[I] Puente de hada

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Hojas caídas y tierra mojada... Seguimos en verano, pero el otoño lentamente empieza a mostrar sus matices.

Otoño era mi época favorita del año.

Es la temporada perfecta para ir de campamento o hacer una fogata.

Ahora ya no es lo mismo.

Probablemente nunca lo será.

Disfrutaba de la tranquilidad que me estaba brindando el bosque en este momento de melancolía. El haberme tomado un descanso del trabajo y la ciudad había sido una gran idea. No extrañaba para nada el ruido de los autos, las multitudes ni los anuncios estridentes.

Deseaba poder quedarme en este momento para siempre. Llevar una vida calmada y sin tener que preocuparme por cada cosa que haga.

¿Cómo se sentiría... el vivir libremente?

Y de repente, como si de una cruel vuelta a la realidad se tratara, mi celular empezó a vibrar dentro del bolsillo de mi chamarra. Habría deseado ignorar la llamada, pero no quería más problemas.

Solté un suspiro y coloqué el celular contra mi oído: —¿Sí?

—¡¿Dónde estás? ¡Se supone que regresabas ayer! —Enseguida me arrepentí de haber contestado la llamada. Mi ánimo volvía a hundirse y una sensación de incomodidad me invadía.

—Estoy dando un paseo—Respondí mientras continuaba siguiendo el sendero en completa soledad.

—La agencia ha sido muy paciente contigo dadas las circunstancias, pero tienes un horario que cumplir—Sabía que debía de tomar en serio lo que me decía, pero era como si mi mente se hubiera bloqueado ante los problemas. —No puedes seguir así.

—He trabajado sin parar este año, ¿Qué más quieren de mí? —No importaba lo mucho que me esforzara, siempre querrían más. Uno de nuestros muchos defectos que tenemos como seres humanos, nunca estamos satisfechos hasta que destruimos. —Regresaré mañana.

—¿¿Y qué hago con tus compromisos de hoy?? ¿Qué le voy a decir a la agencia? ¿Qué no ves en los problemas que me metes? —La sensación de sofoco se volvía más intensa. Por mucho que lo intentara, no podía escapar de ella. Me seguiría a cualquier lado hasta que mi corazón dejara de latir. Esa era la realidad.

—Lo siento, ya me disculparé luego con ellos—Lo mejor sería que regresara al hotel a preparar las maletas. Al menos había podido disfrutar de un par de días lejos de todos y todo. Hora de volver a lo que era mi vida diaria.

—De-... irre-...—Fruncí el ceño al empezar a oír entrecortada la voz al otro lado del teléfono. Miré la pantalla y noté que solo tenía una barra de señal. —Ya-...vol-...

Me voltee para volver sobre mis pasos en esperanza de recuperar la señal: —¿Puedes repetir eso?

—Re-... -sa—Seguía sin entender lo que decía. No entendía por qué, si lo escuchaba claramente hasta hacia uno minutos.

—¿Hola? ¿Hola? ¿Me escuchas? —Solté un gruñido frustrado y terminé la llamada. Regresaría al hotel y lo llamaría desde ahí. Luego tomaría el primer avión a casa por mucho que me deprimiera la idea.

En eso, mi celular volvió a vibrar. Sin embargo, se trataba de un mensaje. Pensé que se trataría de él preguntándome por qué había colgado, pero era un texto de Yeon.

Yeon💐          

Hagas lo que hagas aléjate del círculo de setas. 

 Tengo un mal presentimiento. 

Remordimientos tardíos; EldaryaWhere stories live. Discover now