16 | Fire

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Timothée dejó de recargar su peso sobre el escritorio y se incorporó, colocando una mano en la nuca de la chica y con otra haciendo presión sobre su cintura. Lucy sentía la textura de la ropa de Timothée pegada a su cuerpo. La lengua de él se adentraba en su boca con tal confianza que la invadía hasta la campanilla sin vergüenza alguna.

La hizo retroceder un par de pasos hasta que su espalda se golpeara con rudeza sobre la pared. Ella no pudo evitar separar levemente sus labios para soltar un pequeño jadeo de dolor por el golpe entre el beso.

Lucy pudo sentir la sonrisa de Timothée entre sus labios. Sabía que ya no podía resistirse más. ¿Estaba mal lo que hacía? Cada vez que se vinculaba de esa forma con alguien siempre acababa innecesariamente mal.

Él rodeó la cintura de la chica con sus manos y la guió caminando de espaldas y con los ojos cerrados hacia un sofá. Cuando chocó con este lo tanteó como pudo, se sentó y la colocó sobre él sin separarse ni un solo segundo de ella. Lucy se intrigó levemente por lo mucho que conocía ese ambiente con los ojos cerrados.

Ella se apartó finalmente con la respiración agitada y las mejillas rosadas. Timothée apreció esa imagen unos segundos con la boca entreabierta. Sus ojos cefé sobre él lo miraban como si estuviera a punto de arrepentirse.

- ¿Te dije en algún momento lo hermosa que eres? -preguntó con la voz ronca.

Lucy sonrió suavemente, sentía el bulto en el jean de Timothée debajo de ella y sabía perfectamente sus intenciones.

- No necesitas decirme eso para sacarme la ropa. -respondió con confianza, como si su cumplido hubiera sido de lo más predecible para ella.

Timothée quiso argumentar algo más, pero Lucy volvió a besarlo. Luego, los pequeños labios de la chica depositaron un húmedo beso en su mejilla y descendió hasta llegar a su cuello. Ella estaba convencida de que quería disfrutar cada segundo porque sentía que era muy probable que no se repitiera.

-Lo decía en serio. -añadió Chalamet, para ser exitosamente ignorado.

Lucy mordió sutilmente la piel de Timothée mientras se acomodaba y se pegaba aún más a su entrepierna. Él soltó un pequeño gemido.

- Que sensible... -susurró sobre su oído sin poder contener la burla. Él sonrió. 

La chica sentía el calor del cuerpo de ambos y cualquier mínima y estúpida expresión en el rostro de Timothée solo hacía que lo deseara aún más.

Él tomó su rostro con ambas manos y la atrajo a sus labios. Un par de segundos después, mordió sin piedad alguna el labio inferior de Lucy. Instantáneamente soltó un quejido y él pasó a morder despiadadamente el cuello de la chica, haciéndole soltar algunos gemidos que ella se esforzaba torpemente en reprimir y dejando marcas que luego tendría que ocultar con mucho maquillaje. Timothée amaba su perfume y el aroma a limón había inundado por completo su nariz.

Sus manos bajaron y se mantuvieron sobre su trasero, hasta que sintió la tela de su blusa y decidió retirarla. La depósito en el piso, a un lado del sofá y quitó su suéter mientras ella mantenía sus ojos sobre él sin pronunciar una sola palabra. La mirada de la chica se perdieron en algunos lunares que él tenía en su pecho.

Tardó un par de segundos intentando quitar su sostén, pero finalmente lo consiguió. Cuando lo quitó lo arrojó, sin pensarlo con claridad, hacía cualquier dirección.

- Dios, ya no puedo esperar más. -soltó desesperadamente.

Estiró un bazo a un lado del sofá para abrir y revolver un cajón. Arrojó  un par de cosas inútiles fuera de él hasta que encontró la cajita de preservativos que buscaba. Lucy se apartó a un lado y él tomó uno, bajó sus jeans junto a su ropa interior y lo colocó.

Ella volvió a acomodarse donde se encontraba antes. Él ni siquiera se esforzó por quitarle la falda, simplemente la levantó e hizo a un lado la ropa interior que le quedaba a la chica, para finalmente penetrarla. Lucy lo miró con la boca entreabierta al sentirlo.

Timothée colocó ambas manos en sus caderas, haciéndola subir y bajar, mientras que aumentaba la velocidad.

"Piensa en algo feo" se dijo a si mismo cuando ella comenzaba a gemir y sostenía con una mano con fuerza el respaldo del sofá y con otra se amarraba a sus rizos. Su cuerpo estaba más débil de lo que esperaba y simplemente no lo entendía. Lucy lo hacía sentir inexplicablemente débil y debía resistirse.

- Timmy... -gimió tímidamente, aferrándose aún más al cabello del chico.

Él abrió su boca y dejó salir un jadeo. Escucharla llamarlo de esa forma en esa circunstancia era como una melodía. El rizado tomó con firmeza la piel cálida de Lucy mientras la temperatura aumentaba cada vez más en el cuarto por el aire que se escapaba de la boca de ambos.

- Esto... -módulo la chica como le fue posible. -¡Ah! -gritó. -No... No significa nada.

Timothée humedeció sus labios mientras la miraba fijamente con la boca entreabierta.

- Solo follame, Lucy.

NASTY - Timothée ChalametWhere stories live. Discover now