara quebrar tu voluntad."

"Bien, ire." Contesta con la mandíbula tensa, evitando gruñir. "¿Contento?"

"No, debo ver a tu pareja primero." Responde fulminante. "Y espero por TÚ bien que le trates de forma digna." Y sin más, tranca la llamada.

"Hijo de la gran pu-"

. . .

"No sabía que tenías una manada." El pequeño estaba sorprendido, Seto daba una imagen de lobo solitario bastante clara. El saber que tenía una manada le tomo con la guardia baja. "¿Por que no me hablaste de ella antes…?"

Casualmente comprometidos (OMEGAVERSE)Where stories live. Discover now