Seventh

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Entré en el baño, donde la ducha era acogedora, los cerámicos en las paredes y el techo se veían viejos y descuidados, las telarañas que se desprendían de la luz del lugar me hacían pensar que esos sujetos no se bañaban hace tiempo o lo hacían muy poco.

Me despojé de mi ropa sintiendo el frío helado, casi cortante, en mi pálida piel. Cuando entré en la pequeña ducha abrí rápidamente el agua caliente, salía fuerte y casi hirviendo, lo cuál no me importaba porque el frío que hacía superaba toda quemadura que pudiera tener. Sentía el agua paseando pesadamente en cada parte de mi, me sentí asqueada de mi misma al ver como el agua que sobraba bajo mis pies y la que se deslizaba entre mis brazos y piernas era oscura y sucia, realmente había pasado este tiempo tirada como un perro en la calle. Afortunadamente el jabón que había ayudó a deshacerme de toda esa mugre que emanaba todo mi cuerpo. Mientras lavaba mi cabello con un shampu de lavanda, cerré mis ojos para imaginar que en realidad yo no estaba ahí, sino en mi casa, en mi propio baño, y que Dafne estaba en el piso de abajo preparando algún bocadillo como solía hacer, hasta que nos acostaramos a dormir porque al otro día debíamos ir a la Universidad... Pero desgraciadamente al abrir los ojos seguía aquí. En la casa de esos extraños, estaba secuestrada en un lugar desconocidos con dos asesinos de mierda respirandome en la espalda.
Por el estrés de la situación, sin querer realicé un mal movimiento en la ducha y perdí el equilibrio, estrellandome el codo con el espejo que había detras mío; la sangre de la cortadura que me hice comenzó a correr con fluidez y rápido, junto con las gotas de agua que aún caían. Comencé a sollozar y quejarme del dolor pero me callé rápidamente al oír la puerta siendo golpeada. Era el sujeto de gorra, Bo.

Me levanté rápidamente y dejé de llorar, muy asustada y con el corazón casi en la boca. Él iba a entrar.
Corrí a agarrar la toalla, que en realidad era una gran bata gris oscura, me la puse y me senté sobre la tapa del inodoro. Entonces, el hombre entró.

—¿Que diablos fue todo ese ruido?—Preguntó con molestia.

—Y-yo, es que... Yo me... —No me dio tiempo a nada ya que vio todos los restos de vidrio en el piso de la ducha.

—Has roto mi espejo favorito, ¿Qué mierda tienes en la cabeza? Te mandé a bañarte no a hacer una fiesta en el baño.

Se puso a juntarlos hasta que se detuvo cuando vio sangre en el marco de espejo, me miró detenidamente y yo bajé la cabeza, pues me sentía estúpida por ser tan torpe.

—¿Te lastimaste no es así?

—No fue nada, solo me resbalé, lo siento, voy a pagarte el espejo.

—¿Y con qué lo vas a pagar?— Dijo burlón. —No seas estúpida, niña. ¿En donde te cortaste? Dime.

—Ya te dije que no fue nada, no importa.— Le contesté y amagué a irme del cuarto de baño pero el se paró.

—Te hice una maldita pregunta...— Dijo tironeándo mi brazo, justo el que me lastimé y di un quejido bochornoso. Ante esto, me miró.

—Con que fue ahí...— Mencionó suavizando su agarre. —Ven, te voy a curar eso antes de que se te infecte.

—No hace falta, yo...

—O te callas o termino de cortarte el brazo con esos vidrios.

Enmudecí.

Bo tomó mi muñeca delicada, pero firmemente y me sacó de ese lugar.





He is Insane. [Bo Sinclair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora