31 | Warm 1/3

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Él notó como los ojos de Lucy pestañeaban velozmente como si estuviera nerviosa. Se le cruzó por la mente un creativo comentario sobre todo el rímel que sus pestañas cargaban, pero no era el mejor momento para molestarla. Sabía que con una sola palabra podría desencadenar otra estúpida guerra. Aunque amaba verla furiosa, comprendió que también tenía que apreciar los momentos de calma, más que nada cuando ella dejaba de mostrarse totalmente insensible.

Lucy rompió totalmente su cercanía cuando se apartó para sentarse sobre la encimera. Cerró los ojos e inhaló, como si intentara encontrar algún tipo de paz interior. Él simplemente la observó en silencio.

- No puedo relajarme con tu perfume en todas partes. -comentó frunciendo el ceño, pero aún manteniendo los ojos cerrados. Él simplemente sonrió al verla, simplemente le resultó adorable.

- ¿Eso significa que tengo que irme? -preguntó confundido.

- Creo que no se iría tan rápido. Tal vez abriendo las ventanas...

- Claro, ahora mismo me encargo de eso. -dijo sarcástico, rodando sus ojos.

Ella abrió los ojos con una pequeña sonrisita divertida, pero en cuanto lo vio no pudo evitar expandirla.

- No podías desagradarme más. -habló Lucy, con los ojos entre cerrados porque ni siquiera se esforzaba en disimular su amplia sonrisa.

Timothée se puso de pie frente a ella. Como se encontraba sentada sobre la encimera, podía ver su rostro de frente. Colocó su mano derecha sobre la encimera, a un lado de Lucy. La otra mano la llevó a la mejilla de la chica y la pellizco como esas tías que pellizcaban los mofletes de sus sobrinos cuando eran pequeños.

- Esa no es justamente una expresión de desagrado. -dijo hablándole con dulzura, como si fuera una especie de bebé. Ella lo miró extrañada.

Lucy le dio una bofetada al brazo de Timothée para liberarse de él, pero no funcionó.

- No me hables así. -pronunció con dificultad por la presión de su mano sobre su mejilla. -No soy tu perro, idiota.

Él simplemente no podía sacar sus ojos de ella. Lucy ya brillaba con la misma chispa de siempre y al parecer una discusión estúpidamente ridícula podía distraerla y hacerla sentir mejor.

- Pero no podrías verte más adorable. -añadió sonriente, para volver a recibir otro golpe de la chica en su brazo. Esta vez sí soltó su mejilla, que se veía un poco más rosada que la otra por culpa de su agarre.

- Si se te ocurre volver a tocarme la cara voy a morderte. -lo amenazó, apuntandolo con su dedo indice.

- Lucy, ambos sabemos que no lo harías. Eso sí te daría asco. -su sonrisa se expandió aún más por el refrán que oportunamente se cruzó por su mente. - Además... 'perro que ladra...

- Ni pienses en terminar esa oración.

- ¿Por qué, Lucy? -preguntó desafiante. -¿Por qué no debería?

Ella entrecerró sus ojos y no los despegó de los de Timothée hasta que notó que su mente finalmente estaba en blanco y había perdido esa competencia.

- Imbécil -murmuró bajando la mirada. Entonces sintió la mano de Timothée sobre su mentón, levantando su rostro. En cuestión de segundos sus labios rozaron suavemente los suyos.

Al principio sintió como el beso era de lo más delicado, pero pronto esa suavidad se tornó paulatinamente en algo más apasionado. Había algo entre ellos tan intenso que simplemente no podían controlar.

Las manos de Timothée viajaron directamente a los muslos de Lucy. Era como si hubiera olvidado completamente el contexto en el que se encontraban, como si Lucy fuera la única persona en el mundo. Separó sus piernas y se colocó entre medio, sin embargo también la jaló hacia él y sintió la calidez del cuerpo de la chica sobre el suyo. Lucy sintió como la presión de las manos de Timothée sobre sus muslos aumentaba tanto que entre medio del beso no pudo reprimir un pequeño quejido.

- Wow, desearía no haber visto eso. -dijo Pauline, interrumpiendo la escena.

Lucy apartó los labios de Timothée al instante. Cuando él finalmente se volteó, Pauline soltó una carcajada burlona.

- No sé como voy a conseguir borrar esta imagen de mi mente! - continuó. -No pensé que era por esto que se tardaban tanto en buscar un estúpido vaso con agua.

Lucy quería que la tragara la tierra. En momentos como ese lo mejor que sabía hacer era fingir demencia.

- No es lo que parece. -soltó poniéndose de pie. Por alguna razón eso era lo único que se le cruzaba a en la cabeza. Quiso golpearse la cara con la palma de su mano. Fue como un déjà vú de estupidez.

- Entonces debería disculparme. Imagino que solo conversaban. -dijo Pauline sin ocultar la ironía en su voz. Sin embargo era un momento incómodo que se había tomado con humor. - Bien, como la conversación estuvo tan interesante entre ustedes imagino que debería darles tiempo para aliviar los resultados.

Lucy negó con la cabeza al instante.

- No, lo siento, estoy muerta de sueño. -concluyó antes de despedirse y conseguir evadir la escena. No podía dejar pasar esa oportunidad para huir.

Cuando ella se fue, Pauline contuvo la risa, pero no disimulaba para nada su sorpresa.

- Cuando dijeron que se conocían... -le dijo a su hermano, con cierta expresión de asombro. -No pensé que se conocían... -por unos segundos pareció estar buscando las palabras adecuadas. - de esa forma.

Pauline incluso se sintió tonta por no haberlo sospechado. En cierto punto eso explicaba bastante bien la tensión que había sentido entre Timothée y Lucy en el auto. Sin embargo, conocía a su hermano y pronto lo acusó con la mirada.

- Espero no enterarme que estás siendo un idiota y experimentando con Lucy.

Timothée se encogió de hombros. Sabía que él no era la mejor persona, pero eso lo ofendió. Finalmente decidió que estaba bastante cansado de discusiones e intentó evadir el tema.

- No estábamos... -Pauline lo miró incrédula, no podía creer que continuaba sosteniendo esa evidente mentira hasta ese punto.

- Pensé que nadie te soportaría. -dijo burlona.

- Muy graciosa.

- Lo sé. -respondió ignorando su sarcasmo. - Necesitas ir al baño y quitarte el labial. -dijo mientras intentaba borrar la repulsiva imagen mental de su hermano compartiendo saliva intensamente con una chica. -Ah y también deberías peinarte, es evidente que estaban tirando de tu cabello.

NASTY - Timothée ChalametWhere stories live. Discover now