34 | Clumsy

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Nota de la autora:

Me disculpo muchísimo por la tardanza en actualizar la historia. Cuando cambié de celular perdí esta cuenta y acabo de recuperarla.

A continuación voy a compartir unos capítulos que ya tenía previamente escritos en borradores y en los siguientes días voy a estar releyendo la historia para volver a ponerme en contexto porque recuerdo que ya tenía un final pensado y tengo la intención de completar esto.

Muchísimas gracias por todos los mensajes y el apoyo. Lxs adoro muchísimo <33

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Honestamente se replanteó volver a casa verias veces antes de golpear la puerta de Timothée, pero en un impulso de valentía, finalmente lo hizo.

Encontrarlo en la universidad y solo cruzar miradas se sentía como si estuviera retrocediendo todo lo avanzado. En cierto punto, Alyssa tenía razón, aunque la torturaba la idea del rechazo, se sentía peor continuar su vida como si nada hubiera pasado. Toda su vida Lucy prefirió quedarse con la duda, nunca había tomado un riesgo como ese y sabía que, por más que las cosas se dieran bien o mal, sería una gran evolución personal para ella. Sería finalmente afrontar sus miedos. Pero si ya le resultaba difícil dejar de reprimir sus sentimientos, aún más difícil le resultaría intentar expresarlos.

- ¿Cómo expresa la gente normal sus emociones? -se quejó, hablando sola y pensando que debería verse como una lunática. -Esto es tan ridículo, tan patético, tan humillante...

Estaba detestandose demasiado por ponerse a sí misma en semejante situación. Los nervios bloqueaban su razonamiento y odiaba enfrentarse a situaciones sobre las que no sentía que tenía el control. Se sintió incluso más avergonzada cuando tocó la puerta, en ese momento comenzaba a arrepentirse de no haber considerado realmente el plan de huir y construir una nueva vida en otro continente.

Pauline abrió la puerta y al ver a Lucy dibujó una enorme y cálida sonrisa.

- ¡Hola, cuñada! -exclamó.

Ella quiso mantenerse inexpresiva, pero estaba segura de que al menos se había sonrojado. Lucy no quería pensar en eso, pero no podía verla a los ojos sin pensar en que Pauline la había visto con sus piernas abiertas al rededor de su hermano. Apenas la consolaba un poco el hecho de que podría haberlos encontrado en una situación mucho más comprometida y al menos estaban vestidos.

- Llegaste en un momento oportuno... -habló Pauline, sin darle mucho tiempo a Lucy de quitar esas ideas de su mente. - A Timothée no le agradan mucho las visitas de mamá, pero estoy segura de que en poco tiempo regresará. -entonces movió su cabeza en un gesto amable de bienvenida. -Pasa, puedes esperarlo con nosotras.

- Puedo volver en otro momento. - mintió descaradamente. Al menos incluso en esa situación su mente pudo idear una buena excusa huir.

- Vamos, mi mamá acaba de hacer galletas. -insistió.

Finalmente aceptó que era más sencillo ceder educadamente que continuar negándose. Además, confiaba en que los dulces calmarían sus nervios. Al mismo instante que cruzó la entrada, un intenso aroma a cacao invadió sus pulmones.

- ¡Qué envidia! -le dijo a Pauline mientras caminaban en dirección a la cocina. - A mi mamá no le fascina mucho cocinar. Bueno, a mi hermano sí, pero no le gusta compartir. -entonces un pensamiento remoto cruzó su cabeza. - ¿De casualidad tu mamá es de tauro?

Pauline estalló en una sonora carcajada y se sentó en una silla con plena confianza.

- De verdad pasas demasiado tiempo con Alyssa. -comentó antes de dirigir su atención a su madre. - Mamá, ella es Lucy.

La señora se volteó y le sonrió. A pesar de que no se veía intimidante, esa mujer tenía unos enormes ojos claros que sentía que la atravesaban y que incluso podían leer sus pensamientos. Fuera de ese delirio paranoico, también la vio algo parecida a su hija.

- ¿De casualidad ya nos conocíamos? -preguntó la señora algo intrigada y sin dejar de analizarla con la mirada.

El rostro de Lucy no pudo disimular que estaba ciertamente extrañada. Lo primero que pensó fue en que seguramente la mujer la confundía con alguien más, ya que siempre se había percibido a sí misma como un rostro común.

- No importa, es probable que esté confundida. -dijo restandole importancia con otra sonrisa.

Timothée abrió la puerta en el momento exacto en el que Lucy reconsideraba de nuevo la idea de irse y abordar la misión por completo. El ruido de las llaves hicieron que toda la atención de la chica se dirigiera a él. Su cabello estaba revuelto, como de costumbre y llevaba un cigarrillo aún encendido en su mano libre.

- ¿Lucy? -preguntó confundido al notar su presencia, pero pronto sus ojos se dirigieron a su madre y su expresión se tornó en una de enojo y molestia. -¿Por qué todavía no se fue?

En ese momento Lucy recordó la ridícula circunstancia en la que vio por primera vez a la madre de Timothée, pero además de que podía sentirse la tensión en el aire, prefirió guardarlo en secreto porque no quería que la señora la recordara como la chica que espiaba conversaciones ajenas. ¿Cómo es que siempre todo se tornaba tan vergonzoso cada vez que hacía algo por impulso?

- ¿Podrías no empezar otra escena? -pidió Pauline en con un tono de voz bastante conciliador. - Deberías madurar. - murmuró.

Lucy negó con la cabeza y se puso de pie. Lo dudó un instante, pero finalmente se acercó a él. Timothée la estudiaba con la mirada como si no terminara de comprender su comportamiento y mucho menos su presencia.

- ¿Podemos hablar en privado? - preguntó con la voz suave, casi susurrando.

Él pasó una mano entre sus risos, como acomodandolos un poco y dibujó en su rostro una sonrisa nerviosa.

- No creo que esa sea una buena idea.

- Bueno, puedo volver en otro momento. - mintió descaradamente. Al menos incluso en esa situación su mente pudo idear una buena excusa huir.

"Al menos casi lo intentamos" pensó para sí misma.

- Timothée, ¿podrías acercarte para poder intentar tener un agradable momento en familia? - lo llamó su hermana.

Él volvió a dirigir su mirada a Lucy y no tardó en responder.

- Gracias por la invitación, pero tengo que ayudar a Lucy con algo importante. - Lucy negó con la cabeza, pero él parecía completamente satisfecho con lo que decía. Ella no quería parecer entrometida y ya tenía intenciones de correr lo más lejos posible desde antes de haber entrado. - Cosas de adultos, Pauline. No creo que lo entiendas.

- Tiene que ser un chiste. -respondió. - ¿Si sabe que soy mayor, verdad? -le susurró a su madre.

Lucy aprovechó el momento para intentar esquivar a Timothée y escapar por la puerta, pero él lo notó en cuestión de segundos y capturó velozmente con su mano la muñeca de la chica. No podía definir si era algo bueno o malo, pero estaba segura de que ya no había salida.

NASTY - Timothée ChalametNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ