6 | 3am

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Lucy desbloqueó su celular y sufrió en silencio al notar que había pasado casi toda la noche estudiando.

"Nota mental: no volver a dejar las cosas a último momento." Se recordó.

Pensaba que al menos a las tres de la madrugada ya podría estar durmiendo, pero era demasiado y en menos de una hora tenía que estar en camino a la universidad. Sabía que su única alternativa era beber mucho café y esperar a tolerar todo el día, pero antes de levantarse decidió darle un rápido vistazo a su celular.

"¿Por qué busco mensajes nuevos? Nadie me escribe." Se burló de si misma. La falta de sueño hacía que sus chistes mentales le resultarán de lo más divertidos, pero tuvo que contener la risa para no despertar ni a su madre o a su hermano.

Abrió instagram, siendo esta la segunda aplicación que le echaría un vistazo, para encontrarse con nuevas solicitudes de seguimiento. Timothée y una tal Alyssa querían seguirla.

Las manos de la chica comenzaron a sudar. ¿Por qué estaba nerviosa? Aceptó a la chica sin problema, no la conocía, pero parecía agradable. Sin embargo no sabía que hacer con él. Sabía que aceptar a su pelirrojo amigo iba a ser una mala idea, pero de todos modos la emocionaba. ¿Abrían hablado de ella? Eso la hacía sentir importante.

Entró al perfil de Timothée analizando cada imagen. Unas en Venecia, otras en Busan y en Budapest. A simple vista se veía como alguien que viajaba mucho. Pero, a su vez, habían fotos sencillas, en lo que parecía ser su hogar. Lo que más llamaba la atención de la chica no eran esos detalles, sino el gran gusto que tenía para vestirse y lo hermoso que se veía sin esfuerzo en cada una de las fotos.

Iba a seguirlo. Estaba convencida de ello. ¿Pero debía dejar que él la siguiera? ¿Y si veía sus fotos y perdía el interés? Trató de quitar esas inseguridades de su mente y simplemente hacerlo. Si seguía pensando probablemente acabaría eliminando su cuenta. ¿Cómo podía seguir siendo tan insegura con dieciocho años?

Otra duda apareció en su mente: ¿cuántos años tendría Timothée? Ese tal Lucas tenía veintidós, así que era posible que él también.

La alarma de su celular la despertó por completo. Era la hora en la que solía despertar para arreglarse e irse, así que simplemente comenzó con su rutina como si hubiera dormido perfectamente.

[...]

Después de un largo día, finalmente volvió a cruzarse con Timothée. No era una universidad muy grande, entonces no era tan difícil. Siempre se sentía más cómoda viéndolo a la distancia, a decir verdad. Pero esta vez él se veía realmente solo. Estaba sentado solo, cabizbajo en una banca del campus, leyendo un libro y su cabello rizado tan despeinados como de costumbre. Daba una perfecta imagen deprimente que era imposible evadir.

Iba a arrepentirse, sabía que lo haría. Siempre que se acercaba a Timothée se arrepentía, pero simplemente no podía evitarlo.

- Hola. -dijo ella dulcemente parándose frente a él. Levantó la cabeza y sus brillantes ojos se dirigieron directamente hacia Lucy mientras se quitaba un auricular.

- Ah. Tú. -respondió desganado volviendo a colocar el auricular que había quitado de su oreja, demostrándole que su presencia no le importaba en lo absoluto. -Cualquier mensaje ambientalista que tengas hoy, no me interesa.

Él había vuelto su atención al libro y había aumentado tanto el volumen de la música que ella podía escucharlo desde donde estaba parada. Sabía que no le incumbía y que era momento de seguir caminando, pero su carácter no se lo permitía. Sin dudarlo, se agachó un poco y le quitó el auricular. Timothée la miró, no esperaba eso.

- ¿Se puede saber que te pasa? -preguntó. Estaba comenzando a perder la paciencia. Bueno, si es que tenía algo. - Siempre eres rudo cuando intento ser amable.

Timothée simplemente se rió. Lucy mantuvo la calma, pero se estaba burlando de ella en su cara, ¡otra vez!

Él cerró el libro mientras no dejaba de mirarla.

- ¿A qué estás jugando conmigo? -preguntó él confundido y hasta incluso se veía molesto.

Ella se encogió de hombros e hizo un gesto de ironía.

- ¿A qué estás jugando conmigo? -recalcó apuntándole con su dedo incide.

Timothée se puso de pie y negó con la cabeza. Se encontraba a una distancia prudente y Lucy tenía que mirar un poco hacia arriba por la diferencia de altura.

- Creo que ni siquiera jugamos al mismo juego.

- ¿Por qué carajos estamos hablando de juegos ahora? -dudó. Ya no entendía de lo que hablaba.

Él suspiró y bajó la mirada.

- ¿Podemos tener una tregua? -preguntó extendiendo su mano.

Lucy la miró e hizo una mueca.

- No pienso tocar tu mano. -se negó. -Yo no sé por dónde estuvo. No, gracias. Ni loca.

  Timothée sonrió. En un rápido movimiento tomó la mano de la chica y la lamió hasta la muñeca. Ella inhaló con la boca y reprimió un grito. Bueno, al menos lo intentó.

- ¡Qué asco!

Él rió.

- En serio no quieres saber por dónde estuvo mi lengua.

Lucy miró su mano con los párpados abiertos de par en par, aún la sentía húmeda.

- Voy a matarte. -le dijo seriamente.

NASTY - Timothée Chalametحيث تعيش القصص. اكتشف الآن