Second

2K 159 30
                                    

Al otro lado de la pequeña ciudad se hallaba un pequeño grupo de amigos, entre ellos, Ken, Dafne, Coleman y Candice.
Iban de visita a la casa de un amigo de la infancia de Ken y como ese amigo vivía en una linda quinta se propuso invitar a todos los demás, quienes accedieron encantados.

Cuando ya llegaron prepararon una parrillada en el patio de la casa y prepararon lo que iban a beber. Candice se preguntaba que era aquel lugar que se veía por la ventana de la cocina, tenia un enorme cartel luminoso que decía "Casa de Cera" y ella era muy curiosa, no se quedaría con la intriga.

Las horas iban pasando y los amigos comían, bebían y compartían anécdotas graciosas del pasado, Dafne y Coleman se besuqueaban apasionadamente al lado de Candice que sufría de asco interno, sus muestras de afecto eran un tanto... Pornográficas. Harta de aguantar esta escena la joven decidió preguntar:

—¿Qué es una casa de cera?

Los demás la miraron con confusión y solo uno se dignó a contestar.

—¿Por qué esa pregunta?— Dijo el joven que conocieron esa misma tarde.

—Estaba viendo por la ventana y noté que en frente hay una. Una casa de cera. ¿Tienes idea de qué puede haber dentro?

—No tengo ni puta idea, pero sería buena idea ir a verla, ¿no? A poco no quieren ir a revisar una casa abandonada...

—Tienes razón, ¿me acompañarán?— Miré  mis amigos y ellos ni se dignaron a contestar. —Cobardes. No importa, ni que los necesitara tanto.


Ellos continuaban devorando de manera poco cuidadosa su disque  comida y yo escuchaba música tranquilamente mientras veía por la ventana, disfrutando de la vista silenciosa y relajante del el pueblo. Pero no me quedaría tranquila hasta que averiguara que había allá. En la casa de cera.


Al día siguiente desperté con cada músculo de mi cuerpo totalmente adormecidos. Dormí tanto que no me había percatado de que ni siquiera me acosté en un lugar decente; Dafne estaba con su cabezota sobre una de mis piernas y mi brazo estaba abajo de la espalda de Ken, Coleman sin embargo, estaba durmiendo bajo la mesita de café que tenia Arthur en frente de los sillones. Si una persona entrara en este momento pensaría que tuvimos un intento fail de orgía. Pero no, solo eramos un montón de idiotas que no pueden controlar su consumo de alcohol.

Arthur fue el segundo en despertar y desayunamos juntos ya que los demás no los veríamos caminar hasta las tres de la tarde. Estábamos conversando sobre viajes y experiencias que el tuvo, ya que conocía medio mundo. Me ponía un poco nerviosa hablar con él, ya que aunque estemos en su casa no lo conozco bien, entonces al no tener tema de conversación, me limitaba a tomar mi jugo y quedarme en silencio. Mágicamente cuando los demás se levantaron, el chico y yo habíamos formado una conversación abierta y amistosa casi mística. Él me preguntó que clase de chicos me atraía más, ojalá no haya pensado que diría chicos como él, porque no era así. Soy muy cruel, lo sé.

En realidad no me lo había planteado antes. Nunca me había gustado un chico, en mi mente solo había espacio para mis estudios, mis padres eran muy estrictos y ni siquiera me dejaban hacer relaciones íntimas con mis amigas, ¡ni que fuera lesbiana! 

Yo pienso que los que me gusten en algún momento seguro serán hombres dulces sin escrúpulos ,  de buen corazón hijo de puta, hijo de mil putas , y más bondadoso de lo que jamás haya conocido asesino, cruel, frío, impiadoso, monstruo... .


Esta tarde fuimos a caminar cerca de un terreno baldío que había en el pueblito, los chicos pusieron música muy fuerte y yo me preguntaba en qué cabeza cabe poner música a todo volumen en el medio del bosque, pero bueno, no soy quien para juzgar, la música no me desagradaba.  Jugábamos al tenis con Daf hasta que ella tiró la pelota demasiado lejos y como la injusticia en mi vida es mucha, tuve que ir por ella.

La pelota cayó cerca de un lago pequeño que no habíamos visto antes, lo horrible es que no se veía lindo, si no que el agua estaba oscura y olía bastante raro, divisé la dichosa pelota arriba de unas ramas gruesas que habían sobre el agua, así que tomé otra rama más larga, que había tirada en el pasto, y la acerqué hacia la pelota, cuando estuve a punto de agarrarla vi un reflejo en el agua, era como un hombre de cabello largo, pero su cara se veía extraña. Me enderecé con la pelota en la mano pero ya no había nadie. Quise darme la vuelta pero mis pies chocaron con una especie de tronco cortado y caí al asquerosa agua enchastrando la ropa que acababa de estrenar. Me felicito. Mis amigos oyeron el barullo  corrieron para -ayudarme- pero eso significó soportar sus burlas estúpidas. Excepto las de Arthur, el me ayudó a levantarme.

Tuvimos que volver a la casa para cambiarme, genial, arruiné la tarde. Estaba furiosa pero quise saber quien carajos era el sujeto que vi en el lago, si es que era real...


He is Insane. [Bo Sinclair]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن