[ X L I I ] En sus brazos

224 14 27
                                    

Por primera vez en muchos días, me desperté sintiéndome descansada y todo gracias a... ¿Leiftan? ¿Dónde está?

Me senté en la cama inspeccionando mi habitación con la mirada, pero no encontré señal alguna de él. 

¿Que lo de anoche fue un sueño? 

No.

No puede ser.

Todo se sintió demasiado real.

Seguía debatiendo mentalmente cuando la puerta de mi habitación se abrió y Leiftan entró con una bandeja en mano.

—¡Oh!—El rubio se sorprendió al verme incorporada.Perdóname por no haberte despertado antes de irme, pero es porque planeaba regresar rápido. 

Gracias al Oráculo no fue un sueño, eso habría sido deprimente.

Salí de la cama con curiosidad por lo que Leiftan cargaba en la bandeja.

—¿Eso es para mí?—Pregunté tímidamente. 

—Sí, Karuto fue muy amable en preparar todo esto para tí—El lorialet dejó la bandeja sobre la mesita que había frente al sofá y yo rápidamente tomé asiento.—Y aunque no lo haya mencionado, es obvio que está preocupado por tu salud.

—Dios, soy de lo peor... solo hago que los demás se preocupen de mí—Oculté mi rostro con las manos sintiéndome avergonzada por mi comportamiento.

—Basta de lamentarse, hoy es un día especial—Comentó Leiftan después de haber tomado asiento a lado mío. 

—¿Lo es?

Traté de recordar la fecha por si había alguna festividad, pero ni siquiera sabía en que día de la semana estábamos. 

—Pedí el día libre, así que podemos hacer lo que tú quieras—Me informó el rubio esbozando una leve sonrisa en mi dirección. 

Eso me tomó desprevenida.

¿Leiftan pidió un día libre solo por mí? ¿Por qué me siento tan feliz al pensarlo? 

—No tenías que molestarte—Dije sin saber cómo responderle. Estaba muy conmovida por su gesto, sobretodo porque sé que es una persona muy ocupada.

—No es ninguna molestia, me gusta estar contigo—Las palabras de Leiftan me recordaron la sincera conversación que habíamos tenido la noche anterior y me sentí terriblemente aborchonada.—Lo siento, ¿fuí demasiado directo?

Maldición, mi expresión debió delatarme.

Leiftan bajó la cabeza con tristeza:—Entiendo si mis sentimientos te incomodan, intentaré cuidar lo que digo a partir de ahora.

—¡No es eso!—Aclaré rápidamente.—La verdad es que yo también tengo sentimientos por tí.

El lorialet alzó la mirada esperanzado y sentí que mis mejillas ardían. 

Este no es momento para avergonzarse Eliksir, tienes que ser justa con él. 

Me mordí el interior de la mejilla tratando de buscar las palabras adecuadas para expresar mi pensar.

—Nada me gustaría más que estar contigo de esa forma Leiftan, pero ahora mismo... no tengo cabeza para relaciones sentimentales—Expliqué apretando mis puños frustrada por la situación. De no haber sido por esa estúpida poción, podría haberle correspondido sin pensarlo dos veces. 

¿Por qué tenía que pasar esto?

¿Leiftan me odiara ahora por no poder aceptar sus sentimientos?

¿Ya no querrá estar conmigo después de ver mi lado más frágil?

Remordimientos tardíos; EldaryaWhere stories live. Discover now