Fourth

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"Fear is only in your mind, taking over all the time."

Como todos los días Vincent esperaba que su hermano volviera, se preocupaba si no estaba en casa antes que él porque sabía bien que tenía sus vicios y aunque el mayor no lo tratara con el cariño que un hermano menor desearía, lo quería de todas formas. El castaño tenía un que sensible y dulce.

Pero Bo no sentía ni un poco de cariño por nadie, tenía cierto afecto por su hermano, pero eso era porque ya a había acostumbrado a convivir con él y no podía evitarlo , lo necesitaba, tal vez si estuviera totalmente sólo se volvería loco. Cualquiera pensará que el sujeto estaba loco, pero no, él sabía que no; al menos no del todo. Pero aquella tarde cuando por fin llegó a su "hogar" sintió un sabor amargo, una molesta punzada que le rompía la cabeza y se dio cuenta que en realidad si, estaba sólo. Porque si, obvio que estaba su gemelo, pero él no se refería a esa soledad. Estuvo tanto tiempo encerrado en su oscuro y nefasto mundo que nunca se había preocupado siquiera por encontrar lo que se llama 'el amor'. A pesar de que su mente se encontrara plagada de pensamientos horribles, odios internos e ideas sexualmente sádicas; sentía en el fondo le hubiese gustado ser capaz de conocer a alguien. Pero no a cualquiera, como las que solía frecuentar, si no a alguien que lo quisiera igual y que lo hiciera aún sabiendo que era un monstruo.

...

Candice estaba poniéndose su abrigo, entusiasmada por lo que iban a hacer, pero igualmente estaba inquieta, tenía ese pequeño presentimiento de que no deberían ir a aquel lugar, pero por las bebidas que había tomado, le valía. Además quería darse a respetar según ella, estaba harta de que todos pensaran que era una niñata cobarde.
Aunque se mostraba alegre y extrovertida, mantenía una personalidad bastante seria y serena, Candice era amable, comprensible y calma y todo lo contrario a él .
A veces quería pensar que todo ese grupo de amigos en realidad la quería, que admiraban su carisma y forma de ser y por eso estaban con ella, pero lo único que le salía pensar era que le tenían lástima. ¿Quién querría pasar tiempo con alguien como ella? Era aburrida, ella no creía eso. Pero era obvio que sus "amigos" si. Si era tan difícil encontrar amistades para ella imagínense una pareja. Oh, no, ella estaba muy alejada de esos pensamientos, para ella no había nadie. Si le llovian pretendientes, pero ninguno que pudiera amarla en verdad, todos estaban en busca de relacionarse sexualmente con ella y si, en una pareja el sexo es importante, pero es bueno cuando no lo haces con un idiota, y para su desgracia todos sus flechados eran idiotas. Quería enamorarse de alguien que no la hiciera sentir que no podría si quiera respirar si ella no estuviera, para así sentir lo mismo. Así  es, su idea del amor era algo... tóxica. Pero sobre gustos no hay nada escrito.

Llegaron a la puerta de dicha casa, los otros no quisieron ir al final por vagancia extrema, pero Arthur, por su parte, no dudó en acompañarla, tal vez pensaba que era su oportunidad de estar a solas con Candice y poder decirle unas cuantas cosas. Entraron ignorando el cartel que claramente decía 《cerrado》 y no tardaron en ir a recorrer el lugar más a fondo, se asombraban cada vez que descubrían una nueva escultura. ¿Quién sería capaz de crear tanta maravilla? Pensaba la joven, mientras que el masculino no hacía más que verla a ella, a cada paso que daba, en cada gesto que hacía.

—Es increíble ¿verdad Arthur? Jamás había visto cosas como estas. Aunque dan un poco de miedo. -Dijo riendo por lo bajo.

—Claro, admito que si no fuera por ti, ni siquiera hubiera venido aquí, es genial.

—Esta obra es hermosa.- Comentó la chica observando una pintura, la cual tenía la firma 《Vincent》.

—No más hermosa que tu, Candice.- Soltó el rubio.

Ante esto, la joven se paró en seco.

—¿Qué dices?

—Digo lo que he pensado desde que te conocí, eres hermosa. Me gustas mucho nena.- Admitió él, sonriendo descaradamente.

—Ah, yo, no se que decir...

Candice mantenía la mirada en la pintura, no queria para nada mirar la cara de su acompañante. ¿Por qué? ¿Por qué no podía quererla como amiga y ya?

—Di que te gustó también.- Susurró cerca de su oído y ante esto ella se alejó.

—Lo siento, no puedo, yo... Tu no me gustas. Eres genial Artie, pero yo te veo como un amigo y ya...

—Eso no es lo que parece, viniste hasta acá conmigo, los dos solos, es obvio que me buscabas.

—¿Qué dices? Sabes bien que yo quería venir a ver que había.- Dijo enojada.

—No te creo una palabra, se que esa apariencia de niña bien es un acting. Sé que te gustó Candi, sólo déjate llevar.- Mencionó y hecho esto, la llevó hasta una pared, aprisionandola con los brazos.

—¡Aléjate de mi Arthur! Te dije que no me gustas, déjame en paz...- Dijo e intentó escaparse sin éxito.

—Diviértete conmigo ahora que estamos solos... -Susurró el chico y besó forzosamente a la joven.

Ante esto ella le dio una bofetada tan fuerte como pudo. Pero por desgracia el masculino hizo lo mismo.

—¡¿Es en serio?! Me buscas como toda una zorra regalada y ahora te haces la inocente, menuda perra eres.- Gritó tomándola de los brazos.

—¡Nadie te buscó infeliz, estas demente!

Candice le propinó un puntapié en la zona sensible del sujeto y al verlo agacharse del dolor se fue corriendo lo más rápido que pudo. Corrió y corrió hasta percatarse de que se había perdido, el lugar era bastante grande y estaba oscuro. Oyó a lo lejos los gritos del idiota pidiéndole que vuelva a donde él, pero ni loca lo haría.
Siguió corriendo hasta chocarse contra una escultura... O al menos eso pensó. Quedó tirada en el suelo y de tambaleó cuando vio que aquel chico la había encontrado.

—Te has portado como una perra desgraciada y me golpeaste en los bajos. Ahora verás. - Dijo acercándose.

—¡Aléjate, llamaré a la maldita policía, idiota acosador de mierda!

Y justo en el momento cuando iba a ser capturada vio que la figura a su costado se movía y no sólo eso sí no que de sus espaldas sacó dos cuchillas y las clavó en el pecho del muchacho.
Ante esto gritó aterrada y se volvió a ir corriendo, asustada y nerviosa.

Estaba dando paso por paso, totalmente perturbada porque sentía que vendría por ella. Pero cuando al fin divisó la puerta volvió a chocarse, esta vez con un hombre con traje de mecánico.

—¡Ayúdeme! ¡Por favor! Estaba con un chico y luego lo mataron, no sé quien fue, pero estaba persiguiendome. ¡Dios mío, sáqueme de aqui por favor!

El más alto miró a la jovencita que rogaba por ayuda y se preguntó que demonios hacía ahí adentro.

—No te preocupes, soy el encargado del lugar, tengo llaves, te sacaré de aquí. -Comunicó con voz calma.

—¡Dése prisa! Está por venir. -Decía aterrada, agarrándose del antebrazo del desconocido.
Él por su parte sonreía para sí mismo. Cómo le gustaba que lo tocará de esa manera. Como le gustaba que le rogara.

—Aquí está la llave, saldremos por atrás así no nos encuentra, ven.- Dijo y ella lo siguió.

La fémina se sentía más aliviada, estaba nerviosa por que un asesino había apuñalado a su "amigo" en su cara, pero se sentía a salvo al lado del hombre de cabello castaño. Tenía un físico considerable, que hacia pensar que si se les acercará, podría vencerlo de un golpe seguramente.

Bo abrió la puerta y Candice no notó que no daba a afuera sino a una especie de galpón.

—Muchas gracias, no tienes idea cuanto te agradezc...

No pudo continuar la frase ya que él hombre la pateó con gran fuerza en el abdomen haciéndola caer en aquel cuarto. La joven, adolorida y confundida intento pararse, pero al hacerlo oyó como el sujeto tras la puerta la cerraba con llave.

...

He is Insane. [Bo Sinclair]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora